A los dos días de convocarse
al acto de la CGT en apoyo al gobierno, “en contra de los
planes de desestabilización” y a las horas del abrazo
Moyano-D’Elía, la Presidenta dijo: “No”.
¿Qué pasó para que el PJ
cambiara de opinión y desautorizara al principal referente
de la CGT, sostén fundamental del aparato de contención
del movimiento obrero en el gobierno peronista?
El propósito del acto era que
sirviera para fortalecer al gobierno y a su “columna
vertebral”, la CGT. Para incluir a los trabajadores
desocupados el brazo de Moyano se extendió hasta Luis D’Elía,
aunque éste sea un referente de la CTA, en reclamo
permanente por su personería y atacada de “zurda loca”
por Juan Belén, titular de la UOM.
Convocatoria lanzada en un
momento donde los supuestos “planes de desestabilización” al gobierno y la burocracia no emergen desde la
derecha campestre o política, sino desde los trabajadores y
sus organizaciones independientes y cuestionan el modelo
sindical único y burocrático.
El más explícito en sus
declaraciones fue Belén, titular de la UOM y segundo de
Moyano. Salió a decir con todas las letras que el acto era
para dejar afuera de las estructuras sindicales a la
izquierda y a la CTA, que los dueños de los sindicatos eran
ellos. Pero aunque haya sido el más “didáctico”, no es
el único que tiene esta opinión entre los dirigentes
cegetistas. Sobre todo el sector de los “gordos” que
quiere “reventar” de cuajo cualquier cuestionamiento a
su dominio.
En medio de esta situación,
cuando sigue el conflicto en el Subte, cuando una vanguardia
importante acompaña ese proceso y un sector de trabajadores
lo sigue con simpatía, Cristina dijo: “No, no es el
momento”. Es que en lugar de fortalecer al gobierno, podía
encender más la chispa de la gran bronca que existe entre
todos los trabajadores contra los dirigentes de la CGT y en
lugar de calmar las aguas, agitarlas.
El gobierno también los quiere
“reventar” pero tiene que gobernar y para eso necesita
cierto equilibrio. Utilizar la confrontación y la represión
feroz, como lo hizo en Tucumán con los trabajadores de la
Sanidad, pero también la negociación y tener políticas más
a largo plazo para contener el descontento obrero y popular.
Los burócratas desbocados sólo
tienen el interés de mantener su poder monolítico en los
gremios. A eso están “jugados”. Sobre todo aquéllos
que tienen asegurada su existencia como burócratas de por
vida, como Lescano y Belén y no tienen la preocupación
siquiera de hacer buena letra con el gobierno.
A río revuelto... se cuela la CTA
Este proceso de surgimiento de
cuerpos de delegados, internas y activismo independiente fue
desde abajo y tienen activa participación los partidos de
izquierda.
La CTA tiene un proyecto
distinto a la CGT, pero no es independiente ni en lo
sindical ni en lo político. Son
“otra” burocracia, no con tanto poderío de aparato
y económico, pero al igual enemiga de la democracia
sindical y de la independencia política de los
trabajadores.
Basta que se miren en el espejo
D’Elía, Yasky o Wasiejko. Pero como el gobierno se niega
a darle la inscripción como central sindical, para
favorecer a la CGT como central única, se cuelan ahora con
la bandera de su reconocimiento y tratando de recostarse y
caer bien en el activismo independiente.
Son un engaño “por
izquierda” al odiado aparato cegetista. Aunque en algunos
gremios, como el Neumático, ya
no engañan a nadie y en otros como en docentes de Provincia
de Buenos Aires, estén muy cuestionados. Lo cierto es
que un sector cada vez más importante de trabajadores se
está dando cuenta que sus promesas de democracia y
participación mueren en las palabras. ¿Qué iniciativa
tuvieron como central “combativa” y “opositora” a la
CGT para apoyar a los trabajadores de Kraft o el Subte?
Por el desarrollo de las luchas y la organización independiente
Al acto lo han levantado pero
no la intención política de derrotar este proceso
incipiente pero profundo de rebelión contra el dominio
burocrático.
Belén siguió con su diatriba
contra los trabajadores del Subte y su reclamo “tonto”,
que no fue contra la empresa y perjudicó a los usuarios.
Lescano se queja de la libertad sindical y de que “nacen
sindicatos todos los días”.
Moyano, siguiendo el libreto K,
se ha mostrado más “dialoguista”. Resultó que son íntimos
con Yasky y tiró dardos por “derecha”. Identificó a
los “desestabilizadores” en Carrió, la Sociedad Rural y
el canal TN.
Pero la pelea va a seguir y muy
dura.
Ellos no se bajan de sus
privilegios ni los trabajadores van a pisotear su libertad
de opinar, decidir y organizarse como quieran.
Apostar al desarrollo de las luchas y la organización independiente de
los trabajadores es la mejor forma de combatirlos.