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Rosario:
General Motors
Un
ataque patronal para descargar la crisis sobre
los obreros
mecánicos
Corresponsal
En
el medio de una crisis financiera impresionante, la niña
mimada de los Kirchner (y de Menem también para ser
justos), la industria automotriz, está pasando por una
crisis importantísima, como se ha explicado en este periódico
más de una vez. Los despedidos, las suspensiones están a
la orden del día para evitar la caída de las ganancias
patronales, al igual que la flexibilización y
reestructuración, y unos salarios bajos para el sueldo
tradicional de un obrero mecánico, lo que lleva a hacer
horas extras. Esto es así acá y también en Estados
Unidos, donde se habla de la quiebra de gigantes del
automotor como la General Motors (ver nota aparte)
En
la General Motors de Alvear, Rosario, el conflicto comenzó
el 20 de Octubre cuando la patronal decidió echar a un
trabajador. El conjunto de los compañeros reaccionaron y en
asamblea general decidieron parar por unanimidad hasta el
23, que es cuando el Ministerio de Trabajo de la provincia
dicta la conciliación obligatoria. La patronal no la
respeta: como respuesta al paro, manda 436 telegramas de
despidos, a contratados y a efectivos por igual, y no deja
entrar a más de 40 obreros contratados. Mientras va
montando una campaña de aprietes, amedrentramiento a los
obreros y sus familias con telegramas y llamadas telefónicas.
Los obreros mecánicos se organizan en asambleas masivas y
movilizaciones a la ciudad de Rosario.
El lunes 10 de noviembre se vuelve a la fábrica, luego de
una parada técnica adelantada, encontramos la fábrica
militarizada (el gobernador Binner mandó a la Infantería a
pedido de la patronal), no dejan entrar a los 40 contratados
despedidos durante la conciliación (siguen despedidos) y
manda a hacer “cursos de capacitación” a más de 400
trabajadores. De capacitación no hay nada, es una tomada de
pelo, lo que busca la empresa es dividir a la base de la fábrica,
sacando a un sector de compañeros de la línea. Mientras a
un sector lo hace laburar con la planta militarizada a otro
lo deja en un quincho papando moscas. Frente a la bronca que
tremenda provocación generó, el martes 11 el Ministerio de
Trabajo extiende la conciliación obligatoria hasta el
jueves 20. Esto no impidió que la patronal anuncie el
viernes 15 que quiere echar a 150 obreros efectivos de
“mayor antigüedad” (que hablan con los delegados, que
son activistas) y efectivizar a 80 contratados. Es pura
persecución. Como resultado de este ataque patronal, Binner
convocó a… una reunión para el viernes 21 en la Casa
Gris. Todo un gesto de gobierno: a los laburantes nos
manosean como perros y este tipo sólo convoca a reuniones.
Por
último, este lunes 17 no dejaron entrar a 5 contratados,
con la excusa de que se les venció el contrato. El SMATA
llama a hacer un paro el viernes de la General Motors. La
CGT y la de Rosario están al tanto de la situación pero
hasta ahora no han hecho nada en concreto.
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