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CNBA: Presentación de la Agrupación Tinta Roja
¿De dónde venimos?
Somos
un grupo de compañeros/as que decidimos conformar una
agrupación tras la disolución de la CEBA. La
convocatoria original fue la declaración “Ante la ruptura
de la CEBA: ¡Defendamos la independencia del Centro!”
firmada por 12 militantes y simpatizantes de esa agrupación
(esta declaración se puede leer en el sitio
tintarojacnba.blogspot.com).
Nos
constituimos con el objetivo de mantener el programa por el
cual había sido votada como conducción del centro: la
defensa de la más plena independencia política frente a
las autoridades del colegio y de la UBA, así como
frente a las corporaciones capitalistas, los gobiernos, etc.
También mantenemos otras definiciones históricas de la
agrupación: Nos declaramos concientistas, queremos generar
un movimiento estudiantil desde las bases y ganarnos
realmente su conciencia mediante la más amplia discusión
colectiva y la práctica de la democracia directa. Luchamos
por una educación que sea realmente pública, gratuita,
masiva, de calidad, que esté en manos de los trabajadores y
el pueblo y que sirva a su liberación. Nuestro ámbito más
inmediato de acción es el colegio, pero consideramos que
hace falta superar sus límites, forjando lazos con los
trabajadores y luchando por una transformación social.
Reivindicamos
y pretendemos continuar el accionar que tuvo la CEBA durante
los primeros cinco meses del año, en los cuales encabezó
una vigorosa lucha en defensa del campo de deportes
organizando asambleas, movilizaciones al Consejo Superior y
a la Legislatura , etc. Durante esos cinco meses, las
definiciones fueron clarísimas: ¡ninguna negociación con
el campo, ni entero ni por partes! ¡Ninguna apertura de
calle, ningún cambio de zonificación!¡La rectora González
Gass es delegada del Consejo Superior, y como tal, enemiga
de los intereses estudiantiles!. Precisamente por tener
la conducción del centro esas definiciones, el movimiento
estudiantil pudo arrancar una importante conquista: el
pedido de sentencia por parte de la UBA en el juicio con
CAPMSA, lo cual impidió que este juicio caduque por
extenderse demasiado (ya lleva 10 años). Se frenó además
hasta el momento todos los intentos de acuerdo, con lo cual,
todo indica que si seguimos movilizándonos, tarde o
temprano la Justicia deberá entregarnos los títulos del
campo de deportes, poniendo fin a una larga etapa.
¿Por
qué luchamos?
La
defensa del campo de deportes tiene mucha importancia: por
un lado, es la defensa del lugar que usamos con fines
educativos y recreativos. Pero tiene una importancia aún
mayor, por ser una pelea en defensa de lo que le pertenece a
la educación pública, contra aquellos que quieren pasarle
por arriba para lucrar: el antidemocrático Consejo
Superior, y la corporación capitalista CAPMSA (en la que
también participan los gobiernos de la ciudad y nacional,
es decir, Macri y Kirchner).
La
pelea por el campo de deportes, por lo tanto, es solo un
episodio más en una pelea muchísimo mayor: la defensa de
la educación pública contra los intereses capitalistas,
que la degradan día a día. Por eso tenemos que
preguntarnos: la educación pública ¿es realmente pública?
Ante
la asfixia presupuestaria y medidas de autofinanciamiento
tomadas por los gobiernos capitalistas llegamos a una
respuesta a esa pregunta: no, no lo es. En nuestro
colegio, por ejemplo, la inscripción es abierta a cualquier
persona, pero en definitiva los que entran son los que
pueden pagar un instituto. En la educación secundaria en
general sólo pueden acceder aquellos que pueden pagar las
fotocopias, libros, transporte, comida, etc.
Y
todos los gobiernos que pasaron no han hecho más que
ajustar el presupuesto educativo y nunca la valorizaron como
se debe. En el plano nacional las leyes educativas de los
Kirchner son el ejemplo de esto. El presupuesto que tiene la
UBA no hace más que demostrar las falencias de este
gobierno en este plano. El Consejo Superior se adapta a este
presupuesto y nunca encabezó ninguna lucha por su aumento:
por el contrario, intenta tapar los baches presupuestarios
mediante el “auto-financiamiento”, que consiste en la
privatización de los recursos educativos (privatización de
los posgrados, a costa del vaciamiento académico de las
carreras de grado, convenios de investigación con empresas
privadas, etc). Así, es cómplice de la miseria
presupuestaria y de lo que esto produce: Miles de docentes
ad-honorem, salarios bajísimos para los que sí los cobran,
miseria edilicia y lo peor de todo, con estas medidas
privatistas se aleja de la educación pública a los que más
la necesitan.
