CONLUTAS debe romper con la política superestructural
del PSTU
La
línea de exigencias a Lula es insuficiente
Es necesario un Encuentro Nacional de Bases para
organizar
la lucha contra los despidos y la reducción de
salarios
Por Antonio Carlos Soler
De Práxis, corriente
marxista revolucionaria, febrero 2009
San Pablo.- Las centrales sindicales oficialistas y sus burócratas,
además de dejar pasar los despidos, en varias fábricas están
haciendo acuerdos de reducción de salarios.
Por su parte Conlutas –de la que somos parte y
revindicamos– ha sido incapaz de organizar la lucha,
incluso en las ramas y sindicatos que supuestamente
dirige, como los metalúrgicos de São José dos Campos.
Frente a 800 despidos, se limitó a organizar un acto al que
sólo fueron 3.000 compañeros, cuando sólo en la GM
(General Motors) hay 5.000 obreros.
Para enfrentar la crisis hacen falta algo más que
palabras bonitas. Hay que poner en pie una alternativa
totalmente independiente de Lula y la burocracia. No
podemos dejar pasar estos primeros ataques sin respuestas.
En ese sentido, la última reunión de Conlutas
(realizada en Bélem durante el FSM) fue un error total. Votó
como únicas actividades en el 2009 hacer dos
actos –uno en Río y otro en San Pablo– y un “encuentro”
a fines del 2009. Un “encuentro” que, en la medida que
dependa de las disposiciones del PSTU, va a ser otra vez un
“parlamento” que sólo charla y no organiza
lucha alguna.
Es preciso romper con esa lógica de hablar mucho
y no hacer nada. Debemos organizar inmediatamente una
amplia campaña nacional contra los despidos y las
reducciones de salario.
Esta campaña de debe comenzar por apoyar a los que
ya están luchando, al mismo tiempo que convoque a un Encuentro
Nacional de Bases con delegados electos, que organice un
plan de lucha para dar respuesta a los ataques de la
patronal y Lula.
Conlutas:
la política de exigencias a Lula es insuficiente
La patronal y la burocracia vienen haciendo una fuerte
presión sobre la base del Sindicato de Metalúrgicos de São
José dos Campos, dirigido por el PSTU, para que acepten
despidos y rebajas salariales. Frente a esto se plantean dos
cuestiones: una táctica, y otra política e ideológica.
1) ¿Por qué ante el despido de 800 trabajadores de GM
no fue encaminada una propuesta de huelga de la fábrica y
movilización conjunta de todo el gremio?; 2) ¿Por qué en
un gremio dirigido por Conlutas y el PSTU, los trabajadores
tienden a aceptar propuestas de rendición, antes que
luchar?
Esto nos lleva a la historia reciente. Después de la
movilización de mayo y junio de 2008 contra el paquete que
quería meter la GM, fue finalmente impuesta la
contratación de temporarios. Desde entonces, hay un
debate en el movimiento acerca de la política de Conlutas-PSTU
de haber mantenido esa lucha completamente aislada, en
los marcos locales y corporativos, y de la derrota
que significó aceptar los temporarios. Pero la dirección
de Conlutas y del PSTU jamás ha hecho un balance de esta
derrota.
Traemos a cuenta este hecho, porque sobre la conciencia
y acción de los compañeros pesa esta reciente experiencia
y, más en general, que la política del sector
mayoritario de Conlutas, no arma a los trabajadores para el
nivel de enfrentamiento que exige la presente situación.
Es una política superestructural y corporativista
que hoy no sirve. Conlutas, dirigido por el PSTU, no logra
construir políticas que puedan hacer frente, en serio, a
los despidos masivos, incluso en los gremios que ellos
dirigen.
Un ejemplo de esta falla política es cómo el PSTU ha
orquestado la táctica de exigencias a Lula. Conlutas
envió una carta al Presidente que podría ser correcta como
táctica, teniendo en cuenta la popularidad e
ilusiones que Lula aún conserva entre los trabajadores.
Pero el PSTU, al no
organizar en los propios sectores que dirige, la resistencia
concreta a los despidos, transforma esa táctica
secundaria de exigir a Lula, en prácticamente lo único que
hace: en una estrategia.
Además de eso, propone un plan de acción con las
demás centrales para febrero o marzo. Este llamado por
arriba tiene poco asidero, porque los burócratas de las
centrales se han puesto al servicio de las patronales y el
gobierno en esta crisis. Conlutas, en vez de llamar a las
bases a discutir la crisis y un plan concreto de luchas se
limita a esos llamados abstractos.
La
política del PSTU al frente de Conlutas y los sindicatos
que dirige se ha demostrado desastrosa para los
trabajadores. Ahora, esta estrategia sindical moldeada en el
corporativismo y la superestruturalización es incapaz de
llevar a los trabajadores a un movimiento de resistencia
real.
Es
necesario un plan de lucha nacional en defensa del empleo,
votado por un Encuentro Nacional de Bases
Lamentablemente, hasta ahora Conlutas se la limitado a
organizar “Encuentros parlamentarios”, que de poco han
servido para organizar de verdad la lucha de los
trabajadores y la juventud. El CONAT y el ENAT [anteriores
reuniones llamadas por Conlutas] fueron ejemplos de
oportunidades perdidas. A pesar de la disposición de un
importante sector de la vanguardia que viajó días y días
atravesando el país para llegar a esos encuentros, volvimos
a casa sin una orientación clara para organizar la lucha. Y
las pocas cosas votadas, fueron letra muerta.
En su corta existencia, Conlutas
ha sido incapaz de organizar la lucha ni siquiera en los gremios que
dirige.
¡Es preciso romper la lógica que el PSTU le ha
impuesto! ¡Basta de encuentros parlamentarios!
Retomemos los métodos tradicionales de la clase
trabajadora: se discute para actuar. En ese sentido, es
urgente organizar asambleas por lugar de trabajo, que
discutan las demandas y necesidades de lucha para la defensa
del empleo, del salario y de todos nuestros derechos.
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