Socialismo o Barbarie, periódico Nº 147, 19/03/09
 

 

 

 

 

 

Asambleas y Congreso abierto de la FULP por una orientación independiente

Nuevo fracaso de la conciliación con
los decanos de la LES

Por Ernesto

El martes 10 de marzo el Consejo Superior de la UNLP sesionó para volver a pisarle la cabeza al movimiento estudiantil, envalentonado por su victoria política de la Asamblea Universitaria y su reforma de los estatutos, y preparando el terreno para el escenario crudo que se acerca con la crisis mundial.

Se trató de un verdadero paquete de ataques a los estudiantes, que reafirma los pasos que los decanos y Azpiazu ya venían dando y, a la vez, abre la puerta para que vengan por más: en primer lugar, no se sancionó al decano de Medicina por hacer ingresar a la policía a su facultad, lo cual le deja la puerta abierta para que lo vuelva a hacer cuando quiera él o cualquier decano; pero a eso se suma que Azpiazu –que también venía usando la policía– ahora tiene toda la potestad para usarla cuando le parezca blanqueado por el Consejo. ¿Usarla para qué? Por ejemplo, para quitarle los buffets a los centros de estudiantes y privatizarlos, como manifestó abiertamente Martínez (decano de Medicina) que planea hacer, cuestión que el Consejo Superior se negó a debatir, lo cual da a entender que eso es lo que se viene este año sobre los espacios de los estudiantes, y más teniendo en cuenta que en la Facultad de Arquitectura (la del rector Azpiazu) ya se le quitó el buffet a los estudiantes por la fuerza el año pasado. E igual o peor a todo esto es que tampoco se sancionó la reciente aplicación de exámenes restrictivos al ingreso de Derecho, no se garantizó de inmediato el ingreso irrestricto en Derecho y Medicina, pateando la discusión para otra sesión que se efectuará cuando todos los desaprobados se hayan vuelto a sus casas.

En suma, el Consejo Superior fue una patada en la cabeza para la educación y para la organización estudiantil de cabo a rabo, fue una nueva avanzada de la Ley de Educación Superior, que la dirección política de la UNLP aplica con rigor.

¿Una de cal y una de arena?

En este escenario, la política de la Federación Universitaria de La Plata no se asomó a la altura de las circunstancias, pues se limitó a querer reformar la propia moción del rector Azpiazu (el de la reelección en el campo, el de los 300 policías) que, aparte de dar vía libre a cada decano al no sancionar a Martínez y así “sentar precedente”, se arrogaba el derecho a manejar la policía, y en un marco de circunstancias tan amplio como la interpretación del concepto “delito flagrante”. Cuando era claro que la legalización del uso de fuerzas represivas venía de la mano de la privatización de los buffets, del recrudecimiento de los ingresos restrictivos y, por supuesto, de reprimir todo atisbo de lucha, la FULP pretendía “cambiarle el contenido” a la moción de Azpiazu y los decanos progres, al especificar que no se la usaría por conflictos políticos o gremiales. Y fue sólo cuando terminaron de comprender que el rector no iba a ceder un ápice y que los decanos progres volvían a dar la espalda al reclamo del claustro estudiantil, que presentaron su parche a la moción oficial como moción aparte, perdiendo la votación, por supuesto.

La FULP volvió a caer en la política de confianza en el “sector progresista” de las autoridades de la LES, los dekanos que fueron a Inchausti con 300 policías, los que se relegitimaron con una reforma universitaria gatopardista que quitó a los estudiantes el poco poder de veto que tenían en los órganos de “co”-gobierno al eliminar el quórum perfecto, los que una vez más votaron el miserable presupuesto a fin de año pasado, los que aplican todos los días la LES que privatiza cada vez más la educación. ¿No está claro a esta altura que esta política nos lleva invariablemente a la derrota, y deja que los decanos de la LES avancen con total impunidad?

Evidentemente no está claro, ya que la principal corriente de la FULP, la COPA, hace un balance distinto al nuestro: dice “una de cal y una de arena”. ¿Dónde está lo positivo? En que “hubo un repudio a la intervención policial en Medicina” y en que “se fijó un plazo de 45 días para que [Medicina y Derecho] adecuen sus ingresos al nuevo estatuto”. Pero es la misma COPA la que señala la contradicción entre el repudio y el haber legalizado el ingreso de la policía, sólo que no parece comprender a fondo su significado: el repudio era lo mínimo indispensable para guardar las formas, pero en la medida en que no hay sanción efectiva tal repudio no existe y lo que hay en verdad es vía libre para Martínez, a la vez que para el propio Azpiazu, vía libre para reprimir… y para desalojar buffets. Y como no parece entender este significado es que la FULP quiso consensuar su propuesta con la de Azpiazu, aceptando que él maneje la policía. Y lo mismo con los ingresos restrictivos; la propia COPA señala sobre “ciertos fines dilatorios”, pero no es sólo eso: los nuevos estatutos de la UNLP son tan ambiguos en cuanto al ingreso como la resolución sobre la policía, de manera que cualquiera pueda esquivarlos sin problemas. Así, en este punto tampoco hay solución posible de la mano de los aplicadores de la LES.

