Renuncia
del jefe de policía
El
“Fino” Palacios no pasó
Por
Daniel Díaz
El
objetivo de Macri al crear la policía metropolitana es
claro. Las palabras del Ministro de seguridad Guillermo
Montenegro lo dicen todo: “poner orden, garantizando la
libre circulación en el transito”, es decir, evitar y
reprimir la manifestaciones de los trabajadores y el pueblo
por la calles de la Ciudad de Buenos Aires. Macri quiere una
fuerza de choque preparada para enfrentar y neutralizar todo
tipo de protesta social.
Para el jefe de gobierno porteño
la policía metropolitana tiene que estar preparada para
intervenir efectivamente en los desalojos de las familias
pobres de la ciudad que no tienen acceso a una vivienda
digna o para limpiar la ciudad de personas que en extremo
estado de pobreza tienen que pasar la noche en las calles.
También, para Macri, la policía metropolitana tiene que estar atenta a lo que hacen los jóvenes, las minorías
sexuales, los inmigrantes etc. Para sintetizar: Una fuerza
de choque que actué contra los trabajadores y el pueblo
cuando el gobierno de la ciudad y los patrones lo consideren
necesario.
Macri
designó ni más ni menos que al “Fino” Palacios para
llevar a cabo la tarea de liderar tan “noble” fuerza. No
está de más recordar los puntos que se destacan en su
prontuario. Palacios participó y fue uno de los
responsables de la represión del 19 y 20 de diciembre del
2001, está implicado por encubrimiento en el caso por el
atentado a la AMIA, es un acérrimo defensor de la dictadura
militar y niega el terrorismo de estado de las dictaduras
latinoamericanas de los años 70.
Es decir, el Jefe de policía
ideal para el actual jefe de gobierno porteño, como sus
declaraciones después de la renuncia afirmaron: “Siempre
estuvimos convencidos de la designación de Jorge Palacios
por su capacidad e idoneidad para el cargo”, "un
costo para la Policía Metropolitana porque Palacios sin
dudas es un excelente profesional no sólo en sus características
técnicas sino también en las características
morales","Hemos perdido un gran elemento, el más
condecorado de los últimos veinte años inclusive por la
comunidad judía". Tampoco hay que perder de vista que
los Kirchneristas votaron la ley seguridad a sabiendas de
que Palacios iba a ser designado y lo que implica la policía
metropolitana.
La
designación de Jorge “Fino” Palacios concentró el
repudio de los trabajadores y los sectores populares de la
Ciudad de Buenos Aires. Con la renuncia de Palacios, la
campaña y las movilizaciones, organizadas por los
organismos de derechos humanos, agrupaciones sindicales,
estudiantiles y fuerzas de izquierda coronó un importante
triunfo. La ciudad de Buenos Aires fue escenario de una
verdadera batalla contra la política represiva de Macri y
la pulseada fue ganada por las fuerzas populares. Este
triunfo debe servir para refirmarnos en una pelea más de
fondo: frenar los planes represivos de Macri y la disolución
de la policía metropolitana. En ese sentido es necesario
continuar con la agitación en las calles y la movilización.
Los
trabajadores y el pueblo de la ciudad no necesitamos una
nueva policía que al igual que la Federal con el verso de
la seguridad este preparada para reprimirnos en cualquier
momento. Lo que necesitamos es salud pública con hospitales
que no colapsen, que se resuelva la crisis habitacional, que
se resuelvan las condiciones edilicias de las escuelas, que
se resuelva la desocupación y salarios dignos. Por supuesto
todos estos problemas Mauricio Macri no los tiene, ni
tampoco las soluciones a los mismos.
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