Carta abierta a los trabajadores
de Massuh
La línea de esperar, esperar y esperar que alguien
venga a rescatarnos es
equivocada
Nuevo
mas – Regional Sur
Compañeros:
El primer día que llegamos a
colaborar con esta lucha, con cualquier compañero que hablábamos
nos decía dos cosas: primero, que se habían sacado de
encima la conducción de un sindicato traidor, eligiendo a
nuevos delegados; segundo, que todas las decisiones se
votaban en la asamblea.
Gracias a estos principios, lograron mantenerse
firmes en la lucha más de dos meses, y obligaron a la
patronal a ir pagando la deuda salarial, aunque sea en
cuotas. Y es manteniendo estos principios como van a
preservar la fuente de trabajo, no poniéndose de nuevo bajo
el ala del sindicato. ¿Cambió en algo el sindicato o la
federación para que ustedes les devuelvan el lugar que
perdieron por vendidos al frente de los trabajadores de
Massuh?
Si la excusa es que en caso de
hacer una cooperativa tiene que aprobarla el sindicato, eso
es un cuento. En verdad, es dos cuentos, porque en una fábrica
donde se mueven los millones que se mueven acá, no puede
haber una cooperativa, a menos que el Estado se haga cargo
de ponerla a funcionar y luego se las dé a los
trabajadores. Pero además, si el sindicato o la federación
están al frente, el robo ya está organizado de antemano.
¿En esas manos van a dejar el futuro de su fuente de
trabajo?
El hecho de que el sindicato o
la federación firmen las actas en los ministerios, no
significa que ellos intervengan en las decisiones de qué se
firma o se deja de firmar. Eso lo tienen que decidir los
trabajadores en asamblea, y obligar al sindicato a acatarlo.
Esto es muy importante en caso de que aparezca una patronal,
porque todos los
sindicatos están aceptando acuerdos vergonzosos, que
incluyen despidos y rebajas salariales. ¿Por qué los
papeleros van a ser la excepción?
¿Por qué la lucha se estancó?
No es cierto que “las cosas
van mal porque los trabajadores no hacen nada”, como se
dijo en una asamblea. Es increíble que una lucha como ésta,
en una fábrica que en 50 años no tuvo conflictos, se haya
mantenido tanto tiempo. Los trabajadores demostraron una
capacidad de aguante muy grande.
Si las cosas van mal, es porque
la línea de esperar, esperar y esperar a que Papá Noel
venga a rescatar a los trabajadores de la orilla de la
zanja, es equivocada.
Toda la vida, para que alguien nos escuche, los trabajadores
tuvimos que presionar,
no esperar. Eso quiere decir que al intendente no hay
que ir a hacerle homenajes, sino apretarlo movilizándose al
municipio y plantándole una carpa allí. Y cuando van a La
Plata, movilizar a la Legislatura que queda a diez cuadras
del Ministerio, a preguntar qué hicieron por ustedes esos
diputados y senadores que vinieron a la puerta de la fábrica.
Compañeros: el nuevo inversor,
lo más probable es que no venga, y si viene va a querer
dejar afuera a muchos de ustedes. Las medidas de lucha más
duras van a ser inevitables aparezca o no, y esta política
de esperar y esperar sólo sirve para que el grupo se vaya
debilitando, y cuando llegue Massuh o un testaferro a abrir
la fábrica no les quede más remedio, a los pocos
trabajadores que queden, que aceptar las condiciones
humillantes que la patronal les va a imponer.
Muchas veces los compañeros nos
preguntan si opinamos que este conflicto se puede ganar.
Volvemos a decirles lo mismo: ¡Sí se puede! Pero hay
que cambiar totalmente su orientación. Se puede ganar
si al gobierno, en vez de dejarlo tranquilo en su papel de
árbitro en el Ministerio, le reclaman que intervenga
activamente, estatizando la planta o poniendo la plata para
que funcione, con los mecanismos legales que mejor les
parezcan.
En verdad, el principal acreedor de Massuh no son los que formaron la trucha
Papelera Alem: es el
Estado, al que la empresa le debe millones. Aunque el
gobierno comprara la fábrica en vez de expropiarla, le
costaría muy poca plata, ya que podría descontar esa
deuda. Y si el Estado es dueño del 25% de Papel Prensa, ¿qué
le impide invertir en la fábrica que venía proveyendo de
papel a varios ministerios y otras dependencias oficiales?
El gobierno no tiene excusa para
dejar caer esta fábrica: 1) a causa de la deuda, le saldría
muy barata; 2) tendría su propio proveedor de papel para
sus cientos de oficinas, o sea que ahorraría dinero.
Los trabajadores no tienen por
qué seguir esperando, ni aceptar condiciones desfavorables
de una “nueva” empresa. Tienen todas las razones para
exigir la intervención del gobierno, y muchas posibilidades
de lograrla.
Claro que para hacerse notar
frente al gobierno hay que hacer algo más que esperar,
esperar y esperar. Estamos hablando de un gobierno que
adelantó las elecciones porque los votos se le van como
arena entre los dedos, y no está en condiciones de reprimir
un corte de ruta o la toma de una fábrica cuyos
trabajadores reclaman lo mismo que tanto boconean los K:
preservar la fuente de trabajo.
Medidas para ganar esta lucha
* Ninguna reunión de la interna
con el sindicato o la federación puede decidir lo que se
firme en La Plata. ¡Que no se firme nada que no se haya
examinado y votado en asamblea!
* Hay que apuntar al gobierno y
reclamar su intervención en la puesta en funcionamiento de
la planta.
* Hay que tomar medidas ya:
volver a los cortes, tomar efectivamente la planta en sus
manos, para confrontar el discurso mentiroso del gobierno
con la realidad de los trabajadores. Empezar por una
movilización a la intendencia de Quilmes.
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