El
jueves 29, al igual que en toda la UNC, se desarrollaron las
elecciones para elegir la conducción del Centro de
Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Estas
elecciones estuvieron marcadas por varios factores. Uno de
ellos, el que no hubo grandes conflictos universitarios que
movilizaran políticamente al estudiantado. Otro
elemento, fue la aparición en Filo de La Bisagra, que
disputa el mismo espacio político de la actual conducción
del centro de estudiantes que es El Andén (corriente ligada
al FPDS).
Desde
el nuevo MAS participamos de la elección junto a
estudiantes independientes obteniendo 76 votos, que nos
ubican como cuarta fuerza aunque todavía
lejos de los 410 votos de El Andén, los 328 del
Frente de Izquierda (PO-PTS), y de los 287 de La Bisagra.
La
importancia de este cuarto lugar es que logramos reflejar el
trabajo de conjunto de nuestra organización a través de la
participación de nuestras listas de sectores independientes
que participaron activamente de la campaña, ya sea pintando
carteles, escribiendo los volantes o hablando con sus compañeros
para obtener el voto por nuestras propuestas.
La
participación electoral también fue positiva en el marco
del Consejo de Historia, donde nos presentamos por primera
vez realizando una excelente elección quedando a 5 votos de
obtener un Consejero de Escuela.
¿Por
qué fuimos solos?
Para
la conformación de frentes hubo varias polémicas al
respecto.
La
primera y fundamental era si existía o no una polarización
política hacia la izquierda que permitiese ganar el centro.
En función de esta posibilidad (matemática y remota) se
reflejarían las distintas políticas en la posible futura
conducción del centro. Junto con esto una tercera discusión
era cómo se participaba en los procesos de lucha reales que
citamos anteriormente.
Desde
el principio de la discusión electoral, el nuevo MAS y los
estudiantes independientes que conformaron nuestra lista,
hicimos un llamado público a un frente político,
independiente de los gobiernos y las gestiones
universitarias, clasista, y
anti burocrático, basado en la movilización
estudiantil que apoye y profundice esos espacios
independientes que surgieron en la Facultad, y en los cuales
venimos participando desde el comienzo de los mismos.
Al
mismo tiempo, en ese llamado hicimos hincapié en que el
frente tenía que ser paritario, de manera que todas las
agrupaciones vieran reflejadas su política dentro del él.
Ese
llamado fue el único llamado público a la conformación de
un frente de izquierda. Aunque
también hubo un llamamiento por parte de IS, vía
mail, a conformar un frente político contra las corrientes
estudiantiles que hoy están ligadas a la gestión
universitaria como son El Andén y La Bisagra.
Ante
este llamamiento, la primera recepción que obtuvimos fue
que toda la negociación era entre Tesis XI – Contraimagen
(PTS) y la UJS del PO. Ellos creyeron que la discusión era
simplemente entre ellos dos, y no querían hacer una discusión
con todas las fuerzas porque primero querían acordar ellos,
para que después vayamos todos al pie de estas
organizaciones.
En
las pocas reuniones de
todas las fuerzas que podían integrar este frente, no hubo
otra cosa más que ninguneo a las demás organizaciones y
ver cómo entre ellos dos se disputaban la asignación de
los cargos principales. A punto tal, que 4 ó 5 primeros
lugares de las listas estaban abarcados por estas dos
corrientes en diferentes alternativas.
Una
vez cerrado este frente, el PTS insiste en que el nuevo MAS
se sume al frente, pero sin dar un lugar para que nuestra
política se expresase. Toda la posibilidad que se nos ofrecía
era la posibilidad de hablar en una asamblea como Secretaría
del Centro de Estudiantes, y diciendo que éramos conducción
de un centro. En definitiva, que seamos furgones de cola.
Dadas
estas circunstancias, hicimos un plenario con muchos
estudiantes independientes en el cual tomamos la decisión
de participar solos en estas elecciones.
Esta
decisión estuvo basada en varios aspectos. No vimos
voluntad efectiva por parte de las otras agrupaciones para
conformar un frente político que expresase la política de
todas las corrientes que lo integran.