Lo que no se termina de entender es lo mismo que no se entendió en la Asamblea Universitaria pasada, ese canto que coreábamos todos salvo la CEPA en el 2007: “hay decanos de derecha, Medicina es una muestra/hay decanos progresistas, con el verso kirchnerista/no te olvidés, todos son decanos de la LES”. Este canto era una delimitación clara con la política de la FULP-CEPA, la de llevar al movimiento estudiantil a la rastra de las autoridades “progres” para quedarse con concesiones mínimas en vez de luchar a fondo. Ese canto era en sí un balance de la política reformista y conciliadora de la CEPA que se ligaba estrechamente a su manejo burocrático de la FULP. Y ese balance, esa delimitación clara se expresó en el Congreso de la FULP del 2008 en que la CEPA fue destronada por un frente que se reivindicaba independiente del gobierno, del campo y de las autoridades universitarias, por la anulación de la LES, por la democratización de la Universidad y de la propia FULP, contra las burocracias de la CGT y la CTA… Este programa del Frente 1º de Mayo constituyó un balance y una alternativa a la agotada política de la CEPA, con el objetivo de levantar al movimiento estudiantil de manera independiente y democrática, como requisitos indispensables para ganar las luchas. Pero el problema es que el propio programa fue dejado de lado en cada instancia que se nos presentó, y la FULP acabó por tomar la misma caduca política de la CEPA de confiar en los decanos en vez de llamar a los estudiantes a la movilización independiente. Si bien la movilización estudiantil estaba muy en baja al momento de la Asamblea Universitaria, precisamente la forma de parar esa sangría de desmoralización-desmovilización y más derrotas era empezar a trazar otra línea, ofrecer a los estudiantes una perspectiva real por la cual luchar, y no generar expectativas en lo que ocurra en las instituciones que los estudiantes combatieron de a miles en el 2007. La tarea es otra, compañeros, el balance es otro. Y es hora de resolverlo.

Es necesario un balance de conjunto y una perspectiva de lucha

Esto que ocurre en la Universidad es apenas el comienzo de lo que se viene: la descarga de la crisis mundial sobre las masas trabajadoras, sobre la educación y la salud, no va a ser sólo los brutales tarifazos que ya recibimos ni las suspensiones como despidos a plazo fijo: va a ser una verdadera masacre de puestos de trabajo, una pauperización masiva y un salto en la privatización y elitización de la educación y la salud. Para esto se preparan desde Kristina hasta Azpiazu, persiguiendo a los trabajadores combativos por un lado, como a los del SUTNA San Fernando o el Subte, legalizando el ingreso de la policía y preanunciando un ataque generalizado a los centros de estudiantes, por el otro. Ante estos pasos represivos de la burguesía que se prepara para los grandes zarpazos y para derrotar las grandes luchas por venir, los estudiantes seguimos por ahora tan desarmados como en los tiempos de la CEPA, sin organizarnos ni movilizarnos de manera masiva, politizada, independiente, y encerrando la voz estudiantil entre las paredes de las autoridades de la LES para rogarles que no sean tan duras en sus ataques. De esta manera lo único que se prepara es la derrota. Si no veamos cuál es la salida que propone la COPA, parte central de la presidencia de la FULP: “Con orgullo los estudiantes (…) volvemos a levantar banderas que tendrían que ser alzadas por más brazos de la comunidad Universitaria pero que la mezquindad y la ‘caja’ política o el clientelismo en la UNLP hacen que a las ideas se las lleve el viento”. ¿La salida es, otra vez, convencer a los docentes de la camarilla, a las autoridades de la LES, a que “levanten nuestras banderas”? ¿Seguir confiando en ganar a los decanos progres? ¿Y los estudiantes nada?

Nos parece que, a la luz de las instancias que ya ha atravesado la FULP y en las que ha podido poner a prueba su política, y ante la inminencia de grandes luchas provocadas por la crisis mundial, la mejor forma de comenzar el año es convocando a asambleas en todas las facultades para construir un Congreso Abierto de la FULP que discuta las perspectivas y la política para el movimiento estudiantil de conjunto. Asambleas y un Congreso donde podamos convocar a todos los estudiantes a discutir cómo enfrentar la crisis, cómo ganar las luchas. Es vital que la FULP haga un balance de lo que va de la nueva conducción para dejar de caer en la misma política de la CEPA y tomar de una vez el rumbo que señaló en su inicio: lucha estudiantil totalmente independiente, politizada (es decir contra la LES, y no por retocarla), antiburocrática, participativa. Ya es hora de que esta nueva FULP convoque a un gran espacio donde se encuentre todo el movimiento estudiantil para rearmarse ante lo que se viene. Son las grandes derrotas recientes las que lo aconsejan, y las enormes luchas de estudiantes y trabajadores por venir las que lo reclaman.