Socialismo o Barbarie, periódico Nº 147, 19/03/09
 

 

 

 

 

 

Carta abierta a los trabajadores de Massuh

La línea de esperar, esperar y esperar que alguien
venga a rescatarnos es equivocada

Nuevo mas – Regional Sur

Compañeros:

El primer día que llegamos a colaborar con esta lucha, con cualquier compañero que hablábamos nos decía dos cosas: primero, que se habían sacado de encima la conducción de un sindicato traidor, eligiendo a nuevos delegados; segundo, que todas las decisiones se votaban en la asamblea.

Gracias a estos principios, lograron mantenerse firmes en la lucha más de dos meses, y obligaron a la patronal a ir pagando la deuda salarial, aunque sea en cuotas. Y es manteniendo estos principios como van a preservar la fuente de trabajo, no poniéndose de nuevo bajo el ala del sindicato. ¿Cambió en algo el sindicato o la federación para que ustedes les devuelvan el lugar que perdieron por vendidos al frente de los trabajadores de Massuh?

Si la excusa es que en caso de hacer una cooperativa tiene que aprobarla el sindicato, eso es un cuento. En verdad, es dos cuentos, porque en una fábrica donde se mueven los millones que se mueven acá, no puede haber una cooperativa, a menos que el Estado se haga cargo de ponerla a funcionar y luego se las dé a los trabajadores. Pero además, si el sindicato o la federación están al frente, el robo ya está organizado de antemano. ¿En esas manos van a dejar el futuro de su fuente de trabajo?

El hecho de que el sindicato o la federación firmen las actas en los ministerios, no significa que ellos intervengan en las decisiones de qué se firma o se deja de firmar. Eso lo tienen que decidir los trabajadores en asamblea, y obligar al sindicato a acatarlo. Esto es muy importante en caso de que aparezca una patronal, porque todos los sindicatos están aceptando acuerdos vergonzosos, que incluyen despidos y rebajas salariales. ¿Por qué los papeleros van a ser la excepción?

¿Por qué la lucha se estancó?

No es cierto que “las cosas van mal porque los trabajadores no hacen nada”, como se dijo en una asamblea. Es increíble que una lucha como ésta, en una fábrica que en 50 años no tuvo conflictos, se haya mantenido tanto tiempo. Los trabajadores demostraron una capacidad de aguante muy grande.

Si las cosas van mal, es porque la línea de esperar, esperar y esperar a que Papá Noel venga a rescatar a los trabajadores de la orilla de la zanja, es equivocada. Toda la vida, para que alguien nos escuche, los trabajadores tuvimos que presionar, no esperar. Eso quiere decir que al intendente no hay que ir a hacerle homenajes, sino apretarlo movilizándose al municipio y plantándole una carpa allí. Y cuando van a La Plata, movilizar a la Legislatura que queda a diez cuadras del Ministerio, a preguntar qué hicieron por ustedes esos diputados y senadores que vinieron a la puerta de la fábrica.

Compañeros: el nuevo inversor, lo más probable es que no venga, y si viene va a querer dejar afuera a muchos de ustedes. Las medidas de lucha más duras van a ser inevitables aparezca o no, y esta política de esperar y esperar sólo sirve para que el grupo se vaya debilitando, y cuando llegue Massuh o un testaferro a abrir la fábrica no les quede más remedio, a los pocos trabajadores que queden, que aceptar las condiciones humillantes que la patronal les va a imponer.

Muchas veces los compañeros nos preguntan si opinamos que este conflicto se puede ganar. Volvemos a decirles lo mismo: ¡Sí se puede! Pero hay que cambiar totalmente su orientación. Se puede ganar si al gobierno, en vez de dejarlo tranquilo en su papel de árbitro en el Ministerio, le reclaman que intervenga activamente, estatizando la planta o poniendo la plata para que funcione, con los mecanismos legales que mejor les parezcan.

En verdad, el principal acreedor de Massuh no son los que formaron la trucha Papelera Alem: es el Estado, al que la empresa le debe millones. Aunque el gobierno comprara la fábrica en vez de expropiarla, le costaría muy poca plata, ya que podría descontar esa deuda. Y si el Estado es dueño del 25% de Papel Prensa, ¿qué le impide invertir en la fábrica que venía proveyendo de papel a varios ministerios y otras dependencias oficiales?

El gobierno no tiene excusa para dejar caer esta fábrica: 1) a causa de la deuda, le saldría muy barata; 2) tendría su propio proveedor de papel para sus cientos de oficinas, o sea que ahorraría dinero.

Los trabajadores no tienen por qué seguir esperando, ni aceptar condiciones desfavorables de una “nueva” empresa. Tienen todas las razones para exigir la intervención del gobierno, y muchas posibilidades de lograrla.

Claro que para hacerse notar frente al gobierno hay que hacer algo más que esperar, esperar y esperar. Estamos hablando de un gobierno que adelantó las elecciones porque los votos se le van como arena entre los dedos, y no está en condiciones de reprimir un corte de ruta o la toma de una fábrica cuyos trabajadores reclaman lo mismo que tanto boconean los K: preservar la fuente de trabajo.

Medidas para ganar esta lucha

* Ninguna reunión de la interna con el sindicato o la federación puede decidir lo que se firme en La Plata. ¡Que no se firme nada que no se haya examinado y votado en asamblea!

* Hay que apuntar al gobierno y reclamar su intervención en la puesta en funcionamiento de la planta.

* Hay que tomar medidas ya: volver a los cortes, tomar efectivamente la planta en sus manos, para confrontar el discurso mentiroso del gobierno con la realidad de los trabajadores. Empezar por una movilización a la intendencia de Quilmes.