Córdoba
Todo el apoyo a los obreros de
CIVE
Corresponsal
El 2 de junio del año 2009 no
será recordado por los trabajadores de CIVE como un día más.
Todo lo contrario. Recordarán este día por mucho tiempo,
como el día que se
subieron al techo de su fábrica a enfrentar lo que viniese
en función de defender sus puestos de trabajo ante el
intento de posesión de la fábrica por parte del empresario
Hugo Ardiles, el
principal responsable de que la fábrica esté quebrada, y
que se quiere quedar con la misma para
terminar el vaciamiento y utilizar el terreno donde
hoy se encuentra la planta para un negocio inmobiliario.
Sin duda, este nuevo episodio de
la extensa y conmovedora lucha de estos trabajadores del
Vidrio los encuentra a ellos subidos al techo de la fábrica
en defensa de su trabajo, y eso es lo central de esta ocupación
porque más allá de todo, a lo que los trabajadores de CIVE
les interesa es que no les quiten la posibilidad de
trabajar.
Los operarios son en su mayoría
gente grande, muchos de ellos tienen más de 20 años de
antigüedad y saben que en el mundo de hoy la posibilidad de
conseguir otro trabajo les será bastante lejana, por tal
motivo, algunos de ellos dijeron que estaban dispuestos a
todo y eso es lo primero que tiene que quedar en claro. Si
la posesión de la planta todavía está en discusión es
porque sus trabajadores están luchando, están resistiendo
y porque al mismo tiempo lograron la solidaridad de un
sector importante del arco político que se acercó a darle
su apoyo (más allá del oportunismo electoral de muchos).
El conflicto en términos jurídicos
Lo primero que hay que explicar
es que CIVE es una empresa que quebró sin continuidad. En
ese sentido, los trabajadores conformaron una cooperativa
para hacerse cargo ellos de la planta.
Para lograr esta puesta en
funcionamiento se fueron movilizando, haciendo unidad de
acción y viendo la posibilidad de asociar su lucha con
otros sectores. De una forma u otra fueron abriendo el
conflicto para posteriormente comenzar con la toma de la fábrica
que ya lleva un par de meses. Marcharon en algún momento
junto a los trabajadores de IVECO, se movilizaron junto al
“Plenario de Trabajadores” y con su movilización
lograron imponerle al Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba,
que sancione una ordenanza declarando la empresa de interés
comunal y que la misma sea puesta en funcionamiento por la
cooperativa por el plazo de 2 años con el pago de un canon
arancelario.
Esa mañana, en la que lograron
que el Concejo votara a su favor, los llantos de los
trabajadores indicaban una victoria, pero no se tenía en
cuenta que para que la ordenanza se efectivizara faltaba la
firma del intendente Giacomino, quien rápidamente salió
por todos los medios a decir que la Municipalidad no está
para hacerse cargo de todas las empresas que estén en
crisis, dejando bien en
claro que estaba en contra de firmar esa ordenanza.
El mismo día de las
declaraciones de Giacomino, desde el juzgado se firma el
traspaso de la fábrica a Ardiles, lo que endureció la
lucha de los trabajadores que redoblaron las fuerzas para
continuar con la toma.
Por lo tanto, por la vía
“legal” la cooperativa tenía varios problemas a
resolver: la justicia no les daba la tenencia, y se la daba
al principal vaciador, y por otro lado, la negativa del
intendente a firmar la ordenanza arrancada a los concejales.
Conflicto desde el punto de vista
político
Desde otro plano, en el que se
disputa la propiedad de una fábrica, lo que no es poca
cosa, hay muchos intereses en juego, sobre todo cuando hay
elecciones muy cerca.
En ese sentido, llamó mucho la
atención que muchos concejales del juecismo se hicieran
presentes el día del intento del desalojo, incluso
permaneciendo muchas horas en el predio fabril.
Lo primero que hay que observar
es que Ardiles intenta tomar posesión de la planta un día
en que Giacomino se encuentra en Buenos Aires negociando o
escuchando instrucciones del comando K. Eso es importante ya
que no está para firmar ningún tipo de resolución.
Lo segundo que hay que detallar,
es que la interna entre Juez y Giacomino recrudeció por la
campaña electoral y nadie quiere hacerse cargo del
desalojo. ¿Quién pagará el costo político de reprimir a
trabajadores en defensa de su puesto de trabajo?
Evidentemente, los juecistas no presionaron para que el
viceintendente a cargo de la intendencia ante la ausencia de
Giacomino, firmase algo y todos esperasen a que el
“soldado de Cristina” regrese para que se hago cargo del
paquete.
Lo concreto es que la orden de
desalojo fue notificada y al mismo tiempo en que vencía el
plazo para que los trabajadores desalojaron “por las
buenas” o “voluntariamente” el predio, cosa que por
supuesto no estaba en sus planes, el mismo fiscal que firmó
la orden de desalojo llamó a una reunión con todas las
partes para buscar una tregua y una nueva negociación para
el miércoles 3.
Al cierre de esta edición los
trabajadores continuaban tomando la planta a la espera de la
reunión con el fiscal.
Llamamos a todas las comisiones
internas, a todos los luchadores a redoblar el apoyo y a
rodear la fábrica hasta que el Estado les garantice a los
trabajadores la continuidad de la fuente de trabajo.
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