Uruguay
Tabaré Vázquez: de
“progre” a “inquisidor”
Por Ana Vázquez
“El que avisa no es
traidor”, dice el refrán y el Presidente de Uruguay,
Tabaré Vázquez, al poco tiempo de asumir su mandato, a
principios del 2006, anunció que vetaría cualquier ley que
despenalizara el aborto en su país y llegó hasta amenazar
al Congreso con “disolverlo” si aprobaba una resolución
favorable, cuando desde la bancada del Frente Amplio se
desempolvó un viejo proyecto archivado en el 2002.
Fiel a su palabra y a su
posición, el 13 de noviembre pasado, cuando el Congreso ya
había sancionado una ley de Salud Sexual y Reproductiva en
la que el punto que dividía aguas era el que despenalizaba
el aborto realizado dentro de las 12 semanas de gestación,
la vetó. Lo acompañó en la rúbrica de esta decisión su
ministra de Salud, María Julia Muñoz.
Se agudizaron las
tensiones
Si diputados y senadores osaran contrariar la decisión
presidencial, deberán reunir los 3/5 de ambas Cámaras en
Asamblea General para poder volver a votar e intentar lograr
la mayoría.
Pero más allá de las instancias legislativas, el
Presidente no pasó por encima solamente de una ley
sancionada por las Cámaras, sino también por sobre la
opinión mayoritaria de la población que, según varios
sondeos, entre ellos uno de la consultora Factum y otro de
la organización MYSU (Mujer y Salud en Uruguay) apoya entre
un 60% y un 70% esta medida.
La mayoría de los legisladores que responden al
partido del Presidente, el Frente Amplio, impulsaron la
iniciativa; también hubo votos favorables de los opositores
partidos Colorado y Nacional, amenazas de bombas de los
“defensores de la vida”, marchas organizadas por la
Iglesia y... la sacrosanta excomunión del arzobispo de
Montevideo, Nicolás Cotugno, a todos los que votaran el
proyecto.
Esta batalla política dada dentro de las paredes del
recinto de la democracia burguesa expresaba una aguda tensión
política en la sociedad.
Porque la realidad que golpea crudamente es que
30.000 intervenciones de este tipo se realizan en el país y
el 25% de las muertes maternas se deben a esta causa.
Por la movilización
masiva para imponer la ley
Luego del veto presidencial, manifestantes salieron a
repudiarlo. “Centenares de personas se concentraron en la céntrica plaza
de Cagancha y cortaron el tránsito por la avenida 18 de
Julio, la principal de la capital, para protestar contra la
decisión presidencial. La manifestación fue convocada por
la Coordinadora de Organizaciones Sociales, que agrupa a
varias entidades partidarias de la despenalización del
aborto y encabezada por un gran cartel que decía: ‘No al
veto’. Otras pancartas expusieron mensajes como: ‘Tabaré:
a las mujeres de izquierda, tu veto nos avergüenza’. Los
manifestantes, entre los que se encontraban al menos dos
senadores oficialistas -Mónica Xavier y Alberto Couriel-,
golpearon sus palmas y corearon consignas tales como:
‘Plebiscito”’ (para definir la despenalización del
aborto), ‘Estado laico’ y ‘Somos democracia, no somos
monarquía’.
“En
la resolución, Vázquez indica que en países que se ha
liberalizado el aborto, éstos han aumentado. En los Estados
Unidos, en los primeros diez años, se triplicó y la cifra
se mantiene; la costumbre se instaló. Lo mismo sucedió en
España...
El
senador Sergio Abreu, del Partido Nacional, el principal de
oposición y que se ha opuesto a la iniciativa, fustigó la
ley porque viola el derecho internacional que ha
suscrito Uruguay en defensa de la vida.” (El
Universo de Montevideo, 14/11/08)
Lo
de la excomunión de los legisladores se puede solucionar
con confesiones y sermones, pero esta aguda tensión política
no va a ser resuelta ni con una instancia democrática
distinta como sería plebiscito (como sostienen los
defensores desde el Frente Amplio y dentro de ellos los
integrantes del Partido Comunista). Más allá de que se lo
pueda utilizar para desarrollar una fuerte campaña en la
población para ganarlo, la resolución a este agudo
problema social no está en las formas legales que usemos
(aunque hay que aprovechar todas), sino
en la fuerza y la masividad de la movilización de las
mujeres, jóvenes y población en general que ponga la soga
al cuello al gobierno y su corte de súbditos hasta
arrancarle esta reivindicación. Esa es la apuesta para
poder avanzar y que no arrebaten este derecho que las
mujeres uruguayas tuvieron casi en sus manos.
Por el derecho a la vida de la mujer
Las
argumentaciones difundidas en el comunicado oficial se
refieren al aborto como una costumbre, como si fuera igual a
jugar al fútbol o tomar mate. Si millones de mujeres se ven
empujadas a practicarlo, no es ni más ni menos porque no
tienen otra salida frente a una sociedad que les corta el
camino hacia una vida sexual y familiar sin violencia, una
contraconcepción segura, una atención médica adecuada y
una libertad para decidir sobre su maternidad. Por eso en
esta sociedad capitalista que hoy vivimos, de condiciones
terribles de opresión de la mujer, trabajadora y pobre, la
pelea por este derecho es una pelea para poder vivir. Está
en nuestras manos defenderlo.
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