Amenazan a delegados de Ecocarnes
Fracasó el intento de romper la organización
Por Rodolfo Torres
El paro agrario del 18 al 27 de marzo significó la no
comercialización de ganado. Para las corrientes de
“izquierda” que apoyan estas medidas reaccionarias deberían
saber que esto tiene consecuencias inmediatas para los
obreros de la carne. En todos los frigoríficos la actividad
se paró por completo una vez vaciados y faenados los
animales que estaban en los corrales, los compañeros no
trabajaron y perdieron plata, porque de hecho estuvieron
suspendidos y cobran por garantía horaria.
Los hechos
El viernes 27 terminaba al paro y la patronal de Ecocarnes
organizó para que le entren una gran cantidad de camiones
jaulas para faenar el
sábado, convocando a todos los obreros para las 7 de la
mañana.
Los trabajadores del frigorífico por convenio trabajan 9
horas todos los días y los sábados no trabajan y en todo
caso son horas extras voluntarias. Los delegados intentaron
infructuosamente llegar a una acuerdo con la empresa sobre cómo
y cuánto le iban a pagar las horas extras. La empresa
ofreció una suma ridícula
de $ 30 y el almuerzo; el viernes a última hora cuando
ya todos los compañeros estaban en sus casas. Los
trabajadores hicieron cadenas telefónicas y de
“mensajitos” y decidieron no ir a trabajar. El sábado a
las 6 de la mañana los delegados y un grupo de trabajadores
se acercaron al frigorífico para ver el acatamiento de la
medida e informar a los compañeros que se hicieron
presentes. Sobre un total de 150 trabajadores de la línea
de faena sólo 10 llegaron al frigorífico y porque no se
habían enterado; al informarles los compañeros de la
situación, se retiraban.
Aproximadamente a las 7.30 llegó Omar Solassi, dueño y
gerente general del frigorífico con su VW Pasat Gris y al
ver a los delegados les tiró el coche encima en una
maniobra que si los compañeros no saltan hacia atrás
inevitablemente iban a ser arrollados. Inmediatamente bajó la
ventanilla del auto y amenazó a viva voz que los iba a
hacer mierda, “voy a hacer lo posible y lo imposible para
echarlos”, dijo entre otras tantas acusaciones y amenazas.
El fracaso de una política
Desde hace años la empresa tiene inscripto como
trabajador del frigorífico a Silvio Etchehún, secretario
general de un sindicato fantasma (SIGBA), que tiene sólo
inscripción gremial, que es financiado totalmente por las
empresas y es totalmente propatronal. Demás está decir que
apoyó a las patronales agrarias y es la supuesta voz obrera
que apoya al “campo”. La patronal no sólo que apoya a
este sindicato sino que tiene una política activa para
“sacarse” de encima a los delegados combativos de
Ecocarnes que están afiliados al sindicato histórico con
personería gremial. La política es fácil: regar con
millones de pesos al otro sindicato. Con el comienzo de las
clases la obra social del SIGBA repartía útiles,
guardapolvos y zapatillas Nike para los hijos de los
obreros, la condición no sólo era estar en la obra social,
sino afiliarse al sindicato fantasma. Casi mil pares de
zapatillas se repartieron con el objetivo de quebrar la
organización de base. La prueba de fuego se hizo el 28,
cuando la empresa convocó a trabajar y los trabajadores
decidieron no ir y acataron a la organización de base y a
sus delegados combativos que eligen democráticamente desde
hace 6 años. El
acatamiento fue total y en condiciones muy difíciles de
organizarse. Esto explica la ira del dueño.
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