Gracias
a la sequía...
El
“campo” vuelve al ruedo
Por
Manuel Rodríguez
Luego de un año que estuvo
marcado políticamente por el enfrentamiento campo-gobierno
K, las patronales agrarias le han puesto fecha a una nueva
medida de fuerza. Enarbolando básicamente el
mismo programa liberal de eliminación de las
retenciones y libre exportación de sus productos, ahora le
han agregando el reclamo de subsidios por parte del Estado a
la rentabilidad de los sectores más golpeados por la crisis
mundial y la sequía. Al mismo tiempo, van acomodando fichas
en la oposición burguesa de cara a las elecciones. Subsiste
sin embargo una contradicción cual es que no terminan de
dar cuenta del nuevo escenario político se abrió con la
crisis mundial.
No hay mal que por bien no venga
Irónicamente, la
importante sequía que sufre el país le permitió al
“campo” volver a reclamar por su rentabilidad. Se
habla de más de 20 millones de toneladas de soja perdidas,
entre 3.000 a 9.000 millones de dólares perdidos en
exportaciones agrícolas y cientos de miles de vacas muertas
(Clarín 18/01/09). Pero al mismo tiempo, cayó como regalo
del cielo al darle de nuevo a las patronales del campo
fuerza para reclamarle al gobierno por la “pobre”
rentabilidad de su negocio.
Al estar damnificados
–dicen–, además de la sequía, por la supuesta falta de
política del gobierno K para el sector y la caída de los
precios de las commodoties por la crisis financiera
internacional (aunque la misma sequía de Argentina y
Uruguay está haciendo subir el precio de la soja en
Chicago), retoman de
lleno la “agenda campestre”: el fin de las
retenciones, la libertad de exportar toda la producción y
una batería de subsidios a la producción. Hasta el momento
no han mostrado preocupación por los efectos que la sequía
pueda tener en el precio de los alimentos, ni el posible
efecto inflacionario de la misma: ¡como
buenos patrones, sólo cuidan sus bolsillos!
Más allá del fuerte malestar
entre los patrones del campo, especialmente entre los pequeños
productores obviamente más débiles que los medianos y ni
hablar los grandes, una
vez más hay consenso entre la conducción campestre de la necesidad de actuar de
manera conjunta y unificada, que tanto resultado les dio
en el primer round del año pasado.
Es por eso que con pequeños
adelantos a mediados de enero (concentración de productores
lecheros frente a una planta de SanCor en Santa Fe y el acto
y corte de la ruta 2 a la altura de Mar Chiquita) han
decidido un plan de lucha desde este mismo mes y una fuerte
concentración el 14 de marzo en Córdoba donde
pretenden repetir su éxito de los actos de Rosario y el
Rosedal el año pasado.
La pelea con el gobierno K de la mano de la oposición patronal
El movimiento social conservador
surgido en el campo se encamina a cobijarse en una u otra
expresión patronal opositora a los K. De hecho, han
declarado que les “conviene diversificar las posibilidades
y presentarse en todas las listas opositoras relevantes que
se presenten en las elecciones de Octubre”. Como declaró
para Página 12 el 4 de Febrero el diputado macrista
Gribaudo, Llambías (y también De Angeli) podría ir con Carrió, Buzzi con Pino
Solanas (aunque también coquetea con el peronismo
disidente), mientras que el PRO lo quiere a Miguens.
El campo escuálido apuesta
fuerte a la construcción de una oposición fuerte y/o
unida. Esto explica el apuro en dar el número de puesto a
ocupar en las listas del 2009… o del 2011, mucho más que
mantener la ficción de una independencia frente a sus bases
corporativas o cuidar la sensibilidad de las señoras de
Belgrano y Barrio Norte y de algún izquierdista
desorientado.
El gobierno responde este
llamado a alistar a las tropas anunciando una serie de pequeñas medidas para intentar ir desarticulando el frente agrario
(maquinaria agrícola, agroquímicos, subsidios al sector
lechero, provisión de alimentos para paliar los efectos de
la sequía). Aunque no parece que esta política logre
resultado alguno.
