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Balance
de las elecciones en la UBA
Por
Nacho Vargas
En
un año marcado por la pugna entre dos sectores patronales,
que mantuvo en vilo al país durante varios meses y por las
renovadas luchas de los sectores de la educación en general
y del movimiento estudiantil de la UBA (la lucha contra el
cierre del CBC Merlo, contra el despido de docentes en
Arquitectura, la pelea por mejores condiciones de cursada en
Filosofía, la lucha por el Edificio Único para Sociales,
la pelea de los estudiantes de Medicina por el gas), las
elecciones de este año presentaban un desafío muy
importante. Lo que estaba en discusión era qué Centros
vamos a tener los estudiantes para profundizar nuestras
luchas contra el ajuste presupuestario y sobre todo para
enfrentar la terrible crisis económica que se cierne sobre
todo el mundo y de la cual la Universidad no será ajena
Desde
el ¡Ya Basta!-MAS
e independientes nos presentamos en las facultades de
Psicología, Filosofía y Letras y Ciencias Sociales con la
perspectiva de que era una necesidad urgente que los Centros
de Estudiantes sean conquistados para una
política de independencia completa tanto del gobierno K
como de los patrones agrarios (grandes, medianos y/o pequeños)
para poder transformarlos
en verdaderos espacios de organización del movimiento
estudiantil. Porque para luchar contra el ajuste K y
exigido por la oposición patronal, no se puede hacerlo de
la mano de los que ajustan o junto a quienes han apoyado a
los patrones. Para enfrentar el ajuste es necesario que el
movimiento estudiantil se ponga de pie, que se ligue a los
sectores que sufren los mismos problemas cotidianamente,
como los trabajadores, y juntos puedan darle la estocada
final a este repodrido régimen capitalista.
Un nuevo escenario
Casi
finalizada la ronda electoral en la UBA
los resultados que se dieron en algunas facultades han
modificado sustancialmente el escenario político de la
Universidad más grande del país. Sin grandes cambios en
las facultades dirigidas por agrupaciones de derecha,
franjistas o afines al kirchnerismo, las novedades más
desequilibrantes se han producido en los Centros de
Estudiantes que, al calor de la rebelión popular que echó
a De la Rúa de la Rosada y a la Franja de varias
facultades, fueron recuperados por la izquierda desde el
2001. En este sentido, el triunfo en Sociales y Exactas (o
la obtención de buenos resultados, como en Filosofía y
Letras) de frentes conformados por agrupaciones (como La
Mella) que se dicen ”independientes”, pero que en
realidad expresan en mayor
o menor medida una dependencia de las gestiones que se
auto-ajustan y se adaptan a la miseria presupuestaria
propuesta por el gobierno nacional, amerita una explicación
y un balance. El surgimiento, con fuerza, de esta corriente,
representa una mediación más, que modifica el equilibrio
al que estábamos acostumbrados en la UBA.
Como una caja de resonancia, la Universidad, refleja, con
sus tiempos y ritmos, las tensiones que cruzan a toda la
sociedad. En este sentido, pareciera que han llegado con
cierto “atraso” los vientos de la normalización K. Es
decir, un momento en el cual la rebelión en las calles le
cede su lugar a las instituciones de la democracia y en
donde Centros de Estudiantes que en su momento fueron un
emblema de organización, lucha y unidad con los
trabajadores, como el de Sociales, caen hoy en manos de
frentes políticos de agrupaciones pro-gestión, que niegan
la discusión política y que reivindican ser independientes
de los partidos de izquierda. ¿Cómo y qué fue lo que
permitió que estos “aires” no sólo entraran en las
facultades sino que además lograran conquistar dos centros?
El primer elemento para señalar es la experiencia que han
hecho los estudiantes con las conducciones salientes. Esto
se expresa claramente en Exactas, en donde la CEPA, luego de
5 años de conducción ultra burocrática, pierde el centro
con el FEM (La Mella), que en su campaña criticó esa forma
de conducción. No es un detalle marcar que el FEM defiende
en su plataforma electoral, un régimen
“de policía” a través del cual la gestión
“evalúe” el desempeño de los docentes, así como que
el conocimiento debe estar al servicio de cualquiera,
incluso de “empresarios innovadores”. En Sociales,
Oktubre (frente del cual formamos parte hasta el año
pasado), con el correr de los años se fue transformando
cada vez más en una sombra de lo que supo ser. Si bien
mantuvo conquistas como la independencia del gobierno y la
gestión y las asambleas, fue perdiendo, año a año, lo que
era la fuente de su vitalidad: el vínculo real con el
activismo y con el movimiento estudiantil en general. Esta
escisión, producto de políticas burocráticas y que desdeñaban
la participación activa de los estudiantes, fue aislando a
la conducción del movimiento estudiantil. En Filo, “El
Frente” tenia los mismos vicios, agravados por el hecho de
que además había agrupaciones (MST, PCR) que apoyaron al decano ajustador Trinchero, y que tenían funcionarios en la
gestión.
Este aislamiento se agravó durante el último año
producto del segundo elemento que queremos marcar: el
conflicto entre el campo y el gobierno. Las conducciones de
los Centros de Exactas, Filo y Sociales, estaban compuestas
por una mezcla de agrupaciones que no apoyaron a los
patrones agrarios y por otras que salieron abiertamente en
defensa de los intereses de los propietarios del campo.
Intereses que nada tienen que ver con los de los
estudiantes, y que se oponen.
