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Elecciones en Pilkington
Ahora más que nunca asamblea
para seguir peleando
Por Rodolfo Torres
Finalmente
el 10 de julio, luego de dos postergaciones (la fecha
original era el 26 de junio), se realizaron las elecciones
para comisión interna resultando ganadora la lista Gris,
que representa la continuidad de los delgados anteriores y
que van a cumplir su tercer mandato. Esta lista sacó el 66%
de los votos (170) contra 69 votos de la lista Naranja.
Cómo se llegó a la elección
Luego
del triunfo, que significó la reincorporación de los 33
despedidos y algunas reivindicaciones económicas, se planteó
inmediatamente la discusión sobre la conformación de la
lista para la elección de delegados. En este debate se
volvieron a delinear los
tres sectores que se expresaron durante todo el conflicto. El odio común a la patronal y al sindicato, y el funcionamiento
por asamblea permitió mantener la unidad en la lucha.
Una
vez vuelto a la normalidad, trabajando 6 por 2, con 12 horas
diarias, con una
relación de fuerza favorable en la fábrica, la elección
se hizo más “política” en un sentido y menos
reivindicativa. Además desde los delegados no hubo ninguna
política unitaria para que la nueva comisión contenga a
todos los sectores que se expresaron en el conflicto. Por
ejemplo, el día del Obrero del Vidrio, en que se festejó
el triunfo, se “acordó” que no se hablara del tema
cuando se podría haber hecho una asamblea antes de empezar
los festejos. No se hizo ese día y no se hizo jamás. Es
decir, sin una política de unidad, la división era
inevitable, o mejor dicho, la unidad que se buscaba era sin
los activistas y es lo que expresa la lista Gris.
Los tres sectores
Durante
todo el conflicto se manifestaron tres sectores. Un sector
de compañeros más grandes de edad, con muchos años de
antigüedad en la empresa, más conservadores en sus
posiciones y que en todo momento confiaron más en las
negociaciones que en la lucha, pero que más allá de
algunas vacilaciones se mantuvieron firmes en la pelea. Dicho sea de paso siempre las propuestas “negociadoras” del
ministerio fueron una trampa que dejaban a una parte de los
activistas sin reincorporar. Los compañeros expresan el
sentido común, el “no hacer olas”, ese sector que hay
en todas las luchas: la
retaguardia.
Hubo
un sector de jóvenes,
que fueron el motor activo del conflicto. Los que
garantizaron las medidas, el fondo de huelga, la olla, las
movilizaciones, y sobre todo, los que encabezaron la toma.
Este sector casi no habló en las asambleas, sólo en los
momentos decisivos hicieron escuchar su voz y fueron
determinantes, su programa en todo, momento fue “todos o
ninguno”.
Hubo
un tercer sector centrista, que osciló durante todo el
conflicto entre las listas para negociar “estos se quieren
ir, estos no…” y el “todos o ninguno” del activismo
pero que también jugo un rol porque fue el puente entre los
viejo y los “pibes”.
La lista Naranja
Desde
el nuevo MAS aportamos durante el conflicto nuestro apoyo y
experiencia para que triunfe. Para las elecciones, nos
pareció lo más correcto la unidad de los tres sectores que
se expresaron durante el conflicto. Ante la imposibilidad de
lograrla, apoyamos a los compañeros más activistas y más
consecuentes en la lucha que formaron la Naranja. Ellos
tuvieron una política unitaria, que se expresó en varias
cartas que escribieron a sus compañeros y sobre todo en la
actitud de abrir la lista, cuando ya estaba presentada, para
que se incorporen otros compañeros, cosa que sucedió.
Contradictoriamente esta actitud unitaria debilito a la
lista y abrió el juego para maniobras que terminaron
debilitando la campaña. De todas maneras, nos parece una
elección muy buena de los compañeros, más en el marco de
la elección nacional conservadora que vimos el 28 y en el
contexto que más temprano que tarde intentarán también en
Pilkington que la crisis la paguemos los trabajadores.
Lo que se viene
Ahora
los trabajadores deben encarar la discusión de paritarias,
el premio anual y otros reclamos pendientes. La relación de
fuerza es favorable a los trabajadores, tienen una comisión
interna legitimada, que no es patronal, ni de la burocracia.
Además hay todo un sector muy luchador. Entonces el desafío
es doble: por un lado, hacia adentro de la fábrica, es
lograr un pliego de reclamos unitario y salir a luchar por los que les
corresponde; basándose en la gran herramienta de lucha y
unidad que son las asambleas.
Por
otro lado, hacia afuera, para mantener las conquistas que se
consiguieron en Pilkington y no quedar expuestos a los
ataques y maniobras que le van a hacer la patronal y la
burocracia, la comisión interna y los trabajadores tienen
que salir a dar a conocer su experiencia a las fábricas de
la zona y en especial a las del vidrio. Hay que trazar una
estrategia para recuperar la seccional Caseros para los
trabajadores, como punto de apoyo para recuperar el gremio
nacional.
Desde
el nuevo MAS seguiremos apoyando todas las luchas y los
reclamos de los trabajadores de Pilkington.
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