Socialismo o Barbarie, periódico Nº 126, 08/05/08
 

 

 

 

 

 

Paritarias

Comenzó la lucha por aumento salarial
y los convenios laborales

La crisis política abierta con la puja del gobierno y  la Sociedad Rural y las organizaciones del campo que la siguen, junto con el aumento de la canasta familiar y la superexplotación, que siguen dando ganancias al conjunto de la patronal y desvalorizando cada día el salario de los trabajadores, condicionan los acuerdos paritarios que se están desarrollando. Cristina K acordó con Moyano y la CGT un techo para los aumentos salariales del 19%. Bajo este porcentaje de aumento salarial ya han acordado gremios como comercio, encargados de edificios, textiles y del calzado. Pero quedan aún en discusión las paritarias de importantes sectores como SMATA y la UOM.

Ford

Paritarias en el SMATA

Con la inflación que hay, la paritaria se le está complicando a la empresa. Empezaron diciendo que no se iban a bajar del 19,5% que impuso el Gordo Moyano, una provocación, porque la industria está funcionando con récords históricos y la patronal está ganando como loca. El gremio pide 35%, 25% ahora y dos cuotas de 5% hasta enero. La empresa ya anunció que como mucho se estira al 25% en cuotas, porque si da más dicen que pierden competitividad las exportaciones. El jueves 8 de mayo es la última reunión de negociación, después si no hay acuerdo, se lanzaría el paro escalonado por turno. Igual todo “Titanes en el ring”, porque los dirigentes hace rato que no luchan en serio. Pero reconocen la inflación.

En la base hay expectativa por la paritaria, porque los sueldos son altos en comparación con otras fábricas, pero la inflación te lo come rápido. Los compañeros dicen que se necesita un 30% de una para llegar a la inflación, que el 25% no sirve. Tampoco se pueden hacer tantas extras como antes, entonces se va complicando la cosa. (Corresponsal)

En el caso del SMATA, la burocracia del gremio reclama un 25% de aumento por seis meses en un solo pago y luego un 10% para el resto del año, junto con la homologación del convenio de Ford que data de 1975 y es mucho más favorable para los trabajadores que el convenio acordado por el SMATA en 1995 con General Motors, que se está aplicando en otras empresas. La patronal automotriz, por su parte, plantea otorgar un 19% de una sola vez por un año, o un 25% en cómodas cuotas.

Por su lado, la burocracia de la UOM comenzó la paritaria reclamando un 30% de aumento en dos cuotas semestrales, lo que llevaría el salario de la primera categoría a 1.600 pesos. Los empresarios metalúrgicos ofrecen el 15% también escalonado. Y como nunca dan puntada sin hilo, estarían dispuestos a estirar su oferta hasta el 19% si es que el gobierno les da una mano. ¿De qué manera? Compartiendo una parte de la carga jubilatoria y limitando la importación automática de productos provenientes de China cuando afectan la producción nacional.

Ante el estancamiento de las negociaciones, la directiva de la UOM llamó a parar una hora por turno a partir del lunes 21/4. La respuesta a la convocatoria fue importante. A pesar de que Caló y sus socios de la directiva hicieron lo imposible porque la medida se acatara burocráticamente, en muchos lugares se realizaron asambleas, como en Longvie de Villa Martelli, Tenaris de Valentín Alsina y Bosch de San Martín, y los trabajadores de la fábrica Emfer cortaron durante una hora la avenida General Paz. No obstante, en Siderca y algunos talleres y fábricas chicas de la zona sur la medida no se hizo efectiva y la dirección del sindicato no movió un dedo para que se llevara adelante. Ante la medida de fuerza, el Ministerio de Trabajo rápidamente salió en auxilio de las patronales y el miércoles 23 de abril decretó la conciliación obligatoria para que se levantaran los paros durante quince días. Aun así, en algunas fábricas la medida se mantuvo un día más. Al cierre de esta edición, se vence el período de conciliación y todo indica que por ahora no hay acuerdo, por lo cual el gobierno podría prorrogar el período de conciliación obligatoria 10 días hábiles más, para impedir nuevas medidas de fuerza. En las negociaciones, la burocracia de Caló acercó una alternativa de reclamo. “Una variante que se planteó en la negociación, que involucra a 250.000 trabajadores, fue que el convenio se firme por el 19,5% escalonado, pero que el básico aumente a 8 pesos y se deje abierto el resto de las escalas a las negociaciones por empresas. El argumento es que el básico metalúrgico, aun a 1.600 pesos mensuales, continuaría siendo bajo (menos los descuentos de jubilación y salud quedan 1.328 pesos de bolsillo)” (Clarín, 6–5–08) Esta propuesta también fue rechazada por los empresarios.

La lucha que tenemos por delante

¿Por qué los burócratas del SMATA y de la UOM plantean porcentajes mayores a los acordados entre Moyano y el gobierno de Cristina K? Sin duda, no es que se hayan vuelto opositores a los Kirchner. Por el contrario, sobre todo en el caso de Antonio Caló, secretario general de los metalúrgicos, no han dudado en apoyar explícitamente el plan económico de la presidenta y están dispuestos a hacer de gendarmes de él. Caló, por ejemplo, hasta consiguió en premio un lugar en la reorganización del PJ. Pero la inflación desmedida ha puesto en alerta a “gordos” y “flacos” de la burocracia sindical. El martes 29 de abril, la dirección cegetista, con Moyano a la cabeza, expuso a Cristina en Casa de Gobierno su preocupación por la escalada inflacionaria, y pocos días después José Lingeri, mano derecha de Moyano en la CGT, planteó públicamente que los empresarios debían reducir su margen de ganancias. Por otro lado, en el caso específico de la UOM, el gremio viene muy por detrás en el tema salarial, mientras que en el gremio automotriz (SMATA), José Rodríguez y sus socios en el sindicato deben haber visto la posibilidad de sacar una tajada mayor  a partir de la producción récord en el primer trimestre de este año, en que la producción automotriz fue de un 27% más y significó la mayor de los últimos quince años.  

Como sea, en esta pelea los trabajadores no pueden confiar ni en el Ministerio de Trabajo, ni en Rodríguez, ni en Caló. No podemos bajar los brazos esperando lo que se cocina en la mesa de negociaciones mientras pasa el tiempo y después acatar lo que se les ocurra a los burócratas. Hay que tomar el ejemplo de aquellos lugares de trabajo en donde, ante una medida dispuesta por el gremio, se convocó a asamblea, como en metalúrgicos. O como en el gremio del neumático, donde los compañeros de FATE han dispuesto en asamblea un quite de colaboración para fortalecer el reclamo paritario. Hay que mantener las asambleas no sólo con un carácter informativo sino fundamentalmente resolutivo. Es decir, debemos discutir cómo nos vamos organizando para seguir la lucha. Porque, entre otras cosas, cuando la burocracia larga la consigna de “alerta y movilización”, no está haciendo otra cosa que encubrir una política para dilatar la pelea y desarmar a los trabajadores frente al gobierno y la patronal. En este sentido, es fundamental que el salario no sea absorbido por los constantes aumentos del costo de vida, que los paritarios obreros sean elegidos por la base en asambleas y, sobre todo, tener en claro que es una lucha contra la política del gobierno de los Kirchner.

Oscar Alba