Lo
que el Consejo Superior refleja es el enorme poder acumulado
en la Universidad por un pequeño grupo de profesores, en
perjuicio de la enorme mayoría de los estudiantes, de los
docentes y de los trabajadores no docentes.
El poder de esta minoría antidemocrática se sostiene
solamente mediante la represión: nada más ilustrativo que
el rector Hallú asumiendo mientras la policía le pegaba
palazos y balas de goma a los estudiantes en el Congreso. A
su vez, nuestra experiencia nos muestra que cada vez que nos
movilizamos al Consejo Superior encontramos vallados
policiales que nos impiden presenciar las sesiones (que
deberían ser públicas). Y así como el Consejo Superior no
hace nada por exigirle al gobierno nacional un aumento
presupuestario, nuestra rectora no hace nada por exigirle
al Consejo Superior que modifique sus políticas. Al
contrario, es ella quien las aplica en nuestro ámbito:
para eso la nombraron a dedo en 2007, pasándole por encima
a la voluntad de los estudiantes. El mismo rector Hallú que
asumió mediante la represión, designó a Virginia González
Gass para el Buenos Aires y a Viegas en el Pellegrini,
enfrentando la toma de ambos colegios. Para avanzar en la
democratización del colegio, tenemos que conseguir que en
los consejos los estudiantes no estemos en minoría, que
todos los docentes puedan votar, que los graduados no tengan
representantes propios, que los representantes no docentes
tengan voto, y sobre todo, que el Consejo tenga la atribución
de elegir rector.
También
hay que recordar que a pesar de depender de la UBA vivimos
en la ciudad de Buenos Aires. Y decimos hay que recordar
porque dentro del colegio se escucha aún un pensamiento
algo “burbujista”. La lucha por la educación es una
sola y si no se la da en conjunto está destinada a la
derrota. Por eso es nuestra tarea apoyar toda lucha por la
educación que se de tanto en la UBA , como en la ciudad y
en el país. Cualquier lucha de la educación pública es
nuestra lucha.
¿Dónde
estamos parados?
Para
poder entender mejor las condiciones en las que tenemos que
salir a pelear es necesario comprender las condiciones económicas,
políticas y sociales. En el mundo se desarrolla una crisis
internacional que ya pasó del sector financiero a la economía
real sin lugar a dudas. Se ve el cierre de fábricas y
empresas de todo tipo, la masificación de las suspensiones
y de los despidos, las rebajas de salarios y el aumento de
las jornadas laborales.
Mientras
tanto en nuestro país existe una muy importante crisis política,
que se abrió con la derrota del gobierno K a manos de las
reaccionarias patronales del campo (Sociedad Rural y compañía),
alrededor del conflicto de las retenciones. Esta derrota se
continuó y profundizó recientemente en las elecciones del
28 de junio.
Ninguna
de estas variantes (gobierno K u oposición por derecha)
puede ser un aliado para el movimiento estudiantil. Ambos
quieren evitar que la crisis afecte las ganancias de los
empresarios, y por eso quieren descargarla sobre los
trabajadores, sobre la educación y salud públicas, etc.
Por eso pueden reunirse a “dialogar” y “consensuar”
un ajuste brutal, que tendremos que pagar todos nosotros.
Nuestro único aliado posible es el movimiento obrero
independiente que se está generando en distintos sectores aún
de manera aislada (Fate, Pilkington, Papelera Massuh, etc),
los movimientos combativos de trabajadores desocupados, y
los sectores populares que luchan contra este ajuste en
todas sus formas. Esta crisis es del capitalismo: ¡Tienen
que pagarla los capitalistas, que la generaron, y no los
trabajadores y los sectores populares!
Creemos
que es necesario que todos los estudiantes nos movilicemos
por estas cuestiones, por eso los llamamos a participar y a
sumarse a la agrupación Tinta Roja para pelear por esta
perspectiva junto a nosotros.
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