Al mismo tiempo, por presión de
los gobernadores, concede la emergencia
agropecuaria (postergación del pago de una serie de
impuestos al campo) por la sequía. Por otro lado, no
escatima en maniobras
como la montada por Moreno al asignarle el reparto del
alimento para el ganado afectado por la sequía a un
productor amigo, la quita del otorgamiento de las Carta de
Porte (transporte de granos) a la Federación Agraria y el
llamado a citación a Menem y Cavallo en un juicio a la
Sociedad Rural por la venta a ésta de inmueble a precios
irrisorios.
Sin embargo, todo esto no parece
estar dándole éxito alguno: mientras
el gobierno sigue debilitado, el campo y la oposición se
están jugando a meter todo el descontento detrás de sus
intereses patronales. Mezclando la reingeniería
institucional de los subsidios y créditos Cristina desnuda
su incapacidad de vencer a las patronales del campo, dando
cuenta otra vez más de su humillante derrota política en
un poco más de un año de gestión.
¿Sólo comparsas campestres en el 2009?
Pero el gobierno ya no tiene un
solo frente del cual preocuparse. El empeoramiento de la
situación económica, con
causas tanto nacionales como mundiales, inquieta por las
inevitables consecuencias sociales que la crisis económica
trae y va a traer: la
lucha de la clase trabajadora por mantener el empleo, el
salario y las condiciones de trabajo. No hay que ver la
huelga general francesa para ver la resistencia obrera en
curso. Basta ir a Parque Patricios y ver a los obreros de
Indugraf, o en Quilmes a los obreros de la papelera Massuh y
las decenas de pequeños conflictos que están emergiendo en estos mismísimos
momentos.
Por su lado, las patronales del
campo siguen enfrascadas
en su reclamo corporativo, buscando su proyección política
en los partidos patronales. Y en todo caso intentará
utilizar los despidos, suspensiones y luchas obreras y
populares contra la crisis para llevar agua a su molino: como lo hizo el
patroncito Buzzi en Paraná Metal.
Esto demuestra los importantes límites
con los que se prepara a enfrentar el 2009 la “gusanería
campestre”: mientras se encuentra enfrascada en un reclamo
corporativo sin ampliar su lucha a otros reclamos
patronales, tampoco le escapa él principal problema del
conjunto de la patronal: todavía no han esbozado un plan
alternativo de conjunto a los K que tenga alguna sintonía
con lo que pasa en el mundo; mientras
que este va para un lado, en realidad lo esbozado hasta
ahora es una orientación neoliberal pura y dura que está
justamente siendo cuestionada en todo el mundo…
Es por eso que de cara al
panorama electoral, aparte del circo K, ya se van formando 3 comparsas campestres: la de la Coaliación Cívica, con los rejuntes del radicalismo y el
socialismo sojero de Binner, con Castells y a la CCC-PCR de
furgón de murga; la del “campo
progre”, con Pino Solanas, parte de la CTA, Solano,
Sabatella y posiblemente Ibarra, formación a la cual le
gustaría engancharse Vilma Ripoll y su Nueva Izquierda, y
por último al PJ “no positivo” de Solá, De Narváez,
Duhalde y probalmente Macri.
Entre el circo K y las comparsas
campestres amenazan con llevarse todas las palmas del
carnaval político del 2009 dejando en la vereda al actor
político social que recién empieza a irrumpir:
la
clase obrera y los sectores populares.
Por más que le pese a la
izquierda campestre y también a los sectarios y marginales
de vocación, es necesario poner en píe desde ahora mismo
una alternativa política independiente de los trabajadores.
Es necesario poner en
pie un frente único de la clase obrera y los sectores
populares, un frente de independencia de clase para
intervenir con fuerza en la política nacional, plantar
bandera política en los conflictos que ya están
despuntando y en el proceso electoral que se avecina
construyendo un polo de referencia clasista y socialista.
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