Kraft-Terrabusi: repudiamos un acuerdo que deja a los
principales luchadores en
la calle
Se podía
lograr mucho más
Presentamos a nuestros lectores el
volante que repartimos a los trabajadores, en la puerta de
la fábrica, a partir del lunes 19, sentando posición ante
el acta firmada por tres
delegados el viernes 16 y las perspectivas que se abrían
para seguir luchando.
Lamentablemente, la heroica lucha de Kraft, parece, a
estas horas, estar terminando en una derrota que, a priori,
por ser parcial –dado el logro de que la interna quede
adentro– no deja de ser muy dura. Es que el acta
que firmaron el pasado viernes 16/10 tres de los cinco
integrantes de la interna termina aceptando que queden en la
calle nada menos que 53 de nuestros mejores compañeros:
un grave error, o más aún, una lisa y llana capitulación
a la empresa.
Efectivamente, es una enorme injusticia que los
compañeros que están quedando en la calle sean los que más
se jugaron a la hora de la lucha: se trata de los compañeros
que garantizaron la permanencia en la planta cuyo desalojo
fue el que le dio verdadera proyección nacional a la lucha.
Entre ellos, la casi totalidad de los integrantes del
cuerpo de delegados que la patronal nunca quiso reconocer y
que llegaron a jugar, por momentos, un importante rol.
Este resultado es más duro aún cuando es un hecho cierto
que se podría haber logrado más. Es que luego de la
represión del viernes 25 de septiembre al gobierno K se le
abrió una crisis política viéndose –en cierto
modo– obligado a cambiar la orientación que mantuvo
durante 40 días de dejar hacer y deshacerse a la patronal a
su antojo. Insistimos: fue el repudio masivo por la represión
a trabajadores que sólo defendían sus fuentes de trabajo
lo que hizo que el gobierno cambiara –en parte– su política
(decimos en parte porque siempre fue cómplice de los
empresarios).
La lucha de Kraft tuvo, a partir de ahí, enorme simpatía
entre amplios sectores populares lo que dejó a la
patronal a la defensiva. Porque es categórico que la
represión a los heroicos compañeros que garantizaron la
permanencia terminó instalando esta heroica lucha en
la escena política nacional creando las condiciones para
un resultado más favorable.
Las responsabilidades
Está claro que la primera y principal responsabilidad por
esta derrota parcial es de la burocracia sindical de Daer
y Moyano. El primero se ubicó siempre como un rompehuelgas
hecho y derecho, que siguió a pie juntillas todas las
provocaciones de la patronal y se negó en redondo a votar
siquiera un segundo de paro solidario del gremio con la
lucha. Moyano lo acompañó desde los medios estigmatizando
la lucha por “ultra-izquierdista” y siquiera los tan
“democráticos” de la CTA movieron un dedo en
solidaridad con la lucha, solidaridad que quedó en manos
de otras internas y delegados independientes como los compañeros
de FATE (entre tantos otros), estudiantes, movimientos de
desocupados y partidos de izquierda.
En el marco de la traición lisa y llana de las
burocracias de todos los colores, hay también
responsabilidades de los dos sectores que integran la
interna[i].
Porque ninguno de los dos siquiera atinó a hacer lo que hacía
falta para quebrar semejante ofensiva patronal: discutir
entre el conjunto de los compañeros la necesidad de ir a
una ocupación masiva de la planta y ubicar claramente, y
desde el comienzo, la responsabilidad del gobierno K en los
acontecimientos.
Está claro
también que, en el resultado de la lucha, las
responsabilidades son distintas: la mayoría de la
interna se mostró todo el tiempo "desesperada"
por lograr el reingreso de Bogado (y el resto de la interna)
y poco más le importó el resto, llegando a la vergonzosa
capitulación de la firma del acta. La minoría mantuvo una
ubicación general correcta por el reingreso de más compañeros,
pero actuó muy mal cuando en oportunidad del vaciamiento de
la planta por parte de la empresa el viernes 4 de septiembre
dejó correr una situación que podría haber dejado a todos
los trabajadores peleando desde el lado de afuera del
alambrado...
Hay que
seguir por los 53 montando un acampe en la puerta
En todo caso, la lucha todavía no ha terminado.
Hay que rodear de solidaridad a las decenas de compañeros
despedidos y "suspendidos", montar un campamento
en la puerta de la planta y así comenzar desde ya mismo la
pelea por lograr su reincorporación. Hay compañeros que
opinan que el acta es “un triunfo parcial” o “un paso
adelante”: creemos humildemente que no es así. No
solo que deja a 53 trabajadores prácticamente en la calle
sino que, mediante el acta, la mayoría de la interna se
ha comprometido a no hacer medidas de fuerza por más de 2 meses, atando a la base de pies y manos para luchar adentro de la planta por
los despedidos. Mientras tanto, la empresa ha
mostrado –con el nuevo “código de convivencia”– que
va por más: hay que rechazar el acta y exigirle al compañero
Bogado que se defina claramente: si va a repudiar la firma
del acta o es solo una pose.
Insistimos: esto de montar un campamento en la puerta
creemos que es fundamental para sensibilizar al conjunto de
los compañeros de adentro y para que la empresa no crea que
todo ha terminado. Sin una medida de este tipo será muy difícil
sostener la lucha por las decenas de compañeros que
quedaron afuera.
[i]-
La mayor responsabilidad le cabe al PCR que tiene mayoría en la interna, en segundo lugar la PTS que
tiene cierto peso.
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