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Repasando una dura
lucha
“Se perdió pero se ganaron otras cosas”
SoB:
Pasando un poco al balance del conflicto, algunos critican
el hecho de haber pedido y acatado la primer conciliación
el día 30 de julio, ¿qué opinan de eso?
Jorge:
Todos fuimos ese día con algo en la cabeza, cuando digo
todos, me refiero a la Seccional, a los trabajadores de Fate
y también a los trabajadores de Pirelli, cuando se anunció
que la conciliación obligatoria había salido por parte del
Ministerio, fue un aplauso general de todos los compañeros
que estábamos ahí, fue una aprobación rotunda, la base
iba a buscar eso, y entonces pienso que fue correcto, además
la intención era que esa conciliación se tenía que acatar
con todos los trabajadores dentro de planta y eso se votó
dos veces a mano alzada.
Después
vino lo que hizo la burocracia en Pirelli y en Firestone.
Hicieron asambleas para sentar una posición diferente a lo
que se había discutido y votado por toda la base del gremio
en una asamblea general de hecho frente al Ministerio.
Entonces, esa es otra de las traiciones que le acreditamos a
Wasiejko, haber dicho una cosa en Callao delante de todos y
después mandar a Santillán y a Giroldi a decir otra con
sus respectivas bases llegando a la fábrica. A cambiar
totalmente todo lo que se había pactado y además se votó
con los compañeros, lo votamos entre todos: entrar con los
despedidos a planta. Cosa que se logró hacer al otro día a
las 6 de la mañana, el 31, con los despedidos, en Pirelli
se logró hacer entrar a los despedidos hasta el patio
interno de la fábrica donde fueron retenidos. Bueno, ya
sabemos la historia… la burocracia, la vigilancia y la
misma policía los hicieron retirar.
SoB:
¿Vos, entraste a trabajar?
Waldo:
Sí. Yo entré a trabajar, teníamos los jefes de sector y
los gerentes que no nos dejaban trabajar. Hasta tenía dos
jefes en mi sector: uno para controlarme a mí y el otro
para hacer el resto de las tareas. Con respecto a la
conciliación, yo creo que estuvo bien en aceptarla. La idea
era hacerla porque de no haberla aceptado, hubiéramos
seguido el juego de Wasiejko de desgastar a la gente. No
hubiese durado una semana más, la gente ya estaba sin plata
y hubiesen seguido los despidos y no hablábamos de 200
despedidos, sino de 400 u 800 trabajadores más en todo el
gremio. Lamentablemente, como dijo el compañero, una de las
tantas traiciones de Wasiejko, no se pudo hacer respetar lo
que había decidido una especie de asamblea general ese día
en el Ministerio.
SoB:
¿Vos también estuviste el día 30 en el Ministerio?
Casacrudo:
Sí. Todavía recuerdo la euforia con que vinimos, fuimos
allá, de repente estar las tres fábricas tanto Pirelli,
como Firestone y Fate, estaban las tres ahí, todas juntas;
cuando el traidor habla y dice que está la conciliación.
Festejamos todos, que
paraban los despidos, y que los despedidos iban a entrar a
trabajar. Nuestra alegría duró un rato, porque ya dijeron
que tanto Pirelli como Firestone, las seccionales cambiaron
lo que habíamos votado todos juntos y una vez que
escuchamos eso realmente no lo podíamos creer. En realidad
no se puede creer que sean tan descarados para decir una
cosa delante de todos y después cambiar todo.
Cuando
estábamos en el acto dos mil trabajadores, todos dijimos
“está bien”, “por esto vamos” y resulta que después
este desgraciado nos caga la vida arreglando de otra manera,
diciéndonos que no, que la conciliación no es así, cuando
la ley lo marca. Una vez que está dada la conciliación,
todo el mundo tendría que entrar a trabajar a la fábrica y
ponerse a trabajar y ahí empezarían las negociaciones.
