Brasil:
desatan represión para quebrar la lucha no docente USP
¡Hace falta un paro universitario ya!
Desde
hace ya un largo mes, en la principal universidad del Brasil
(Universidad de San Pablo, USP), se viene desarrollando una
importantísima lucha de los no docentes
(“funcionarios”) por una serie de reclamos. El principal
es la reinstalación de Brandao, un dirigente no docente que
fue despedido de manera persecutoria por el rectorado que
responde al gobernador Serra (PSDB, partido dirigido por el
ex presidente socialdemócrata F.H.Cardoso).
El
hecho es que, lamentablemente, a lo largo de todo este mes,
por responsabilidad en gran medida de la dirección
estudiantil en manos del PSTU, no se ha logrado que los
estudiantes entren en huelga tanto en apoyo a los
“funcionarios” como por sus propias reivindicaciones. La
dirección del PSTU ha estado polarizada por una corriente
ultraizquierdista de peso también en la universidad
(“Movimiento Negación de la Negación”) que se la ha
pasado montando acciones minoritarias como una reciente
“ocupación” del rectorado… lo que terminó siendo la
excusa perfecta para que el gobierno de Serra, en
connivencia con el rector (y la vista gorda del gobierno de
Lula), hayan enviado un masivo contingente represivo.
En
este contexto, desde nuestro grupo Praxis en Brasil, y con
una inserción todavía muy incipiente en la USP, venimos
participando de manera creciente en las asambleas
estudiantiles con el planteo de que cada vez se hace más
perentorio declarar la huelga estudiantil (así como exigir
a los docentes que de una buena vez hagan lo propio). Un
caso poco comprensible ha venido siendo el de los compañeros
de la Ler-qui (ligados al PTS de la Argentina) que con
importante peso entre los no docentes, no vienen luciéndose
con mucha firmeza que digamos en esta pelea por el paro
estudiantil…
Sin
embargo, ahora que está tallando la represión, creemos
que no debería haber ni una excusa más para decretar
inmediatamente el paro total de la comunidad universitaria
de la USP hasta que se retiren las fuerzas represivas y se
satisfagan los principales reclamos de funcionarios y
estudiantes.
A
continuación, publicamos entonces un volante sacado por
Praxis la semana pasada, es decir antes de estos
acontecimientos que estamos denunciando.
Para
“adecuar” al Estado a las exigencias capitalistas ante
la crisis económica, el gobierno de Serra, alineado con
Lula en la política general de garantizar las altas
ganancias a costa del desempleo en masa, la precarización
del trabajo y la privatización/precarización de los
servicios públicos, viene realizando una serie de ataques a los empleados públicos.
Un
claro ejemplo es la situación de la enseñanza básica:
superpoblación de las aulas, brutal retraso salarial,
eliminación sistemática de derechos de los empleados públicos,
cesantía y persecución política contra los luchadores y
explotación intelectual de los profesores a través de la
centralización de los programas y materiales didácticos.
La última “novedad” son los Proyectos de Ley
Complementarios (PLCs 19 y 20) enviados por Serra a la
Asamblea Legislativa, que buscan liquidar derechos
conquistados por los profesores en los últimos 30 años de
lucha.
La
creación de la Universidad Virtual del Estado de San Pablo
(Univesp), la política salarial del gobierno y la
virulencia con que Serra-Suely tratan a la comunidad académica,
son parte de un plan más general de enmarcar los servicios
públicos en una política de Estado –totalmente
compartida con el gobierno nacional de Lula– que tiene
como orientación
central facilitar la transferencia de valor (riqueza) al
capital privado.
La
huelga de los empleados de la USP, que tiene como pauta la defensa de más de
5.000 empleos amenazados, reajustes salariales y la defensa,
no menos importante, de los derechos de organización,
amenazados frontalmente por el despido de Brandao (dirigente
sindical despedido por la rectoría) debe encararse como punta
de lanza de un proceso de movilización, no sólo de las
universidades estaduales, sino del conjunto de los empleados
públicos y estudiantes de la enseñanza pública de San
Pablo. En este sentido, la Asamblea Estadual que van a
realizar los profesores de enseñanza básica es un marco
fundamental, porque el posible estallido de una huelga en
este sector puede crear un proceso real de unificación de
los que están en lucha contra Serra.
El vacío político que dejan el DCE
y el ultimatismo ponen en peligro la necesaria movilización
de los estudiantes
Es
escandaloso: en el contexto de la durísima huelga de los
empleados (que ni siquiera son recibidos por la rectoría de
la Universidad), que ya entra en su cuarta semana de los
paros de profesores y del endurecimiento total de Serra-Suely,
los estudiantes aún
no cuentan con una mínima orientación de la DCE para salir
de la inercia.
