Socialismo o Barbarie, periódico Nº 126, 08/05/08
 

 

 

 

 

 

El 1º de Mayo y la izquierda

Sólo un acto independiente

La división de la izquierda este 1º de Mayo ha respondido a razones políticas. Algo que ya hemos señalado, pero vale la pena volver sobre ello. El PCR y el MST realizaron sendos actos en el Luna Park (el 30 de abril) y en Congreso, respectivamente. Respecto del PCR, los medios escritos destacaron su carácter de acto en apoyo al lock out agrario patronal. Como en esta edición publicamos un largo trabajo de polémica con las posiciones de esta corriente, no nos extenderemos aquí sobre esta postura totalmente equivocada.

Por su parte, el MST, realizó un acto no sólo completamente carente de representatividad de clase y pobrísimo en asistencia, sino que las posiciones que defendió lo muestran como una corriente cada vez más a la derecha, que abandona a pasos agigantados la independencia de clase. Porque al apoyo incondicional al paro comandado por la Sociedad Rural se le ha venido a sumar su creciente embanderamiento con la oposición patronal. Esto por dos vías: un justo rechazo a la antidemocrática ley electoral del gobierno K, pero de la mano de la oposición política patronal y no de manera independiente, con lo que de hecho lleva agua al molino de la oposición burguesa. Y, lo que es aún más grave que lo anterior, el llamado a los “disidentes” del ARI, Claudio Lozano, Pino Solanas, etc., a conformar un agrupamiento de centroizquierda en común. Como se ve, a kilómetros de cualquier coordenada marxista revolucionaria y de clase.

Las medias tintas del PO

En otro sentido, también ha sido lamentable la posición del PO. Abandonando el bloque que habíamos constituido frente a la crisis (con el nuevo MAS y el PTS), realizó un acto de menor envergadura nada menos que en la Plaza de Mayo (que, lógicamente, le quedó muy grande; con muy poca asistencia y para colmo dispersa) de la mano de pequeños grupos de izquierda que tienen, irónicamente, las posiciones más derechistas respecto del paro agrario patronal. Fue un acto que careció de toda representatividad obrera, en el que los oradores que se sucedieron –al menos, los jerarquizados como tales– no fueron expresión de ninguna de las experiencias de lucha más importantes de los últimos meses. Es decir, un acto completamente confuso desde el punto de vista político, además de ser completamente magro en su asistencia.

En estas condiciones, el acto que realizamos entre el nuevo MAS y el PTS, sin dejar de ser de vanguardia, fue el único independiente, de muy buena asistencia e indiscutiblemente el más representativo desde el punto de vista de la vanguardia obrera y la militancia socialista revolucionaria.