Después
de la bancarrota financiera, el hundimiento de la “economía
real”
Otra vuelta de tuerca
Por
Claudio Testa
Los
enormes paquetes de “rescate” dispuestos por Washington
y la Unión Europea que se publicitaron como el santo
remedio de la crisis, están demostrando sus reales y cortos
alcances. Mientras tanto, estamos entrando en la segunda y más
grave fase del desastre perpetrado por capitalismo mundial.
Lo seguro: severa recesión mundial.
El
peligro cierto: una depresión como la de los ‘30
El
costo monstruoso de los “rescates” a los pobrecitos
banqueros y especuladores (que la gente tendrá que pagar
con más impuestos y duros recortes a los gastos sociales en
los presupuestos del Estado) no ha producido sin embargo una
inflexión en el curso de la crisis.
De
las espectaculares caídas de las Bolsas, ahora pasamos a una
etapa mucho más grave, sobre todo para las masas
trabajadoras: la caída de la mal llamada “economía
real”; o sea, la producción y el empleo.
Un
economista francés –Frédéric Lordon, conocido
investigador en el CNRS (Centre National de la Recherche
Scientifique)– resume así la situación:
“Es
una cuestión muy dolorosa porque la economía real va a
pagar muy caro todo lo que ocurrió. Y lo va a pagar de dos
maneras: una, a través de los contribuyentes. Los planes de
intervención pública, es decir las nacionalizaciones de
los bancos, la recapitalización, no hay duda alguna de que
eso sale del presupuesto del Estado. Pero esto es lo menos
doloroso. El verdadero dolor vendrá con la recesión que
acompaña la crisis financiera. Temo que esa recesión será
de una gravedad excepcional. La disminución de las
remuneraciones y la explosión del desempleo serán una
auténtica carnicería social. Los bancos perdieron
tantas sumas, el mercado de crédito interbancario está en
una situación tal que el sistema bancario está poniendo término
a los préstamos. Y en cuanto los bancos dejan de prestar
dinero, la mortalidad de las empresas se vuelve fulminante.
Habrá entonces una ola gigantesca de quiebra de empresas.
El choque va a ser muy duro.”
Los
“rescates” financieros, tanto los de Bush como los
europeos, eran como “inyecciones de caballo” para bajar
la fiebre a un enfermo gravísimo, pero que no significan de
ninguna manera la cura.
Ahora
Bush ha anunciado un nuevo “rescate”, esta vez por
150.000 millones, “para alentar el consumo y mejorar la
situación del sector real de la economía”.
Esta
cifra es otra “aspirina”. No sólo es insignificante en
relación a los billones de dólares ya dilapidados en los
rescates financieros. También palidece frente a lo que
realmente demandaría asistir a las empresas en
dificultades.
Sólo
la General Motors –tan representativa del capitalismo
norteamericano como la “Estatua de la Libertad”–
demanda 25.000 millones de dólares para no ir a la quiebra.
Mientras tanto, ha comenzado a cerrar fábricas enteras, con
miles de despidos.
Para
darnos una idea de la situación de las empresas
“productivas” [1] en EEUU basta ver la cotización de
sus acciones en Wall Street de algunas de las principales.
Ellas reflejan su situación actual y sus perspectivas
futuras.
Si
usted, el año pasado tenía 10.000 dólares y decidió
invertirlos en acciones de la General Motors, hoy su inversión
vale sólo 1.300. Si prefirió apostar por la Ford, no le
fue mucho mejor: hace un año, sus acciones valían 9 dólares.
Hoy, apenas unos 2 U$.
Si,
en cambio, se dejó convencer por el cuento de la “nueva
economía del conocimiento” y no invirtió en la “vieja
industria” sino en las mágicas empresas de informática,
las cosas no fueron mejores: Sun Microsystems, líder de ese
sector, se desplomó de 25 U$ a 5,20 U$, perdiendo un 80% de
su valor.
El
derrumbe no está perdonando a casi nadie, sea que fabrique
hamburguesas (como MacDonalds, que cayó casi un 40%), o
mentiras, como Time-Warner, dueño de la CNN, con más del
50%, o pornografía como Playboy (81% de pérdida).
Informe
de la OIT: 20 millones más de desocupados
La
OIT (Organización Internacional del Trabajo) es una de las
tantas agencias de las ONU. Entre otras funciones, lleva
estadísticas laborales mundiales. Su último reporte del 20
de octubre, es que “se perderán 20 millones más de
puestos de trabajo” en todo el mundo.
En
verdad, si la OIT dice esto, los trabajadores del mundo
deben prepararse para enfrentar un escenario mucho peor aún.
Es que la OIT es un organismo que, en materia de estadísticas
de empleo, es tan macaneador como el Banco Mundial en
mediciones de la pobreza o nuestro INDEK en el rubro inflación.
Se
abre entonces, mundialmente, el campo de una batalla
feroz. ¿Quién va a pagar esta crisis que es
responsabilidad total y absoluta de los capitalistas y sus
gobiernos?
Las
medidas que están tomando ellos en todo el mundo es para hacérsela
pagar a los que no tenemos la menor responsabilidad en este
desastre. Y el primer paso son los despidos masivos.
¡Es cuestión
de vida o muerte que los trabajadores de todos países
nos pongamos en pie de guerra para enfrentar esto! Y la
primera medida para eso debe empezar por la cabeza: ¡no
creer una sola palabra a ningún gobierno, a ningún político
patronal y a ningún burócrata sindical! Los
trabajadores sólo podremos afrontar esto, si nos unimos
para luchar a nivel político y sindical, en forma
absolutamente independiente de nuestros explotadores y
los políticos y burócratas que están a su servicio.
1.- Ponemos entre comillas lo de “productivas”, porque
en verdad corporaciones multinacionales como General Motors,
son también financieras. Es decir, constituyen
distintas formas de “fusión” entre “capital-dinero”
y “productivo”.
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