La lucha de las trabajadoras y los
trabajadores de Terrabusi ha sido apoyada activamente por
importantes sectores de trabajadores ocupados, desocupados y
estudiantes. Cientos de cortes y las importantes marchas a
Plaza de Mayo dan cuenta de esto y los comentarios, la
colaboración con el fondo de huelga, firmas, charlas etc.,
demuestran la más amplia y masiva solidaridad.
Hace pocos días, en ocasión del Día Latinoamericano y
del Caribe por el Derecho al Aborto, logramos que
un sector importante del movimiento de mujeres confluyera
con la marcha de Terrabusi, se integrara a ésta
simbolizando la unidad de las mujeres con la lucha de las y
los trabajadores. Sin embargo, el Encuentro Nacional de Mujeres de Tucumán estuvo muy por detrás de
las posibilidades.
Esto, por supuesto, es fundamental responsabilidad del PCR:
a su vez dirección del Encuentro y de la comisión interna
de Terrabusi. La delegación encabezada por María Rosario
fue con una política muy clara (aunque no discutida democráticamente).
La compañera de la comisión interna se
negó sistemáticamente a impulsar en el Encuentro Nacional
cualquier actividad conjunta con las compañeras que venimos
apoyando su lucha todos los días desde la fábrica y desde
todos nuestros lugares de trabajo y estudio.
También “olvidaron” pasar con el fondo de huelga, ni
hablar en el acto de apertura, ni recorrer con ellas todos
los talleres: nada de esto estaba en la agenda de la
delegación. Y para disimular semejante despropósito
organizaron un actito a puertas cerradas en una escuela
anunciado como “charla de María Rosario” por el
conflicto de Terrabusi.
Desde Las Rojas les propusimos la recorrida de todos los
talleres junto a las compañeras de las agrupaciones que las
apoyan para discutir e impulsar el fondo, sacar el acto a la
calle y marchar hacia el hospital haciendo confluir con la
lucha de las autoconvocadas de la salud. Y por supuesto que
hablaran en el acto de apertura y encabezaran la marcha de
cierre. Sin embargo, ante la agitación de Las Rojas
para que hablen en el acto de apertura las trabajadoras de
Terrabusi y la salud, sólo recibimos un intento de expulsión
(duramente resistido) por parte del cordón de seguridad de
la CCC. No respondieron a nuestras propuestas, que hicimos
extensivas en los talleres. Lamentablemente tampoco Pan y
Rosas tuvo una política en ese sentido. Las compañeras
viajaron con una trabajadora de Terrabusi, y a ellas también
les propusimos una política común en ese sentido. Su
respuesta fue que ya tenían preparado un escrache al dueño
de un ingenio, que a su vez era parte de la UIA, que a su
vez era parte de la patronal de Terrabusi… otra
acción tan unilateral como el acto de María Rosario sólo que más pequeña… pero tan poco dirigida al Encuentro como
fue posible.
Sin una campaña firme y unitaria hacia el conjunto de las
mujeres, no fue posible romper el cerco burocrático del
Encuentro en el sentido de la lucha de Terrabusi. El
pronunciamiento en los talleres, la agitación de las
columnas socialistas como la de Las Rojas no fue suficiente.
Es necesario sacar las conclusiones políticas y
organizativas. La lucha de Terrabusi continúa, a pesar de
la política de la CCC, pero no es la autoproclamación
unilateral la que va a conmover a las nuevas generaciones,
sino una política audaz contra el gobierno y la burocracia
de todo pelaje por el triunfo de la clase obrera y la
emancipación de las mujeres.