En Sociales, dos fuerzas del frente Oktubre (IS y 29 de
Mayo) apoyaron a los pequeños propietarios, que
acaudillados por la Sociedad Rural, peleaban por la renta
extraordinaria. Este profundo desacuerdo político, que
quebraba uno de los puntos fundacionales de Oktubre, la
completa independencia del movimiento estudiantil, terminó
de paralizar y atar de manos a la conducción. ¿Cómo iba a
hacer Oktubre para darle, frente a la crisis, una
perspectiva independiente a los estudiantes de Sociales si
el frente no podía sentar una posición? Ni el PO, ni el
PTS tuvieron la intención de resolver este problema en el
momento adecuado. Izquierda Socialista y 29 de Mayo optaron
por sumarse al tren de los que decían “no discutamos de
política porque divide”. La parálisis de Oktubre, su
“desenganche” de la vanguardia del movimiento
estudiantil, le abrió paso a las agrupaciones pro-gestión,
que se hicieron eco de las críticas que los estudiantes le
hacían a Oktubre. Ocurrió con Oktubre lo mismo que ocurre
con la FUBA: los estudiantes si bien dan cuenta de que son
direcciones que luchan, no las reconocen como propias,
porque no tienen ni arte ni parte en las decisiones que se
toman, las sienten ajenas, impuestas.
El caso de Filo fue aún más radical. El MST y el PCR
(frente a la completa inacción del PO) llevaron
a fondo su política de que los estudiantes tenían que ser
furgón de cola de Miguens y De Angelis. Sin
consultar a nadie hicieron flamear
las banderas del Centro en los cacerolazos conchetos de
Caballito en marzo y se retiraron del acto por la expropiación
de Zanón (queriéndose llevar la bandera del Centro) en el
marco del Encuentro Nacional de Mujeres, cuando los
trabajadores leyeron un documento que decía que no había
que apoyar a los patrones del campo. Esto provocó el
repudio de los estudiantes en una gran asamblea. Es por esto
que el frente compuesto por PO y PTS se abrió paso,
logrando presentarse como una renovación. Sin embargo, el
riesgo que se corre en Filo es que esta nueva conducción
reproduzca la lógica de Centro-aparato que impone el PO en
las facultades y en la FUBA y que el PTS critica cada vez
con mayor tibieza.
En las elecciones, los estudiantes castigaron duramente a
las agrupaciones de “izquierda” (PCR, MST en franca
extinción e IS) que apostaron a que con el voto no positivo
de Cleto Cobos, el triunfo del campo iba a parir una fuerte
y vigorosa oposición, claramente por derecha, al gobierno,
y sufrieron un duro retroceso en la UBA. La fama de la nueva
oposición, liderada por las Carrió, los Macri y otros
personajes, que reclama libre mercado, reniega de la
intervención estatal en la economía y profesa la libertad
de empresa, se esfumó cuando empezó la tormenta financiera
internacional. Es que el modelo neoliberal impulsado por
ellos quedó completamente desacreditado luego que las
principales potencias imperialistas, con Estados Unidos a la
cabeza, invirtieron millones y millones de dólares del
Estado para intentar rescatar a los generadores de la
crisis! Pero también castigaron un modelo de Centro de
Estudiantes que sienten como ajeno. Es que no puede ser
gratuito que como ocurre con la FUBA “piquetera”
dirigida por el PO, PCR y MST, o en los Centros en donde
estas corrientes han sido conducción, el movimiento
estudiantil no los reconozca como tales, no se sienta
representado, no se sienta parte activa y fundamental en las
decisiones que se tomen.
Prepararse
para lo que viene
El
año que termina ya está dando algunas señales de los
desafíos que vendrán. La creciente crisis capitalista
amenaza con devorárselo todo. El ajuste de los gobiernos de
todo el mundo ya se hace sentir entre los trabajadores con
suspensiones masivas y despidos, y en este marco la
Universidad no va a ser la excepción. El gobierno K, de la
mano de las camarillas privatizadoras y las gestiones
de todo tipo y color van a buscar descargar un brutal ajuste
sobre la Universidad y ya están preparando el terreno.
Parte de esa preparación es el procesamiento de importantes
dirigentes y luchadores estudiantiles de la FUBA por luchar
en contra del cierre de la sede del CBC de Merlo. Desde ¡Ya Basta!-MAS e independientes, rechazamos cualquier intento de
criminalizar el justo reclamo de los estudiantes y exigimos
el inmediato desprocesamiento de los compañeros.
El
triunfo de los frentes “independientes” pro-gestión y
que llaman a los estudiantes a no discutir política es un
paso atrás de la izquierda. Sin embargo, se avecina una
crisis de magnitudes inconmensurables, que va tener,
inevitablemente, repercusiones en la Universidad. Es por eso
que desde ¡Ya Basta!-MAS planteamos durante el año y sobre todo en estas
elecciones en todas las facultades la necesidad de la
independencia política de todo sector patronal, que los
centros tienen que ser espacios abiertos al conjunto del
movimiento estudiantil, la importancia de coordinar y unir
nuestros esfuerzos con los trabajadores y sectores populares
que sufren lo mismo que nosotros, que los estudiantes
tenemos que discutir en profundidad qué es lo que está
sucediendo en el mundo y en la Argentina y tomar una posición.
Desde nuestra organización seguiremos batallando por estos
puntos que consideramos fundamentales, para junto con todos
aquellos que vean las mismas necesidades, darle una
perspectiva distinta, de completa independencia, de
organización, participación, decisión y lucha al conjunto
de los estudiantes.
[1]
Al momento de escribir esta nota, todavía no se
realizaron las elecciones en Agronomía.
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