Todo lo que es FATE entró en la conciliación, entramos un
poco “apretados”, “de apuro”, pero entramos y, una
vez adentro no nos quisieron dejar trabajar. En mi caso
particular, hice por ahí un par de cascos, pero tampoco…
no trabajamos en una máquina directamente, sí hablamos
mucho con los compañeros para ver cómo podíamos seguir o
seguíamos todo este conflicto.
Guille:
Quería aclarar qué pensaba de la conciliación. A nosotros
nos despiden un 25 de julio, un viernes empiezan los
despidos, a la noche, en el turno verde. Es una fecha
jodida, nos toca todo el fin de semana afuera y afuera uno
palpa y tiene la sensibilidad de la base como trabajador,
como obrero. Nadie esperaba, en ese momento, los despidos
masivos, fue un impacto terrible. Hubo un montón de
discusiones y entre tantas ideas y tantas discusiones se
hablaba de la conciliación obligatoria.
Uno
no es iluso ni cree en la justicia burguesa, uno no es
ingenuo, pero sí lamentablemente, hay que agotar alguna
instancia en cuanto a lo legal, o por lo menos que se le
caiga la careta al Ministerio de Trabajo. Entonces apostamos
a la primer conciliación. Solamente la primer conciliación,
donde todo el mundo decía: “bueno, la hacemos cumplir,
todos adentro y discutimos la reincorporación con los compañeros
despedidos adentro de fábrica”. Porque estábamos afuera,
estábamos a la deriva. Wasiejko nunca se hizo presente.
Conseguimos
la unidad del gremio porque fuimos a pararnos en la puerta
de cada fábrica. Sacamos una marcha el día lunes 28 al
Ministerio de Alem, donde salimos en todos los medios, donde
se vio la fuerza y el poder de los compañeros de Pirelli y
de Fate.
Lamentablemente
no pudimos coordinar con Firestone gracias a la burocracia
que todo el tiempo nos ladró e hizo un trabajo para
dividirnos. El día 30, cuando estábamos en el Ministerio,
cuando todo el mundo lo daba por hecho al tema de la
conciliación con todos adentro, donde se hizo un
acto-asamblea donde se acordó que íbamos a respetar todo,
Wasiejko da asambleas aparte, individuales, en cada fábrica,
a la noche y a la tarde. Ahí es donde prepara la traición.
Nosotros
nos encontrábamos con el día 31 a la mañana que no nos
dejaban pasar y entramos sí o sí. Pirelli en la misma
situación apoyados por el compañero Jorge
para que ingresaran los compañeros. En Firestone
Pedro Wasiejko recomendó que se acate la conciliación con
los compañeros despedidos afuera.
¿Qué
debía hacer FATE? ¿Debíamos parar la fábrica nosotros
solos y desacatar la conciliación? En ese momento era muy
difícil cortarse solo. Hicimos respetar lo que dijimos:
todos adentro, al menos en FATE. Después las opiniones
valen y hacen a la libertad y a la democracia de los
trabajadores, pero lamentablemente hay muchos compañeros
que pasan por la puerta y por ahí no le dan justo en el
clavo y en vez de darnos una mano a nosotros, terminan
siendo funcionales a la burocracia. Nosotros estamos con los
trabajadores y estamos peleando con los trabajadores y hay
que saber diferenciar en qué trinchera estamos. Nos ataca
la patronal, la burocracia, el gobierno. Entre compañeros
no nos ataquemos.
Sob:
Otro de los argumentos esgrimidos es que después de esa
conciliación, se debilitó el conflicto ¿qué opinan?
Guille:
Eso no es cierto. El que así opina se perdió la película,
hubo una parte de la película que no la vio. Cuando se
volvió después de la primer conciliación se arrancó con
una fuerza terrible, donde todo el gremio y eso el que no lo
quiera ver, bueno, está mintiendo, se paró en forma
contundente. Obviamente, ya sabíamos que la conciliación
era para las empresas y en ese momento ya no la quería
nadie.
Fuimos
ese día al Ministerio de Trabajo, con todas las fábricas
paradas y no se quedó en nada. A la anoche Wasiejko se reúne
en un baño con las patronales y acuerda otra conciliación
obligatoria, tirando baldazos de agua fría y firma el acta.
