Socialismo o Barbarie, periódico Nº 162, 22/10/09
 

 

 

 

 

 

Kraft-Terrabusi: repudiamos un acuerdo que deja a los principales luchadores en
la calle

Se podía lograr mucho más

Presentamos a nuestros lectores el volante que repartimos a los trabajadores, en la puerta de la fábrica, a partir del lunes 19, sentando posición ante el acta firmada por tres  delegados el viernes 16 y las perspectivas que se abrían para seguir luchando.

Lamentablemente, la heroica lucha de Kraft, parece, a estas horas, estar terminando en una derrota que, a priori, por ser parcial –dado el logro de que la interna quede adentro– no deja de ser muy dura. Es que el acta que firmaron el pasado viernes 16/10 tres de los cinco integrantes de la interna termina aceptando que queden en la calle nada menos que 53 de nuestros mejores compañeros: un grave error, o más aún, una lisa y llana capitulación a la empresa.

Efectivamente, es una enorme injusticia que los compañeros que están quedando en la calle sean los que más se jugaron a la hora de la lucha: se trata de los compañeros que garantizaron la permanencia en la planta cuyo desalojo fue el que le dio verdadera proyección nacional a la lucha. Entre ellos, la casi totalidad de los integrantes del cuerpo de delegados que la patronal nunca quiso reconocer y que llegaron a jugar, por momentos, un importante rol.

Este resultado es más duro aún cuando es un hecho cierto que se podría haber logrado más. Es que luego de la represión del viernes 25 de septiembre al gobierno K se le abrió una crisis política viéndose –en cierto modo– obligado a cambiar la orientación que mantuvo durante 40 días de dejar hacer y deshacerse a la patronal a su antojo. Insistimos: fue el repudio masivo por la represión a trabajadores que sólo defendían sus fuentes de trabajo lo que hizo que el gobierno cambiara –en parte– su política (decimos en parte porque siempre fue cómplice de los empresarios).

La lucha de Kraft tuvo, a partir de ahí, enorme simpatía entre amplios sectores populares lo que dejó a la patronal a la defensiva. Porque es categórico que la represión a los heroicos compañeros que garantizaron la permanencia terminó instalando esta heroica lucha en la escena política nacional creando las condiciones para un resultado más favorable.

Las responsabilidades

Está claro que la primera y principal responsabilidad por esta derrota parcial es de la burocracia sindical de Daer y Moyano. El primero se ubicó siempre como un rompehuelgas hecho y derecho, que siguió a pie juntillas todas las provocaciones de la patronal y se negó en redondo a votar siquiera un segundo de paro solidario del gremio con la lucha. Moyano lo acompañó desde los medios estigmatizando la lucha por “ultra-izquierdista” y siquiera los tan “democráticos” de la CTA movieron un dedo en solidaridad con la lucha, solidaridad que quedó en manos de otras internas y delegados independientes como los compañeros de FATE (entre tantos otros), estudiantes, movimientos de desocupados y partidos de izquierda.

En el marco de la traición lisa y llana de las burocracias de todos los colores, hay también responsabilidades de los dos sectores que integran la interna[i]. Porque ninguno de los dos siquiera atinó a hacer lo que hacía falta para quebrar semejante ofensiva patronal: discutir entre el conjunto de los compañeros la necesidad de ir a una ocupación masiva de la planta y ubicar claramente, y desde el comienzo, la responsabilidad del gobierno K en los acontecimientos.

Está claro también que, en el resultado de la lucha, las responsabilidades son distintas: la mayoría de la interna se mostró todo el tiempo "desesperada" por lograr el reingreso de Bogado (y el resto de la interna) y poco más le importó el resto, llegando a la vergonzosa capitulación de la firma del acta. La minoría mantuvo una ubicación general correcta por el reingreso de más compañeros, pero actuó muy mal cuando en oportunidad del vaciamiento de la planta por parte de la empresa el viernes 4 de septiembre dejó correr una situación que podría haber dejado a todos los trabajadores peleando desde el lado de afuera del alambrado...

Hay que seguir por los 53 montando un acampe en la puerta

En todo caso, la lucha todavía no ha terminado. Hay que rodear de solidaridad a las decenas de compañeros despedidos y "suspendidos", montar un campamento en la puerta de la planta y así comenzar desde ya mismo la pelea por lograr su reincorporación. Hay compañeros que opinan que el acta es “un triunfo parcial” o “un paso adelante”: creemos humildemente que no es así. No solo que deja a 53 trabajadores prácticamente en la calle sino que, mediante el acta, la mayoría de la interna se ha comprometido a no hacer medidas de fuerza por más de 2 meses, atando a la base de pies y manos para luchar adentro de la planta por los despedidos. Mientras tanto, la empresa ha mostrado –con el nuevo “código de convivencia”– que va por más: hay que rechazar el acta y exigirle al compañero Bogado que se defina claramente: si va a repudiar la firma del acta o es solo una pose.

Insistimos: esto de montar un campamento en la puerta creemos que es fundamental para sensibilizar al conjunto de los compañeros de adentro y para que la empresa no crea que todo ha terminado. Sin una medida de este tipo será muy difícil sostener la lucha por las decenas de compañeros que quedaron afuera.


[i]- La mayor responsabilidad le cabe al PCR que tiene mayoría en la interna, en segundo lugar la PTS que tiene cierto peso.