Socialismo o Barbarie, periódico Nº 126, 08/05/08
 

 

 

 

 

 

Habla una compañera del ajo de Mendoza

“Los obreros no tenemos fronteras”

Lo decimos bien claro: toda la vida hemos sido esclavas. Nuestros padres lo fueron, tanto como nuestros abuelos.

Las mujeres comenzamos esta lucha sólo pidiendo nuestros aportes jubilatorios, pero la empresa se negó y entonces pedimos el blanqueo. Reclamar contra el trabajo en negro no nos costó poco. Las cooperativas de los grandes empresarios del país fueron con nuestro patrón a la comisaría y desde ahí llamaron a sus amigos del poder político y judicial, y a las pocas horas sufrimos una brutal represión.

Pero los tiempos tienen ciclos y hace poco uno de los relojes se apagó. Carlos Erazo, el más viejo, que después de años se decidió a reclamar por nosotros y por ello había sido apaleado por las bestias de la policía, no resistió más las consecuencias de sus golpes. Y su cerebro se fue apagando hasta morir pobre en un hospital de pobres. Por el empeño de él y el de nosotros seguiremos hasta el final.

(…) Hoy, en el día internacional de los trabajadores estamos llamando a todos nuestros compañeros trabajadores, ajeros, aceituneros, peones y obreros del campo a organizarnos por nuestros derechos laborales y sindicales. Los obreros no tenemos fronteras. Somos golondrinas, como dicen. Por eso tenemos que estar unidos aquí, desde el obrero boliviano y en todo el mundo. Desde los campos ajeros de Mendoza queremos hacer un pequeño aporte a esa unidad. Porque queremos trabajar con dignidad.