Ahí es otro acto de la traición de este personaje.
W:
Después de la conciliación automáticamente las tres
empresas pararon. No es que se echó todo para atrás. En
todo caso, el que entregó toda la lucha fue nuestro
secretario general del gremio. No fueron los trabajadores,
no fue la gente, fue él que quiso apagar la lucha de los
trabajadores. No se vino todo para atrás, si bien hubo muchísimas
cosas que se hicieron. Se siguieron haciendo marchas, quizás
no con la misma continuidad que hubo, pero se continuó la
lucha.
SoB:
¿El 15 empezaba la segunda conciliación, que hicieron en
FATE?
Jorge:
A las 6 de la mañana se tenía que comenzar a trabajar. En
FATE no fue así. Los mismos compañeros del turno verde
estaban firmes, estaban recalientes por lo que había hecho
Wasiejko la noche anterior y en actitud de repudio se hizo
una asamblea en la planta y se decide esperar hasta las 2 de
la tarde a una asamblea general de todos los turnos para que
resolviera qué hacíamos con la conciliación. O sea, se
demuestra que todavía la fuerza en FATE y en todo el
gremio, no hablemos solamente de FATE, estaba intacta.
SoB:
¿Qué pasó en la asamblea?
Jorge:
Sale el turno verde, llega el turno amarillo, a las 2 de la
tarde convocamos a la asamblea. La seccional y el cuerpo de
delegados fuimos con la posición de acatar a partir de alli
la conciliación. Se la proponemos a la asamblea, y hay una
propuesta de ir a Pirelli a tratar de convencer a los compañeros
de que pararan así parábamos el gremio entre todos.
Seguimos hablando de más fuerza todavía, ya se habìa
desacatado la conciliación más de 8 horas. Se pone a
votación la moción y estaba medio dividido.
En
la asamblea habia compañeros despedidos de Pirelli que no
garantizaban que se pudiera parar. De eso eramos
conscientes, pero que se podía hacer el intento. Y
obviamente, los compañeros activistas dijeron: “vamos a
hacer el intento, tenemos que ir, tenemos que ir”.
Obviamente esta Seccional y este cuerpo de delegados que
siempre va para adelante, no va para atrás, dijimos vamos.
Si los compañeros quieren ir, qué vamos a andar con
vueltas. No vamos a andar con mucha historia. Así fue como
fuimos para allá.
Entonces
se unifica las
mociones Eran
las 3 de la tarde, vamos a Pirelli, a tratar de parar
Pirelli, si no se logra parar Pirelli a las 6 de la tarde,
nosotros entramos. Esa fue la moción que convenció a todo
el mundo y se votó por unanimidad.
Se
hace eso, más
de 100 compañeros de FATE arrancan para Merlo.
Guille:
Yo fui para Merlo. Cuando llegamos se estaba haciendo una
asamblea que estaba muy frìa, conté la situación en la
que estaba Fate. Después me entero que Pirelli había
mandado cartas a los compañeros para que acataran la
conciliación obligatoria con la promesa de que iban a pagar
el 35% de aumento salarial, para que acaten la conciliación
con los compañeros despedidos afuera y que la burocracia
estuvo laburando de manera incansable para dividir y
convencer a los compañeros despedidos de Pirelli para que
no se metieran y para que llamaran a no parar y a que se
acatara la conciliación como pedía la empresa. Todos esos
factores explica, lamentablemente por qué los compañeros
de Pirelli no pudieron parar.
Cuando
volvimos; la empresa mide todo esto y viendo que Firestone y
Pirelli estaban trabajando, con los despedidos afuera, nos
empieza a boludear, y hace lock-out. Tuvimos muchas
discusiones, trajo una desmoralización y desgaste terrible.
SoB:
¿Cuántos días duró el lock-out?