Durante
todo el año, no pudimos hacer ningún tipo de actividad en
conjunto dentro de los espacios que surgieron de manera
independiente, incluyendo actividades del Frente electoral
nacional, en el cual hicimos una charla con los compañeros
de Izquierda Socialista, al cual ningún compañero del PTS
asistió.
Todo
esto hizo que no aceptáramos una nueva propuesta a una hora
del cierre de listas de Centro de Estudiantes, respetando la
voluntad de nuestro grupo de trabajo que ya no creía en la
posibilidad del frente, puesto que veía la mezquindad de
estas corrientes.
Vale
destacar, que IS, que participó en las charlas previas para
la conformación del frente, tampoco acordó y terminó en
el frente sojero con el MST y la CEPA, como así tampoco los
compañeros de la agrupación de Historia Enrique Barros.
Todo
el esfuerzo por que integremos el frente vino por parte del
PTS, quien estaba realmente convencido de que existía esa
posibilidad de ganar el centro, aunque siempre quería
nuestra participación en el frente de manera axilar,
mientras que el Partido Obrero no mostró mucho interés
en la elección de Filo más allá de su lugar en el frente.
Esto
se vio reflejado al término de la elección, con la actitud
de los compañeros de Tesis XI-Contraimagen que insultaron,
agraviaron y acusaron moralmente a cada uno de nuestros
compañeros al punto tal de calificar a un compañero de
extensa trayectoria obrera en las principales fábricas del
país, como “traidor de la clase obrera”.
Esto
entre tantas otras barbaridades que se dijeron esa noche, en
las que hubo insultos de todo color y calibres impulsados
por los propios dirigentes estudiantiles del PTS, que sostenían
erróneamente que si se sumaban nuestros votos a los de
ellos se ganaba la elección.
Este
análisis mecanicista y electoralista, de simples sumatorias
de votos, sin medir los cambios que se podrían haber
materializado en caso de que se dé otro frente, era una
mera posibilidad, ya que no necesariamente un frente de
todos los sectores independientes hubiese obtenido la
conducción del Centro, ni tampoco se hubiesen dado la misma
cantidad de votos. Cada elección es distinta a la otra.
Esta
actitud patotera e irrespetuosa, por fuera de los principios
de clase, se volvió a repetir en la elección a Consejero
de Escuela de Historia, en la cual Tesis XI calumnió,
injurió, y mintió a los estudiantes con respecto a
nuestras posiciones políticas e incluso metiéndose en
discusiones internas de nuestra lista tergiversando las
palabras de los compañeros independientes.
Esto llegó a un punto en el cual una dirigente
estudiantil del PTS abofeteó a un compañero cuando éste
le reprochaba que se metiese en asuntos que eran privativos
de cada organización.
El
voto al nuevo MAS e independientes refleja la participación
en los espacios que surgen por abajo y no un voto útil por
izquierda a El Anden
Las
excelentes elecciones que obtuvimos desde el nuevo MAS e
Independientes en las elecciones de Filo, demuestran que
nuestra política y nuestra participación son consecuentes
con lo que venimos diciendo. Los 76 votos a centro que nos
ubicaron en el cuarto lugar de la elección y los 31 que
obtuvimos para Consejo de Historia, demuestran nuestra
inserción dentro del movimiento estudiantil, en base a la
discusión en los espacios que vienen surgiendo desde abajo,
en los cuales participamos y aceptamos las resoluciones de
conjunto, pese a las discrepancias políticas que podamos
llegar a tener en su interior.
Nos
parece una cagada que no se haya podido ganar el Centro de
Estudiantes para la lucha por las reivindicaciones
estudiantiles y con una política
clasista, vinculada a los conflictos de los
trabajadores y
en solidaridad con ellos, como así también que
no hayamos podido concretar un verdadero frente en
las condiciones expuestas anteriormente.
No
obstante la bronca que puede suscitar no ganar un Centro de
Estudiantes, creemos que es necesario construir una
alternativa política, independiente de los gobiernos, de
las patronales, de la burocracia y de las gestiones
universitarias, basadas en una discusión sana y
constructiva que ayude al estudiantado, y que no sea una
respuesta de intereses mezquinos de organizaciones, cuyo
interés pareciera que termina siendo el centro por el
centro en sí mismo. Para construir un centro distinto,
también tenemos que tener métodos distintos.