En
la situación vivida por los empleados, aunque no hubiera
reivindicaciones específicas de los estudiantes (lo que no
es el caso), el DCE tiene la obligación política de
convocar a la movilización de los estudiantes (actos,
marchas, huelga) en solidaridad con los luchadores. Los
partidos que dirigen el DCE (PSTU con el PSOL como aliado táctico)
perdieron totalmente la brújula de la lucha y olvidaron el
ABC de la solidaridad de clase. En ese sentido, las
resoluciones de la Asamblea de Estudiantes del 20 de mayo
fueron un verdadero paso atrás en la movilización. Al mantener una falsa
política de “construcción” y no votar un cronograma
concreto de inicio de la huelga estudiantil
el DCE dejó al movimiento estudiantil desarmado para
enfrentar la situación.
La
política del DCE de no apostar a la lucha de los
estudiantes hizo que empezáramos la semana sin una
orientación clara. Así, ante la violencia del rectorado,
que no permitió la entrada de Brandao a la negociación el
25 de mayo, y la ausencia (inclusive física) de la dirección
del DCE, los
estudiantes que participaban del acto quedaron sin orientación
para luchar. La ausencia política de la dirección del
DCE y de otros sectores que tienen responsabilidades
efectivas en la dirección del movimiento (la LER-QI, por
ejemplo), y la política ultimatista (MNN y otros) llevaron
a los estudiantes a la división frente a la ocupación del
rectorado. Para coronar su actuación antimovilización, la
dirección del DCE desapareció políticamente de la escena,
y después de la ocupación parcial del rectorado y de la
evidente división entre los estudiantes, aparece y convoca
a un plenario para “organizar” a los estudiantes.
Es
imposible saber cuáles son los cálculos que hacen estos
“dirigentes estudiantiles”. Si no quieren enfrentar a
los sectores más conservadores del estudiantado para no
desgastarse electoralmente –hay elección de delegados
para el Encuentro Nacional de Estudiantes– o si estarán
obligados a hacer cambios de lugar y estructura de ese
Congreso. Más allá de que haya una “razón” o
combinación de “razones”, el hecho es que el cálculo
mezquino que hace la dirección del DCE obedece a
una lógica burocrática que no privilegia las necesidades
que impone la lucha y la movilización directa de los
estudiantes.
Por un programa de
movilización que resista la precarización y construya una
Universidad para la clase trabajadora
Otro
debate importante en la asamblea fue el de las
reivindicaciones de nuestra lucha. No sirve sumar una
infinidad de reivindicaciones que diluyen el verdadero
contenido de la lucha en curso. En primer lugar, esa
lucha tiene un reclamo de fondo que es político, no
solamente reivindicativo: quebrar el proceso de caza de
brujas iniciado por el rectorado contra los principales
activistas sindicales y estudiantiles, lo que en este
momento se concreta en la
inmediata reincorporación del compañero Brandao y terminar
con todos los procesamientos debido a las luchas que han
tenido lugar últimamente en la USP.
De
esta forma, quebraremos el intento del rectorado y del
gobierno estadual de Serra de enchalecar nuestros
movimientos reivindicativos. Aquí también entra la
reivindicación democrática de defensa de los espacios
estudiantiles, sistemáticamente atacados por el rectorado y
los directores de facultades. En segundo lugar, está la
cuestión del atraso
salarial al que están sometidos los trabajadores de la
USP. En este aspecto, los trabajadores de la USP comparten
los mismos problemas de todos los trabajadores del país,
sometidos a la política de ajustes económicos (baja
salarial y despidos) que llevan a cabo los gobiernos
capitalistas como el de Lula. En tercer lugar, existe una
reivindicación muy sentida por todos los sectores respecto
de la Univesp; ese
reclamo unifica a todos. La USP debe superar su carácter
elitista, debe abrir sus puertas a millares de compañeros
trabajadores y de sectores populares que con la actual
estructura de la Universidad y su elitización no pueden
ingresar.
En
ese sentido, polemizamos con los compañeros de la LER-QI,
que plantearon un debate sobre el programa de lucha que
nadie entendió, y en el que los ejes programáticos se diluían
en formulaciones generales. No consideran que si esta lucha
triunfa (reincorporación de Brandao, Univesp, salarios,
etc.), la relación de fuerzas dentro de la USP se plantearía
en un escenario distinto. Estaríamos en mejores condiciones
para derrotar el elitismo en la USP, imponiendo una
perspectiva de construir concretamente una Universidad
orientada a los intereses de la clase trabajadora, y donde
ésta pueda tener acceso a sus aulas.
[1]
DCE: Directorio Central de Estudiantes, el equivalente
de los centros de estudiantes de la Argentina
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