Chupete:
El lock-out arrancó ese viernes a la tarde, siguió el sábado,
domingo, el lunes que era feriado, lo levantan a las 10 de
la noche, para no entrar en la ilegalidad ellos. Fue un
golpe terrible, porque los trabajadores, vienen del 91 con
el tema del Lock-out por no haber acatado la conciliación.
Nos hicieron un reclamo enorme, un planteo terrible, de por
qué no se acató la conciliación a las 6 de la mañana el
día jueves. La empresa y la burocracia se agarraron que no
habíamos acatado la conciliación para matarnos. Ahí empezó
la campaña contra la Marrón y las reuniones
“secretas” de la burocracia en Pacheco para
organizarse para voltearnos.
En
ese momento, le recriminaron a la Seccional y al cuerpo de
delegados, los compañeros de base criticaron mucho, pero se
hizo una asamblea dentro del turno verde que determinó
continuar, se puede apuntar a la Seccional y el cuerpo de
delegados en ese sentido, si se quiere, pero fue consultado,
no fue una decisión que se le ocurrió en ese momento a un
“loco suelto” fue consultado, y esa fue la determinación
del conjunto de los compañeros.
SoB:
¿Había que acatar la conciliación o no?
Waldo:
Estuvo bien esperar a los compañeros de Pirelli, se hizo el
mayor esfuerzo, como creo que se apuntó desde el comienzo
del conflicto, apuntar a la unidad del gremio, no lo veo mal
lo que se hizo, en todo caso, la empresa aprovechó, como
viene haciendo en el último tiempo, los fines de semana
donde no tenés ningún medio para ir a reclamar, inclusive
ellos levantaron en un feriado a las 10 de la noche, ni
siquiera esperaron al otro día, un día habil a levantar la
conciliación.
Cascarudo:
Yo pienso igual, no tendríamos que haberla acatado para
nada, la base estaba fuerte, lista para seguir la lucha.
SoB:
¿Ustedes ya no entraron mas?
W.:
No nosotros no entramos más desde el dìa 14 yo fui a la mañana
y nos encontramos con la noticia de que estaba toda la policía,
carros hidrantes, caballería, no nos dejaron entrar,
incluso un comisario tomaba lista para ver quien entra y
quien no entra. En esa situación se hace una asamblea en la
puerta de la fábrica y los compañeros que entran hacen el
paro.
Guille:
No se ingresó porque no nos dio la relación de fuerza, había
más de 200 efectivos policiales, todo preparado para
reprimir y el gobierno de Scioli dando la orden para
reprimir.
SoB:
¿Después del lock-out que pasó?
Chupete:
Fue durísimo, hubo que remontar un montón de cosas,
soportar todos esos ataques. Pero yo quería recordar porque
muchos se olvidan que esa conciliación duró 5 días y
después, automáticamente volvimos al paro el día 26 a las
6 de la mañana cuando termina esa conciliación y para todo
el gremio de vuelta, es decir todavía había fuerza y otra
vez sale la conciliación a eso de las 11 de la mañana y
otra vez 5 días más de conciliación, que es la que
termina el 1º de Septiembre, el día de la asamblea
general. Todo ese tiempo la burocracia estuvo trabajando
para que agarremos el 28%, dejar a los despedidos afuera,
con la falsa promesa que después íbamos a pelear por
ellos.
SoB:
el 1º de Septiembre se hace la asamblea a las 10 de la mañana
con paro en las fabricas en medio de la conciliación que
finalizaba a las 2 de la tarde. ¿Eso generò dudas?
Jorge:
Hubo un debate porque algunos compañeros pensaban que no
convenía ir a la asamblea porque era una trampa, que era
para hacernos pisar el palito. Fue un debate de los tantos
que se dan dentro de la Agrupación 8 de Mayo, obviamente a
la asamblea había que ir, era la postura lógica, porque
desde marzo que insistíamos en que había que hacer la
asamblea general era ilógico no ir a la asamblea general.
