|
Iveco: no
a los despidos a plazo fijo
¿Plan de lucha a largo plazo?
Por Adrián Peryam
|
Los últimos hechos
El día 14 de enero, durante el
período vacacional la burocracia firma el acta de defunción laboral anticipada. (ver en nuestra edición
anterior). El día 2 febrero cuando deben volver los
compañeros a trabajar, y habiendo un grupo de
despedidos en la puerta de fábrica, los delegados
independientes dicen que se debe entrar normalmente, y
que la asamblea se haría con el conjunto cuando
salgan.
Al salir, los trabajadores se
quedaron en asamblea y votaron el plan de lucha, cuya
primera medida, ir al centro y al sindicato se cumplió
a medias, se fue al centro, pero no al sindicato, ya
que los delegados que no responden a la burocracia
informaron que en un diálogo telefónico con gente
del Smata, estos les anunciaron que en la sede gremial
no había nadie, y que por lo tanto era inútil ir.
La segunda medida, recién fue
para el día 11, y consistió en una marcha a la Casa
de Gobierno provincial para entregar un petitorio y a
la que concurrieron unos 70 trabajadores de la fábrica
de camiones, siendo mucho más chica que la anterior
de la que habrán participado unos 200.
Luego
de que una delegación se entrevistara con
funcionarios gubernamentales se realizó una asamblea
en la que los trabajadores de Iveco discutían los
pasos a seguir y en la que quedó claro que un sector
de los obreros movilizados, querían radicalizar la
lucha.
Ante esto, los delegados
independientes de la burocracia mostraban como
triunfos de los trabajadores que el gobierno los
recibiera, y que el SMATA quiera charlar con ellos, y
sostenían que hay que esperar un tiempo para
organizar medidas más fuertes, y llamaron a una reunión
de los trabajadores de Iveco para el viernes 12.
De esa asamblea también quedó
que esperaran una semana para volver a hablar con el
gobierno, y en caso de que la respuesta gubernamental
no los convenza tomar medidas más duras.
Otro aspecto que se había votado
como parte del plan de lucha era acercarse a VW que el
20 tenía audiencia por sus despedidos para juntar el
reclamo de las fábricas.
O sea, el plan de lucha
establecido desde el primer momento llevaba una acción
cada 9 días, primero el 2, luego el 11, y tercera el
20. Mientras tanto, nada. Por eso decimos que no se
aprovechó esa semana que era clave.
|
La provincia de Córdoba no es
ajena a la realidad nacional y los trabajadores cordobeses
no son una excepción a la realidad que vive el país.
Desde que arrancó la crisis, y las
patronales, con la complicidad de los sindicatos y el
gobierno comenzaron la ofensiva contra los trabajadores, el
movimiento obrero cordobés mostró distintos tipos de
reacciones, la más importante hasta el momento fue la de
los trabajadores de Iveco que potencialmente podía
constituirse en un punto de referencia para los trabajadores
que se quieren organizar frente a la avanzada patronal.
Los trabajadores de Iveco tienen
el mérito enorme de querer plantarse frente a los despidos
y suspensiones al igual que en otras fábricas del país
como Paraná Metal, la papelera Massuh y otras fábricas.
Sin duda, la presión ejercida por
los trabajadores de Iveco en diciembre, los dejó con
“vida” laboral por el verano, pero desde ahí hasta el día
de hoy la burocracia, la patronal y el gobierno avanzan
contra los trabajadores, fragmentando, dividiendo y
desmoralizando compañeros, ya son varios los compañeros
que “arreglaron” y se fueron.
Pelear contra la división no es
fácil. Las fábricas no trabajan normalmente, los compañeros
que mantienen sus puestos de trabajo tienen miedo, los que
se fueron desmoralizando están en otras, los que consiguen
changas se conforman porque terminan manteniendo el sueldo.
Todo eso hace que la organización de los trabajadores sea más
complicada, lo que no significa imposible. Los trabajadores
de Iveco ya han demostrado que se puede torcer la historia.
¿Plan de lucha a largo plazo?
Para ganar un conflicto tan difícil
es necesario que los trabajadores se organicen en forma
masiva. Hoy más que nunca, es necesaria la organización de
toda la planta, tanto de los se quedan sin trabajo el 31 de
marzo como los que lo mantienen, ya sea trabajando o
suspendidos. Si no participa el conjunto de la planta va a ser muy difícil conseguir mantener las fuentes de trabajo de la
totalidad de los compañeros.
Ahora, sin la planta
funcionando, hacer actividades en las puertas de la fábrica
no tiene sentido, pero se podía haber aprovechado la semana
que la planta funciona para nuclear la solidaridad y
confraternizar entre los suspendidos y los no suspendidos
lamentablemente se perdió esta oportunidad.
La burocracia durante esa semana
aprovecho para meter miedo e hizo asamblea sin lo delegados
independientes que la
patronal no deja entrar.
Las acciones que se fueron
votando en las distintas asambleas y la política de los dos
delegados independientes –los compañeros que se negaron a
firmar el acta de defunción laboral– no fueron en este
sentido: pelear la unidad. Lamentablemente no se aprovechó
la semana en que la planta trabajó para buscar la unidad de
los de adentro con los de afuera.
Por otro lado hacer acciones
cada 7 o 9 días es un plazo muy largo entre si y termina
ayudando a debilitar la lucha.
Mientras tanto sigue siendo
urgente trabajar en la unidad de los de adentro con los de
afuera, lograr que aquellos que no están participando de
las acciones vuelvan a acercarse, buscar la unidad con otras
fábricas y con otros sectores que vienen solidarizándose
con las luchas de los trabajadores constituyendo
un verdadero comité de lucha.
Hoy más que nunca está
planteada la necesidad
de masificar el conflicto, ya que esta es la única
forma de poder torcer la vara y lograr que tanto los
delegados, como los trabajadores suspendidos y cesanteados
vuelvan a ocupar sus puestos de trabajo, de otra forma, ni
los trabajadores, ni los delegados vuelven a la
planta.
|
|