Socialismo o Barbarie, periódico Nº 144, 05/02/09
 

 

 

 

 

 

Francia

Colosales manifestaciones contra Sarkozy y
su plan económico

Por Ramate Keita, desde París
Para Socialismo o Barbarie, 30/01/09

El descontento de trabajadores y estudiantes obligó a las centrales sindicales –que siempre juegan a dividir y frenar– a unirse en una huelga con manifestación que el jueves 29 sacó a la calle a más de 2,5 millones de franceses.

Desde las grandes jornadas de 1995, no se veía una manifestación tan grande y combativa, con 300 mil personas sólo en París. Desde mayo del 68 tampoco se veían tantos manifestantes de empresas privadas. Estaban los obreros de Peugeot, Monoprix, Air France, maestros, empleados de pequeñas empresas, liceístas, estudiantes. El personal de los hospitales enfermeras, obreros, ayudantes, muy combativos, reclamaban “millones para la salud, la educación y no para la especulación”.

Las amplias avenidas resultaron estrechas. Los últimos en entrar en el cortejo tuvieron que esperar cuatro horas. Mientras, en el otro extremo de la manifestación, la policía antidisturbios con la ayuda de los burócratas de la CGT, reprimía una marcha de jóvenes.

En Rennes, salieron los trabajadores de la Peugeot–Citröen y su letanía de subcontratistas, de las telecomunicaciones, del centro de investigación Motorola que va a cerrarse, de France Telecom, de Equant y Thomson. Pero también, y es casi increíble, manifestaron los trabajadores de Carrefour y la Redoute (cadena de venta de ropa). Como en París, empleados de tribunales, animadores, estadísticos del INSEE, bomberos, jóvenes y jubilados se movilizaron.

Si bien las burocracias sindicales exigían del gobierno “aumento del poder adquisitivo de los salarios” y un plan contra los despidos, en la manifestación parisina se escuchaban consignas pidiendo la renuncia de Sarkozy. Muchísimas pancartas denunciaban el capitalismo y las grandes sumas de dinero que el gobierno da a los bancos.

El día después de la manifestación, los burócratas sindicales decían esperar la respuesta del gobierno, pero que no descartaban otra jornada de movilización. Aunque los burócratas sindicales no quieren llamar a huelga general, toda la prensa habla de ella.

Los trabajadores del automóvil verán sus salarios disminuir por los días no trabajados desde diciembre. Los despidos se multiplican en el sector privado. En diciembre, hubo 40.000 desempleados más y las cifras de enero serán mucho peores. Ya el sentimiento es general: ¡no vamos a pagar la crisis! Todos los analistas coinciden en que hay una politización general, producto de la crisis y del rechazo a la línea del gobierno de salvar a los ricos con el dinero de los pobres.

Las perspectivas y el alerta contra las burocracias traidoras

Los trabajadores y los militantes conocen y denuncian la táctica de las centrales sindicales de llamar a jornadas aisladas de lucha. Los trabajadores saben que, para evitar que la crisis la paguemos todos, habrá que repetir el “todos juntos” con una huelga indefinida, como en 1995, enfrentándose decididamente al gobierno, que ya anunció que no cambiará de política.

Los sindicatos van a tener problemas para calmar a la gente. Ya Chereque, el burócrata de la central CFDT, una de las más traidoras, se quejaba: “Si el gobierno no suelta algo, vamos a tener que continuar las huelgas”.

Asimismo, el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) –cuya fundación es impulsada por la LCR–antes se negaba a denunciar la burocracia sindical. Ahora lo hace frecuentemente. Sus militantes participan en la organización de asambleas en los lugares de trabajo.

A partir del lunes 2, los profesores universitarios comienzan una huelga indefinida. Es muy probable que los estudiantes se les unan con sus propias reivindicaciones.

La huelga general de Guadalupe [dominio francés del Caribe] contra el alto costo de la vida, que dura ya 10 días, es tema de conversación de muchos trabajadores.

La dinámica creciente de movilizaciones en Europa, con los picos de Grecia e Islandia, es otro factor a tomar en cuenta. No es nada seguro que los burócratas sindicales logren esta vez paralizar de nuevo las luchas de los trabajadores por mucho tiempo.