Represión en Caballito
¿Va a estar bueno Buenos Aires?
Si bien el centro Cultural “La Sala” funciona en
nuestro barrio desde hace más de 15 años, permanece
ignorado por gran cantidad de vecinos, mirado con resquemor
por muchos otros, y odiado por los más conservadores y
reaccionarios (que no son pocos).
Durante muchos años funcionó en la vieja casona de la
plaza Giordano Bruno, desarrollando gran cantidad de
actividades culturales y emprendimientos sociales. La
biblioteca “Los libros de la Buena Memoria”, la
cooperativa de consumo “Consumando”, los talleres de música,
de serigrafía, de yoga, de cocina, el emprendimiento
cooperativo de producción “Burbuja Latina” etc. Y quizás
la más polémica de las iniciativas, “La Huerta Orgazmika”
iniciada en el año 2002.
Allí funcionó a partir de la crisis de 2001 una de las
dos asambleas del barrio de Caballito: la “Gastón
Riva”, en honor a uno de los caídos en esas jornadas históricas.
Los “Vecinos Memoriosos de Caballito” fuimos invitados
a participar de ese espacio creador, y lo hicimos con
entusiasmo.
Al festejar el 10º aniversario, los VMC recibimos a
nuestros invitados en el centro cultural diciendo:
“Bienvenidos a este espacio de resistencia”.
Hace un par de años, demolida la vieja casa, mudaron sus
–nuestras– actividades a Avellaneda 645.
No hay
nada más fascista que un burgués asustado
En el marco de una cada vez mayor mercantilización del
espacio público, el fenomenal desarrollo del mercado
inmobiliario y las supuestas puestas en valor de sectores de
nuestro barrio, varios grupos de vecinos, encabezados por el
periódico barrial “Nuevo Horizonte” con fuerte
vinculación con el entramado macrista, comenzaron a
perseguir a los “chicos” –como cariñosamente los
llamamos– sus vestimentas, su desparpajo, pero sobre todo
su juventud, parece molestar a un barrio con pretensiones de
clase media alta.
Los arreglos de la plaza Giordano Bruno emprendidos por el
gobierno de Aníbal Ibarra jerarquizaron una zona hasta
entonces desvalorizada del barrio, los nuevos edificios
prolongan su parquización a la plaza lindera, apropiándose
así del espacio público convirtiéndolo en privado.
Las actuales obras de la avenida Honorio Pueyrredón, que
la convertirán en boulevard, parecen darle el argumento
necesario al gobierno de Mauricio Macri, para “limpiar”
la zona en la cual los emprendimientos democráticos parecen
no tener lugar.
Los Hechos (o Los
que proclaman democracia, promueven represión.)
4.30 de la madrugada del lunes 18 de mayo de 2009, 4
topadoras, dos docenas de matones de civil pertenecientes a
la UCEP (espacio público), convertido en fuerza de choque o
mejor aun, en grupo de tareas del macrismo, apoyados como en
la peor época de la dictadura militar por efectivos de la
Guardia de Infantería, destruían el trabajo que había
convertido al basural del terreno entre Yerbal y la vía en
un espacio creador y solidario de nombre procaz y
provocador, con el infantil argumento de falta de salubridad
y riesgo de proliferación de dengue, sin mediar intimación
previa, y mientras se llevaban a cabo conversaciones sobre
la permanencia con las autoridades del Centro de Gestión y
Participación Nº 6.
Esto generó la protesta en el CGP, de
no más de 30 personas y la represión por parte de
efectivos de la comisaría 11ª y de la Guardia de Infantería.
Quienes, no conformes con esto, irrumpieron en la sede del
centro cultural, sin orden de allanamiento, infringiendo
elementales normas jurídicas y contradiciendo los más
elementales derechos civiles, destruyendo cuanto encontraron
a su paso, golpeando con brutalidad inusitada a quienes no
tenían nada que ver con la cuestión y arrestando a una
veintena de jóvenes y enviando al Hospital Durand a algunos
de ellos.
Las consecuencias y
conclusiones
La noche del martes 19 de mayo el barrio se vio
convulsionado por la movilización popular en demanda de la
libertad de los detenidos, del repudio a la represión y la
destrucción de la huerta. Fuimos entonces testigos del
descomunal operativo de seguridad, con gran cantidad de
efectivos policiales de calle, varios escuadrones de la
Guardia de Infantería y lo que es más grave, de una
inusitada cantidad de efectivos de civil que actuaban como
informantes de cuanto ocurría en la asamblea armada espontáneamente
en Yerbal y la vía para resolver los pasos a seguir.
Demasiada
represión para tan poca cosa, a menos que el Gobierno de la
Ciudad vea peligrar la estabilidad de sus intereses y
prefiera congraciarse con las viejas conservadoras a quienes
el solo nombre de la huerta produce escozor.
Caballito es un barrio eminentemente de clase media, tiene
sin embargo espacio para recibir en su seno a la diversidad
cultural, racial, étnica y política.
Es por eso, y porque la época de las dictaduras y sus
formas de actuar quedaron definitivamente atrás que:
Pedimos
-La masiva movilización de los vecinos democráticos
y progresistas del barrio, en defensa de un espacio de lucha
que nos pertenece a todos.
Exigimos
- El inmediato cese
de las amenazas que recibe el centro cultural “La Sala”
- La inmediata
renuncia de su cargo del director del CGP Nº 6 Marcelo
Iambrich
- El
desprocesamiento de las causas iniciadas a los detenidos
- El
desmantelamiento de la Unidad de Control del Espacio Público
(UCEP)
- La restitución de
la Huerta
- El absoluto
respeto a las actividades del Centro Cultural “La Sala”
Vecinos memoriosos
de caballito
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