Guille:
Había una contradicción real, pero no podíamos decir no
vamos. Obviamente denunciamos la maniobra de Wasiejko de
haberla convocado de esa manera, en ese horario, en ese
lugar que nos queda mal a nosotros, etc. Pero yo creo que la
posición de no ir estaba ligado a un error de caracterización
de lo que iba a suceder, que nos iban a declarar la
ilegalidad y que se venían más despidos. La asamblea tenía
la venia del gobierno y de la patronal porque sabìan que
Wasiejko iba a levantar todo. La burocracia pensaba que era
un trámite, que nosotros estábamos reventados y que
ganaban cómodos, bueno no solo la burocracia algunos otros
también pensaban lo mismo.
SoB:
De hecho algunos dicen que FATE llegó a la asamblea muy
debilitada y que la participación fue minoritaria.
Jorge:
Justamente lo que dice Guille, la burocracia tenía la
caracterización que nosotros estábamos muy mal y por eso
Wasiejko se juega a hacer la asamblea. Pero fue todo lo
contrario, FATE aportó a esa asamblea cerca de 700 u 800
compañeros, porque si contamos los que fueron con la Marrón
y los que fueron con la burocracia, seguro que eramos más
de 700. La burocracia puso micros propios y llevó unos 120,
150 compañeros, y el resto que fueron con la Marrón,
fuimos 14 o 15 micros nuestros y los compañeros sabían lo
que iban a buscar, porque antes de salir se hizo asamblea y
se dijo lo que se iba a buscar y lo que se iba a buscar era
pelear por los compañeros despedidos en principio y después
ir por el 35%, Fate sabía a lo que iba a esa asamblea, y
los compañeros de Pirelli que estuvieron en contacto con
nosotros también sabían a lo que iban, por eso que
estuvieron pegados a nosotros en la asamblea general.
Dimos
una terrible pelea en la asamblea, donde sólo se perdió
por 42 votos, que nosotros decimos son los votos de la
burocracia, son los 42 burócratas que inclinaron la
balanza, a veces las caracterizaciones que hacen algunos
partidos sin palpar la sensibilidad o sin tener el contacto
directo de adentro de la fábrica, tendrían que replantear
muchas cosas.
Guille:
Es mentira que fue minoritaria la asamblea, porque están
viendo cualquier cosa cuando hacen esa crítica. Nosotros,
en las mejores asambleas en la puerta de fábrica juntamos a
800 compañeros y fueron más de 700 a Lanús. Se dice que
no se había trabajado bien la asamblea, esa es también
otra mentira. Pusimos micros de cabecera, para que vayan los
compañeros a fábrica y de ahí a la asamblea, y lo
comunicamos y todo salió bastante bien.
Si
por el contrario decíamos que era una trampa y que no había
que ir, hubieran ido 10 personas, ahí iba a ser el
problema, porque Pedro iba a hacernos mierda. Con la votación
quedó demostrado que no dirige el gremio, que cada vez la
gente se va dando cuenta de lo traidor y patronal que es,
cada vez más se le va cayendo la careta de que no quiere
hacer nada por los trabajadores.
Waldo:
Yo comparto lo que dicen los compañeros, de concurrir, teníamos
que concurrir a la asamblea porque es algo que se pidió de
movida, fue mayoría de gente de FATE. Decir que fue una
asamblea minoritaria es una canallada, es una mentira muy
grande.
Si
bien la asamblea se perdió por 42 votos, hemos visto a un
dirigente, segundo de la CTA temblar delante de la gente,
porque no sabía si iba a ganar, donde tuvo que compartir la
presidencia con una persona que lleva seis meses en un
cargo.
Estuvo
muy dividido, hubo muchísima gente de FATE votando a favor
por el tema de pelear por los despedidos, como dijo el compañeros,
incluso la gente que votó a favor de Wasiejko vio cómo se
le cayó la careta, le siguen reprochando la promesa que
hizo y que no cumplió de pelear por los despedidos. No hizo
absolutamente nada, ni paro, ni asamblea general, por el
tema de los despedidos, o sea para mí sí sirvió, se perdió
tener el aval para seguir peleando por los despedidos pero
se ganaron muchísimas cosas.
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