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Paritarias
Comenzó la lucha por
aumento salarial
y los convenios laborales
La
crisis política abierta con la puja del gobierno y
la Sociedad Rural y las organizaciones del campo que
la siguen, junto con el aumento de la canasta familiar y la
superexplotación, que siguen dando ganancias al conjunto de
la patronal y desvalorizando cada día el salario de los
trabajadores, condicionan los acuerdos paritarios que se están
desarrollando. Cristina K acordó con Moyano y la CGT un
techo para los aumentos salariales del 19%. Bajo este
porcentaje de aumento salarial ya han acordado gremios como
comercio, encargados de edificios, textiles y del calzado.
Pero quedan aún en discusión las paritarias de importantes
sectores como SMATA y la UOM.
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Ford
Paritarias en el SMATA
Con la inflación que hay, la paritaria se le está
complicando a la empresa. Empezaron diciendo que no se
iban a bajar del 19,5% que impuso el Gordo Moyano, una
provocación, porque la industria está funcionando
con récords históricos y la patronal está ganando
como loca. El gremio pide 35%, 25% ahora y dos cuotas
de 5% hasta enero. La empresa ya anunció que como
mucho se estira al 25% en cuotas, porque si da más
dicen que pierden competitividad las exportaciones. El
jueves 8 de mayo es la última reunión de negociación,
después si no hay acuerdo, se lanzaría el paro
escalonado por turno. Igual todo “Titanes en el
ring”, porque los dirigentes hace rato que no luchan
en serio. Pero reconocen la inflación.
En la base hay expectativa por la paritaria, porque los
sueldos son altos en comparación con otras fábricas,
pero la inflación te lo come rápido. Los compañeros
dicen que se necesita un 30% de una para llegar a la
inflación, que el 25% no sirve. Tampoco se pueden
hacer tantas extras como antes, entonces se va
complicando la cosa. (Corresponsal)
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En
el caso del SMATA, la burocracia del gremio reclama un 25%
de aumento por seis meses en un solo pago y luego un 10%
para el resto del año, junto con la homologación del
convenio de Ford que data de 1975 y es mucho más favorable
para los trabajadores que el convenio acordado por el SMATA
en 1995 con General Motors, que se está aplicando en otras
empresas. La patronal automotriz, por su parte, plantea
otorgar un 19% de una sola vez por un año, o un 25% en cómodas
cuotas.
Por
su lado, la burocracia de la UOM comenzó la paritaria
reclamando un 30% de aumento en dos cuotas semestrales, lo
que llevaría el salario de la primera categoría a 1.600
pesos. Los empresarios metalúrgicos ofrecen el 15% también
escalonado. Y como nunca dan puntada sin hilo, estarían
dispuestos a estirar su oferta hasta el 19% si es que el
gobierno les da una mano. ¿De qué manera? Compartiendo una
parte de la carga jubilatoria y limitando la importación
automática de productos provenientes de China cuando
afectan la producción nacional.
Ante
el estancamiento de las negociaciones, la directiva de la
UOM llamó a parar una hora por turno a partir del lunes
21/4. La respuesta a la convocatoria fue importante. A pesar
de que Caló y sus socios de la directiva hicieron lo
imposible porque la medida se acatara burocráticamente, en
muchos lugares se realizaron asambleas, como en Longvie de
Villa Martelli, Tenaris de Valentín Alsina y Bosch de San
Martín, y los trabajadores de la fábrica Emfer cortaron
durante una hora la avenida General Paz. No obstante, en
Siderca y algunos talleres y fábricas chicas de la zona sur
la medida no se hizo efectiva y la dirección del sindicato
no movió un dedo para que se llevara adelante. Ante la
medida de fuerza, el Ministerio de Trabajo rápidamente salió
en auxilio de las patronales y el miércoles 23 de abril
decretó la conciliación obligatoria para que se levantaran
los paros durante quince días. Aun así, en algunas fábricas
la medida se mantuvo un día más. Al cierre de esta edición,
se vence el período de conciliación y todo indica que por
ahora no hay acuerdo, por lo cual el gobierno podría
prorrogar el período de conciliación obligatoria 10 días
hábiles más, para impedir nuevas medidas de fuerza. En las
negociaciones, la burocracia de Caló acercó una
alternativa de reclamo. “Una variante que se planteó en
la negociación, que involucra a 250.000 trabajadores, fue
que el convenio se firme por el 19,5% escalonado, pero que
el básico aumente a 8 pesos y se deje abierto el resto de
las escalas a las negociaciones por empresas. El argumento
es que el básico metalúrgico, aun a 1.600 pesos mensuales,
continuaría siendo bajo (menos los descuentos de jubilación
y salud quedan 1.328 pesos de bolsillo)” (Clarín,
6–5–08) Esta propuesta también fue rechazada por los
empresarios.
La
lucha que tenemos por delante
¿Por
qué los burócratas del SMATA y de la UOM plantean
porcentajes mayores a los acordados entre Moyano y el
gobierno de Cristina K? Sin duda, no es que se hayan vuelto
opositores a los Kirchner. Por el contrario, sobre todo en
el caso de Antonio Caló, secretario general de los metalúrgicos,
no han dudado en apoyar explícitamente el plan económico
de la presidenta y están dispuestos a hacer de gendarmes de
él. Caló, por ejemplo, hasta consiguió en premio un lugar
en la reorganización del PJ. Pero la inflación desmedida
ha puesto en alerta a “gordos” y “flacos” de la
burocracia sindical. El martes 29 de abril, la dirección
cegetista, con Moyano a la cabeza, expuso a Cristina en Casa
de Gobierno su preocupación por la escalada inflacionaria,
y pocos días después José Lingeri, mano derecha de Moyano
en la CGT, planteó públicamente que los empresarios debían
reducir su margen de ganancias. Por otro lado, en el caso
específico de la UOM, el gremio viene muy por detrás en el
tema salarial, mientras que en el gremio automotriz (SMATA),
José Rodríguez y sus socios en el sindicato deben haber
visto la posibilidad de sacar una tajada mayor
a partir de la producción récord en el primer
trimestre de este año, en que la producción automotriz fue
de un 27% más y significó la mayor de los últimos quince
años.
Como
sea, en esta pelea los trabajadores no pueden confiar ni en
el Ministerio de Trabajo, ni en Rodríguez, ni en Caló. No
podemos bajar los brazos esperando lo que se cocina en la
mesa de negociaciones mientras pasa el tiempo y después
acatar lo que se les ocurra a los burócratas. Hay que tomar
el ejemplo de aquellos lugares de trabajo en donde, ante una
medida dispuesta por el gremio, se convocó a asamblea, como
en metalúrgicos. O como en el gremio del neumático, donde
los compañeros de FATE han dispuesto en asamblea un quite
de colaboración para fortalecer el reclamo paritario. Hay
que mantener las asambleas no sólo con un carácter
informativo sino fundamentalmente resolutivo. Es decir,
debemos discutir cómo nos vamos organizando para seguir la
lucha. Porque, entre otras cosas, cuando la burocracia larga
la consigna de “alerta y movilización”, no está
haciendo otra cosa que encubrir una política para dilatar
la pelea y desarmar a los trabajadores frente al gobierno y
la patronal. En este sentido, es fundamental que el salario
no sea absorbido por los constantes aumentos del costo de
vida, que los paritarios obreros sean elegidos por la base
en asambleas y, sobre todo, tener en claro que es una lucha
contra la política del gobierno de los Kirchner.
Oscar
Alba
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