Socialismo o Barbarie, periódico Nº 140, 21/11/08
 

 

 

 

 

 

Balance de las elecciones en la UBA

Por Nacho Vargas

En un año marcado por la pugna entre dos sectores patronales, que mantuvo en vilo al país durante varios meses y por las renovadas luchas de los sectores de la educación en general y del movimiento estudiantil de la UBA (la lucha contra el cierre del CBC Merlo, contra el despido de docentes en Arquitectura, la pelea por mejores condiciones de cursada en Filosofía, la lucha por el Edificio Único para Sociales, la pelea de los estudiantes de Medicina por el gas), las elecciones de este año presentaban un desafío muy importante. Lo que estaba en discusión era qué Centros vamos a tener los estudiantes para profundizar nuestras luchas contra el ajuste presupuestario y sobre todo para enfrentar la terrible crisis económica que se cierne sobre todo el mundo y de la cual la Universidad no será ajena

Desde el ¡Ya Basta!-MAS e independientes nos presentamos en las facultades de Psicología, Filosofía y Letras y Ciencias Sociales con la perspectiva de que era una necesidad urgente que los Centros de Estudiantes sean conquistados para una política de independencia completa tanto del gobierno K como de los patrones agrarios (grandes, medianos y/o pequeños) para poder transformarlos en verdaderos espacios de organización del movimiento estudiantil. Porque para luchar contra el ajuste K y exigido por la oposición patronal, no se puede hacerlo de la mano de los que ajustan o junto a quienes han apoyado a los patrones. Para enfrentar el ajuste es necesario que el movimiento estudiantil se ponga de pie, que se ligue a los sectores que sufren los mismos problemas cotidianamente, como los trabajadores, y juntos puedan darle la estocada final a este repodrido régimen capitalista.

Un nuevo escenario

Casi finalizada la ronda electoral en la UBA[1] los resultados que se dieron en algunas facultades han modificado sustancialmente el escenario político de la Universidad más grande del país. Sin grandes cambios en las facultades dirigidas por agrupaciones de derecha, franjistas o afines al kirchnerismo, las novedades más desequilibrantes se han producido en los Centros de Estudiantes que, al calor de la rebelión popular que echó a De la Rúa de la Rosada y a la Franja de varias facultades, fueron recuperados por la izquierda desde el 2001. En este sentido, el triunfo en Sociales y Exactas (o la obtención de buenos resultados, como en Filosofía y Letras) de frentes conformados por agrupaciones (como La Mella) que se dicen ”independientes”, pero que en realidad expresan en  mayor o menor medida una dependencia de las gestiones que se auto-ajustan y se adaptan a la miseria presupuestaria propuesta por el gobierno nacional, amerita una explicación y un balance. El surgimiento, con fuerza, de esta corriente, representa una mediación más, que modifica el equilibrio al que estábamos acostumbrados en la UBA.

Como una caja de resonancia, la Universidad, refleja, con sus tiempos y ritmos, las tensiones que cruzan a toda la sociedad. En este sentido, pareciera que han llegado con cierto “atraso” los vientos de la normalización K. Es decir, un momento en el cual la rebelión en las calles le cede su lugar a las instituciones de la democracia y en donde Centros de Estudiantes que en su momento fueron un emblema de organización, lucha y unidad con los trabajadores, como el de Sociales, caen hoy en manos de frentes políticos de agrupaciones pro-gestión, que niegan la discusión política y que reivindican ser independientes de los partidos de izquierda. ¿Cómo y qué fue lo que permitió que estos “aires” no sólo entraran en las facultades sino que además lograran conquistar dos centros?

El primer elemento para señalar es la experiencia que han hecho los estudiantes con las conducciones salientes. Esto se expresa claramente en Exactas, en donde la CEPA, luego de 5 años de conducción ultra burocrática, pierde el centro con el FEM (La Mella), que en su campaña criticó esa forma de conducción. No es un detalle marcar que el FEM defiende en su plataforma electoral, un régimen  “de policía” a través del cual la gestión “evalúe” el desempeño de los docentes, así como que el conocimiento debe estar al servicio de cualquiera, incluso de “empresarios innovadores”. En Sociales, Oktubre (frente del cual formamos parte hasta el año pasado), con el correr de los años se fue transformando cada vez más en una sombra de lo que supo ser. Si bien mantuvo conquistas como la independencia del gobierno y la gestión y las asambleas, fue perdiendo, año a año, lo que era la fuente de su vitalidad: el vínculo real con el activismo y con el movimiento estudiantil en general. Esta escisión, producto de políticas burocráticas y que desdeñaban la participación activa de los estudiantes, fue aislando a la conducción del movimiento estudiantil. En Filo, “El Frente” tenia los mismos vicios, agravados por el hecho de que además había agrupaciones (MST, PCR) que apoyaron al decano ajustador Trinchero, y que tenían funcionarios en la gestión.

Este aislamiento se agravó durante el último año producto del segundo elemento que queremos marcar: el conflicto entre el campo y el gobierno. Las conducciones de los Centros de Exactas, Filo y Sociales, estaban compuestas por una mezcla de agrupaciones que no apoyaron a los patrones agrarios y por otras que salieron abiertamente en defensa de los intereses de los propietarios del campo. Intereses que nada tienen que ver con los de los estudiantes, y que se oponen.

