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El gobierno restituyó los subsidios a la luz y el gas
Los
vaivenes de Cristina K y sus consecuencias
Por Oscar Alba
Nuevamente
las tarifas de luz y gas se convirtieron en un azote a los
raídos bolsillos de los trabajadores. En el caso de las
tarifas por consumo de electricidad los reclamos ante el
Ente de Regulación Eléctrico (ENRE), aumentaron en la última
quincena en más de un 30 %. El gobierno por boca de su
ministro de Planificación Federal, Julio De Vido expresó
que “hay que verificar si a igual consumo no se facturó a
un nivel diferente” (Página 12, 9/8/09) tirándole
en un primer momento la pelota a las empresas. Las empresas
Edenor y Edesur por su parte, salieron a responder que lo
que estaba ocurriendo no era más que la facturación que el
propio ministro De Vido había estipulado en octubre del
2008 para los consumidores de más de 1.000 kw. Alejandro
McFarlane, presidente de Edenor, aseguró que “no se aplicó
ningún aumento en la tarifa que no haya sido autorizado por
el ente regulador” El ENRE no ha hecho otra cosa que
acompañar la política de mejor conveniencia para las
empresas.
La
quita de subsidios que había promovido el gobierno a las
empresas de gas y luz fue levantar la alfombra que tapaba
los aumentos de tarifas, como parte del ajuste general que
Cristina Kirchner lanza contra los trabajadores y los
sectores populares. En julio del año pasado, con la firma
de los contratos entre el gobierno y las empresas que
distribuyen la electricidad, se estipuló un aumento. Este
aumento se registraba a partir del consumo de tipo
residencial a partir de los 650 kw por bimestre y se
ubicaron entre 10% y 30%. Posteriormente en octubre del
mismo año, se rebajaron los subsidios a las empresas, lo
que originó rápidamente un aumento de tarifas para los
consumos mayores a 1.000 kw. En ese momento, mientras el
gobierno embolsaba 900 millones de pesos y las empresas
mantenían sus ganancias, la mayor parte de la población
debía ajustar sus ingresos para pagar las tarifas. Hace
unas semanas las empresas volvieron a la carga con un
tarifazo y De Vido se limitó a decir que iban a verificar
si había errores en las facturas y recomendó que la gente
que considere que el aumento no era real, reclame “que va
a ser debidamente atendido”. El creciente descontento
popular y la presión política de la oposición política
burguesa hicieron que la Presidenta resolviera suspender el
envío de facturas. No
obstante, el problema no se había resuelto.
En
donde el gobierno no habló de errores fue en la facturación
en el aumento de las tarifas de gas. Allí hubo una política
expresa de Cristina K. En la última quincena de julio de
este año el gobierno firmó un acuerdo con las ocho
provincias petroleras (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Río
Negro, Neuquén, Chubut, La Pampa, Salta y Mendoza) para
subir el precio del gas en boca de pozo. Este convenio le
significaba mayores regalías para las provincias por un
lado y plata para el gobierno, para importar gas.
Pero,
como en el caso de las tarifas eléctricas, el descontento
de la población puso en aprietos al gobierno. A esta presión
se sumaron también las voces de la oposición parlamentaria
que citaron a Daniel
Cameron, secretario de Energía y a Antonio Pronsatto,
presidente del Ente Regulador, para exponer los fundamentos
del aumento ante la Comisión de Energía y Combustible del
Senado. Conjuntamente con estas instancias se realizaron
amparos judiciales para frenar el tarifazo en Santa Cruz, La
Pampa, Tucumán y localidades bonaerenses. En este marco, la
burocracia sindical de Moyano no tuvo más remedio que salir
a diferenciarse del gobierno. En un comunicado firmado por
Moyano, Julio Piumato y Héctor Daer; la CGT expresa su
“preocupación” “frente a los incrementos que vienen
llegando en las tarifas de luz y gas y que no sólo afectan
a los grandes consumidores sino, a diferencia de lo
manifestado por el gobierno, alcanza a amplios sectores de
trabajadores con subas largamente superiores a lo autorizado
oficialmente” (clarín.com 12/8)
El
gobierno retrocede
El
miércoles 12 el gobierno anunció la restitución de los
subsidios al consumo de gas y luz para detener los aumentos. “El
ministro de Planificación, Julio De Vido, anunció en
declaraciones radiales que el gobierno reintegrará los
subsidios a los consumidores de más de 1.000 metros cúbicos
al año en un 100 por ciento para el
bimestre de junio y julio. Y la reposición pasará
a ser del 70% en el de agosto y septiembre. Fue
tras una reunión con la presidenta Cristina Kirchner en
Olivos.” (clarín.com 12/8)
El retroceso del gobierno kirchnerista en los aumentos
tarifarios muestra claramente la situación de debilidad política
de Cristina K y su incapacidad para sostener una medida. Y
vuelve a echar sobre el aumento de las tarifas la alfombra
de los subsidios. Pero esta alfombra se ha ido deshilachando
y la restitución de los subsidios significará un costo
fiscal de 500 millones de pesos y será por algunos meses.
Los vaivenes del
gobierno, por otro lado, significaran bastonazos de ciego
dirigidos hacia los trabajadores.
En este sentido debemos prepararnos para enfrentar el ajuste
que el gobierno intenta hacernos pagar. No podemos confiar
en la oposición de los Macri, De Narváez, Carrió y compañía
que levantan sus voces para su provecho político pero están
de acuerdo en seguir empobreciéndonos para que las empresas
patronales aumenten sus ganancias. La lucha salarial está a
la orden del día y para la misma no sirven pedidos ni
exigencias a los burócratas de la CGT o de la CTA para que
lleven una pelea consecuente. Sólo contamos con nuestras
propias fuerzas y debemos organizarnos desde abajo para
llevar adelante esta lucha.
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