Socialismo o Barbarie, periódico Nº 162, 22/10/09
 

 

 

 

 

 

Honduras: el diálogo con los golpistas

Repudiamos la entrega de Zelaya de todas
las reivindicaciones de la lucha popular

Editorial de Socialismo o Barbarie
Revista electrónica en la web, 17/10/09

A estas horas, Mel Zelaya sigue dando nuevos “plazos” a la negociación con los golpistas: su consigna parece ser opuesta a la del viejo caudillo radical argentino Leandro N. Alem: “Que se doble pero que no se rompa”...

Así son los plazos de Zelaya: se estiran hasta el infinito, entregando en el medio todas y cada una de las reivindicaciones por las cuales la resistencia popular ha estado en las calles cotidianamente, desde el mismo día en que los golpistas se hicieron con el poder.

Zelaya ha entregando ya la principal reivindicación de la lucha: la Asamblea Constituyente.

Zelaya ha entregado también el castigo a los golpistas, aceptando una amnistía para ellos.

Zelaya ha aceptado incluso un gobierno de “reconciliación nacional”, es decir, con las fuerzas golpistas: un escándalo que significaría cogobernar con los que tienen manchadas las manos de sangre de tantos compañeros.

Por esto mismo no debería sorprender, incluso, que termine entregando también hasta su propia “cabeza”. Que, después de días y días de “diálogo”, más diálogo, declaraciones altisonantes para la TV y conciliaciones con los gorilas, termine aceptando no ser restituido, o que esto se haga de modo absolutamente formal, mediante un “gobierno tripartito” u otro enjuague por el estilo.

En medio de todo este juego conciliador, lo que ha quedado completamente fuera de foco es la lucha de la resistencia misma. ¡Hace semanas que la dirección de la resistencia –el Frente Nacional de Resistencia– no convoca a ninguna acción real, de magnitud!

Esto es directa responsabilidad de los dirigentes “melistas” de la resistencia, como Juan Barahona, que ha llevado adelante la semana que pasó el “show” mediático de salir de la mesa negociadora. Esto es sólo una burda maniobra para evitar que caiga sobre su cabeza el hecho de que su jefe político, Zelaya, ha entregado, en menos que lo que canta un gallo, la Constituyente.

Desde la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie y nuestros compañeros del PST, rechazamos categóricamente la vía muerta del “diálogo” con los gorilas como la forma de conseguir las reivindicaciones populares.

El retorno de Zelaya colocó la posibilidad de la huelga general que tirara definitivamente abajo todo el régimen gorila. Pero Mel Zelaya y sus representantes en el movimiento popular estuvieron total y absolutamente en contra de esta salida. El mismo Zelaya, desde que pisó la embajada del Brasil, se jugó a la vía de la “reconciliación”, más allá de palabras y gestos “bravucones”.

En estos momentos, al diálogo parece estar nuevamente “interrumpido” pero Zelaya no cambia su política: está subordinando toda la resistencia a la vía muerta de un evidente callejón sin salida. El melismo sigue y sigue buscando una vía conciliadora de salida con Micheletti. A nuestro modo de ver, no se puede perder un minuto sin desarrollar un durísimo debate al interior de la resistencia, que fomente el descontento con esta situación y plantee la desconfianza en la política conciliadora de Mel Zelaya.

¡No puede ser que la heroica resistencia esté, a estas horas, completamente subordinada a los “enjuagues” de los dirigentes en las alturas, mientras se entregan una a una las reivindicaciones de la lucha y se desmoviliza casi completamente al movimiento obrero, campesino y popular.

La candidatura independiente de Carlos H. Reyes ha anunciado su retiro incondicional de las elecciones si estas se realizan bajo Micheletti. Incluso más: ¡se están realizando asambleas de la candidatura todo a lo largo y ancho del país y el 95% de los compañeros vota que si siguen los gorilas hay que organizar el boicot a las elecciones!

Al mismo tiempo, el desafío es recoger una a una las reivindicaciones que Zelaya ha ido arrojando por el camino: en primer lugar, la perentoria necesidad de la convocatoria a una Constituyente Revolucionaria que barra a todas las  instituciones golpistas, así como el castigo a los gorilas asesinos, reivindicaciones que sólo podrán ser garantizadas si se tira abajo la dictadura mediante la huelga general y un gobierno provisorio de la misma Resistencia.