Venezuela
Asesinan
a tres dirigentes obreros
Por
Claudio Testa
La protesta
nacional e internacional logró que Chávez rompa un
silencio de 4 días y prometa el castigo de los
responsables.
El jueves
pasado, en Cagua, una ciudad obrera y popular del estado de
Aragua, fueron asesinados los dirigentes obreros Richard
Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena,
de larga trayectoria en las luchas de los trabajadores de
esa región. Los tres eran dirigentes de la UNT (Unión
Nacional de Trabajadores) de Aragua y militantes trotskistas
de larga trayectoria, en especial los dos primeros.
Su
asesinato estaba a todas luces relacionado con el conflicto
que venía sosteniendo la multinacional colombiana Alpina
con sus 400 obreros.
Los
trabajadores habían ocupado la fábrica por incumplimiento
del contrato colectivo y por la amenaza patronal de cerrar
el establecimiento.
Ese jueves
27, al medio día, la policía estadual –que está bajo el
mando de un gobernador de derecha que finaliza su mandato–
asaltó la planta reprimiendo brutalmente a los obreros y
logró desalojarlos del establecimiento. Pero luego una
movilización solidaria de trabajadores de la UNT,
encabezada por los compañeros asesinados, consiguió que
los trabajadores de Alpina volvieran a ocupar la empresa.
Fue esa
misma noche que Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos
Requena fueron ametrallados, mientras se encontraban cenando
en Cagua.
Era
evidente que la patronal de Alpina había aplicado el “método
colombiano” de solución de los conflictos obreros; es
decir, asesinar a los dirigentes sindicales, contratando
sicarios paramilitares. En Colombia, sólo en 2008, ya han
sido muertos casi medio centenar de dirigentes y activistas.
No es la
primera vez que algo así sucede en Venezuela. Desde hace
tiempo, especialmente en el campo y en las zonas fronterizas
con Colombia, terratenientes y otros patrones apelan a los
servicios de los llamados “paracos”. Pero era la primera
vez que se producía un crimen de esta magnitud y en uno de
los puntos nodales del movimiento obrero venezolano.
Inexplicable
silencio de cuatro días es roto por la protesta nacional e
internacional
Después
del hecho, se inició en Venezuela, con epicentro en el
estado de Aragua, un importante movimiento de repudio. También
internacionalmente comenzó a tomar forma una amplia
corriente de solidaridad.
Los
crecientes reclamos se enfrentaron a un hecho que, para
muchos, dentro y fuera de Venezuela, fue tan inesperado como
inexplicable: el presidente Chávez, todos los
funcionarios de su gobierno y todo el PSUV se
mantuvieron en completo silencio durante cuatro días.
Durante
esos largos cuatro días, para ellos nada había sucedido
en Cagua, en la noche del jueves 27.
Pero esta
vez fue imposible mantener la “cortina de silencio” con
la cual, lamentable, en Venezuela y en todo el mundo, se
“ningunean” las luchas obreras y los crímenes de los
capitalistas.
Numerosos
trabajadores de Aragua, después de realizar asambleas, habían
salido a la calle y comenzado a cortar las principales rutas
del estado. Hora a hora, la cosa se fue “calentando”
cada vez más.
Finalmente,
poco antes de iniciarse un paro general regional
dispuesto por la UNT, el gobierno se dio por enterado. El
gobernador electo de Aragua por el PSUV, Rafael Isea, repudió
"los hechos violentos", pero al mismo tiempo pidió
"mantener la calma y evitar las confrontaciones".
Luego, esa misma tarde, Chávez prometió investigar el
hecho y castigar a los responsables. Por último, el
ministro del Interior anunció que había sido detenido
“el presunto autor material del triple homicidio”.
Aún no
sabemos si esto último es cierto y, en todo caso, queda
pendiente la captura de sus autores intelectuales, los que
contrataron al sicario. Sin embargo, pese a ello, ha sido un
triunfo importante de la movilización en Venezuela y de la
solidaridad internacional haber perforado el siniestro
“muro de silencio” con que fue rodeado inicialmente este
monstruoso crimen.
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