Socialismo o Barbarie, periódico Nº 149, 16/04/09
 

 

 

 

 

 

Congreso del SUTEBA

Entre “sojeros” y kirchneristas

Por Patricia

El 3 de abril, en lugar de estar en la calle junto con los docentes de todo el país reclamando Justicia para Carlos, educación pública, gratuita y de calidad y un aumento de salario real, estábamos en Tigre en un Congreso atravesado por el debate de cara a las elecciones del Sindicato.

A fin de evitar la discusión sobre el balance del año pasado, en el que la burocracia tuvo que reconocer que la consulta trucha le había dado resultados negativos después de que la oposición le paró la Provincia en rechazo al acuerdo que habían aceptado, decidieron votar la Memoria y Balance de 2008 a libro cerrado.

La discusión se centró entonces en el punto de Política Gremial 2009, y giró alrededor de dos ejes: el posicionamiento ante la crisis económica internacional y frente al gobierno y los distintos sectores patronales.

En relación a la crisis había coincidencia en que no debemos pagarla los trabajadores, sólo que la dirección Celeste no dice quién debe pagarla. En ese sentido diversos compañeros de la oposición señalaron que es imposible que no recaiga el peso de la crisis sobre los trabajadores sin afectar fuertemente las ganancias de los diversos sectores empresarios, que el gobierno se empeña en subsidiar, y sin suspender los pagos de la deuda externa, que este gobierno ha pagado más que ningún otro y cuyos vencimientos para este año son siderales.

Por otra parte, se señaló la complicidad del gobierno con el proyecto sojero, la concentración de capitales en el campo y la industria, así como que la propuesta de la oposición campestre implica una maxi devaluación, es decir un nuevo saqueo de nuestros salarios en beneficio de la patronal exportadora.

En este punto intervinieron varios congresales de la Azul y Blanca, liderados por Perillo, actual secretario adjunto del SUTEBA devenido desde el año pasado en opositor, con una defensa cerrada de la oposición campestre, diciendo que el paro del campo del año pasado había sido el inicio de una gran rebelión popular, que con la alianza con estos sectores la clase trabajadora podía avanzar hacia la revolución, extremando posiciones con tal insistencia en ese sentido que daba la impresión de que se habían puesto de acuerdo para darle a Baradel la posibilidad de justificar su defensa del gobierno polarizando entre gobierno-derecha y de reagrupar a su tropa atrás del enfrentamiento con el peligro campestre. Finalmente, fue aprobado la política gremial 2009, que se referencia a la aprobada por el congreso de la CTA, de la cual la única medida que se enunció para contrarrestar los efectos de la crisis sobre los trabajadores fue una jornada votada para el 22 de abril con diversas acciones por decidirse.

Nos queda la sensación de que la atención puesta hacia las diversas elecciones que se avecinan y los acuerdos entre sectores que se discuten nos alejan de la tarea más urgente que tenemos planteada: discutir y organizar desde abajo con el conjunto de los compañeros cómo enfrentamos los efectos de la crisis que ya se están empezando a sentir con fuerza en el aumento de los precios, la falta de trabajo y la terrible presión de las condiciones de trabajo, de la falta de inversión y del proyecto anti-educativo en que estamos inmersos, con la pretensión manifiesta de que nos hagamos cargo de las consecuencias del desastre conteniendo la avalancha que se viene con las manos, ya que ni siquiera nos proveen de recursos para esa ingrata tarea. Para avanzar en esta tarea necesitamos desarrollar otra alternativa de dirección, retomando el  camino que habíamos comenzado a recorrer con los Plenarios de delegados con mandato de escuela.