Socialismo o Barbarie, periódico Nº 158, 27/08/09
 

 

 

 

 

 

Renuncia del jefe de policía

El “Fino” Palacios no pasó

Por Daniel Díaz

El objetivo de Macri al crear la policía metropolitana es claro. Las palabras del Ministro de seguridad Guillermo Montenegro lo dicen todo: “poner orden, garantizando la libre circulación en el transito”, es decir, evitar y reprimir la manifestaciones de los trabajadores y el pueblo por la calles de la Ciudad de Buenos Aires. Macri quiere una fuerza de choque preparada para enfrentar y neutralizar todo tipo de protesta social.

Para el jefe de gobierno porteño la policía metropolitana tiene que estar preparada para intervenir efectivamente en los desalojos de las familias pobres de la ciudad que no tienen acceso a una vivienda digna o para limpiar la ciudad de personas que en extremo estado de pobreza tienen que pasar la noche en las calles. También, para Macri, la policía metropolitana  tiene que estar atenta a lo que hacen los jóvenes, las minorías sexuales, los inmigrantes etc. Para sintetizar: Una fuerza de choque que actué contra los trabajadores y el pueblo cuando el gobierno de la ciudad y los patrones lo consideren necesario.

Macri designó ni más ni menos que al “Fino” Palacios para llevar a cabo la tarea de liderar tan “noble” fuerza. No está de más recordar los puntos que se destacan en su prontuario. Palacios participó y fue uno de los responsables de la represión del 19 y 20 de diciembre del 2001, está implicado por encubrimiento en el caso por el atentado a la AMIA, es un acérrimo defensor de la dictadura militar y niega el terrorismo de estado de las dictaduras latinoamericanas de los años 70.

Es decir, el Jefe de policía ideal para el actual jefe de gobierno porteño, como sus declaraciones después de la renuncia afirmaron: “Siempre estuvimos convencidos de la designación de Jorge Palacios por su capacidad e idoneidad para el cargo”, "un costo para la Policía Metropolitana porque Palacios sin dudas es un excelente profesional no sólo en sus características técnicas sino también en las características morales","Hemos perdido un gran elemento, el más condecorado de los últimos veinte años inclusive por la comunidad judía". Tampoco hay que perder de vista que los Kirchneristas votaron la ley seguridad a sabiendas de que Palacios iba a ser designado y lo que implica la policía metropolitana.

La designación de Jorge “Fino” Palacios concentró el repudio de los trabajadores y los sectores populares de la Ciudad de Buenos Aires. Con la renuncia de Palacios, la campaña y las movilizaciones, organizadas por los organismos de derechos humanos, agrupaciones sindicales, estudiantiles y fuerzas de izquierda coronó un importante triunfo. La ciudad de Buenos Aires fue escenario de una verdadera batalla contra la política represiva de Macri y la pulseada fue ganada por las fuerzas populares. Este triunfo debe servir para refirmarnos en una pelea más de fondo: frenar los planes represivos de Macri y la disolución de la policía metropolitana. En ese sentido es necesario continuar con la agitación en las calles y la movilización.

Los trabajadores y el pueblo de la ciudad no necesitamos una nueva policía que al igual que la Federal con el verso de la seguridad este preparada para reprimirnos en cualquier momento. Lo que necesitamos es salud pública con hospitales que no colapsen, que se resuelva la crisis habitacional, que se resuelvan las condiciones edilicias de las escuelas, que se resuelva la desocupación y salarios dignos. Por supuesto todos estos problemas Mauricio Macri no los tiene, ni tampoco las soluciones a los mismos.