En Sociales, dos fuerzas del frente Oktubre (IS y 29 de Mayo) apoyaron a los pequeños propietarios, que acaudillados por la Sociedad Rural, peleaban por la renta extraordinaria. Este profundo desacuerdo político, que quebraba uno de los puntos fundacionales de Oktubre, la completa independencia del movimiento estudiantil, terminó de paralizar y atar de manos a la conducción. ¿Cómo iba a hacer Oktubre para darle, frente a la crisis, una perspectiva independiente a los estudiantes de Sociales si el frente no podía sentar una posición? Ni el PO, ni el PTS tuvieron la intención de resolver este problema en el momento adecuado. Izquierda Socialista y 29 de Mayo optaron por sumarse al tren de los que decían “no discutamos de política porque divide”. La parálisis de Oktubre, su “desenganche” de la vanguardia del movimiento estudiantil, le abrió paso a las agrupaciones pro-gestión, que se hicieron eco de las críticas que los estudiantes le hacían a Oktubre. Ocurrió con Oktubre lo mismo que ocurre con la FUBA: los estudiantes si bien dan cuenta de que son direcciones que luchan, no las reconocen como propias, porque no tienen ni arte ni parte en las decisiones que se toman, las sienten ajenas, impuestas.

El caso de Filo fue aún más radical. El MST y el PCR (frente a la completa inacción del PO) llevaron a fondo su política de que los estudiantes tenían que ser furgón de cola de Miguens y De Angelis. Sin consultar a nadie hicieron flamear las banderas del Centro en los cacerolazos conchetos de Caballito en marzo y se retiraron del acto por la expropiación de Zanón (queriéndose llevar la bandera del Centro) en el marco del Encuentro Nacional de Mujeres, cuando los trabajadores leyeron un documento que decía que no había que apoyar a los patrones del campo. Esto provocó el repudio de los estudiantes en una gran asamblea. Es por esto que el frente compuesto por PO y PTS se abrió paso, logrando presentarse como una renovación. Sin embargo, el riesgo que se corre en Filo es que esta nueva conducción reproduzca la lógica de Centro-aparato que impone el PO en las facultades y en la FUBA y que el PTS critica cada vez con mayor tibieza.

En las elecciones, los estudiantes castigaron duramente a las agrupaciones de “izquierda” (PCR, MST en franca extinción e IS) que apostaron a que con el voto no positivo de Cleto Cobos, el triunfo del campo iba a parir una fuerte y vigorosa oposición, claramente por derecha, al gobierno, y sufrieron un duro retroceso en la UBA. La fama de la nueva oposición, liderada por las Carrió, los Macri y otros personajes, que reclama libre mercado, reniega de la intervención estatal en la economía y profesa la libertad de empresa, se esfumó cuando empezó la tormenta financiera internacional. Es que el modelo neoliberal impulsado por ellos quedó completamente desacreditado luego que las principales potencias imperialistas, con Estados Unidos a la cabeza, invirtieron millones y millones de dólares del Estado para intentar rescatar a los generadores de la crisis! Pero también castigaron un modelo de Centro de Estudiantes que sienten como ajeno. Es que no puede ser gratuito que como ocurre con la FUBA “piquetera” dirigida por el PO, PCR y MST, o en los Centros en donde estas corrientes han sido conducción, el movimiento estudiantil no los reconozca como tales, no se sienta representado, no se sienta parte activa y fundamental en las decisiones que se tomen.

Prepararse para lo que viene

El año que termina ya está dando algunas señales de los desafíos que vendrán. La creciente crisis capitalista amenaza con devorárselo todo. El ajuste de los gobiernos de todo el mundo ya se hace sentir entre los trabajadores con suspensiones masivas y despidos, y en este marco la Universidad no va a ser la excepción. El gobierno K, de la mano de las camarillas privatizadoras  y las gestiones de todo tipo y color van a buscar descargar un brutal ajuste sobre la Universidad y ya están preparando el terreno. Parte de esa preparación es el procesamiento de importantes dirigentes y luchadores estudiantiles de la FUBA por luchar en contra del cierre de la sede del CBC de Merlo. Desde ¡Ya Basta!-MAS e independientes, rechazamos cualquier intento de criminalizar el justo reclamo de los estudiantes y exigimos el inmediato desprocesamiento de los compañeros.

El triunfo de los frentes “independientes” pro-gestión y que llaman a los estudiantes a no discutir política es un paso atrás de la izquierda. Sin embargo, se avecina una crisis de magnitudes inconmensurables, que va tener, inevitablemente, repercusiones en la Universidad. Es por eso que desde ¡Ya Basta!-MAS planteamos durante el año y sobre todo en estas elecciones en todas las facultades la necesidad de la independencia política de todo sector patronal, que los centros tienen que ser espacios abiertos al conjunto del movimiento estudiantil, la importancia de coordinar y unir nuestros esfuerzos con los trabajadores y sectores populares que sufren lo mismo que nosotros, que los estudiantes tenemos que discutir en profundidad qué es lo que está sucediendo en el mundo y en la Argentina y tomar una posición. Desde nuestra organización seguiremos batallando por estos puntos que consideramos fundamentales, para junto con todos aquellos que vean las mismas necesidades, darle una perspectiva distinta, de completa independencia, de organización, participación, decisión y lucha al conjunto de los estudiantes.


[1] Al momento de escribir esta nota, todavía no se realizaron las elecciones en Agronomía.