Socialismo o Barbarie, periódico Nº 164, 20/11/09
 

 

 

 

 

 

El gobierno levanta el acto de la CGT

Burócratas desbocados

Por Ana Vázquez

A los dos días de convocarse al acto de la CGT en apoyo al gobierno, “en contra de los planes de desestabilización” y a las horas del abrazo Moyano-D’Elía, la Presidenta dijo: “No”.

¿Qué pasó para que el PJ cambiara de opinión y desautorizara al principal referente de la CGT, sostén fundamental del aparato de contención del movimiento obrero en el gobierno peronista?

El propósito del acto era que sirviera para fortalecer al gobierno y a su “columna vertebral”, la CGT. Para incluir a los trabajadores desocupados el brazo de Moyano se extendió hasta Luis D’Elía, aunque éste sea un referente de la CTA, en reclamo permanente por su personería y atacada de “zurda loca” por Juan Belén, titular de la UOM.

Convocatoria lanzada en un momento donde los supuestos “planes de desestabilización” al gobierno y la burocracia no emergen desde la derecha campestre o política, sino desde los trabajadores y sus organizaciones independientes y cuestionan el modelo sindical único y burocrático.

El más explícito en sus declaraciones fue Belén, titular de la UOM y segundo de Moyano. Salió a decir con todas las letras que el acto era para dejar afuera de las estructuras sindicales a la izquierda y a la CTA, que los dueños de los sindicatos eran ellos. Pero aunque haya sido el más “didáctico”, no es el único que tiene esta opinión entre los dirigentes cegetistas. Sobre todo el sector de los “gordos” que quiere “reventar” de cuajo cualquier cuestionamiento a su dominio.

En medio de esta situación, cuando sigue el conflicto en el Subte, cuando una vanguardia importante acompaña ese proceso y un sector de trabajadores lo sigue con simpatía, Cristina dijo: “No, no es el momento”. Es que en lugar de fortalecer al gobierno, podía encender más la chispa de la gran bronca que existe entre todos los trabajadores contra los dirigentes de la CGT y en lugar de calmar las aguas, agitarlas.

El gobierno también los quiere “reventar” pero tiene que gobernar y para eso necesita cierto equilibrio. Utilizar la confrontación y la represión feroz, como lo hizo en Tucumán con los trabajadores de la Sanidad, pero también la negociación y tener políticas más a largo plazo para contener el descontento obrero y popular.

Los burócratas desbocados sólo tienen el interés de mantener su poder monolítico en los gremios. A eso están “jugados”. Sobre todo aquéllos que tienen asegurada su existencia como burócratas de por vida, como Lescano y Belén y no tienen la preocupación siquiera de hacer buena letra con el gobierno.

A río revuelto... se cuela la CTA

Este proceso de surgimiento de cuerpos de delegados, internas y activismo independiente fue desde abajo y tienen activa participación los partidos de izquierda.

La CTA tiene un proyecto distinto a la CGT, pero no es independiente ni en lo sindical ni en lo político. Son “otra” burocracia, no con tanto poderío de aparato y económico, pero al igual enemiga de la democracia sindical y de la independencia política de los trabajadores.

Basta que se miren en el espejo D’Elía, Yasky o Wasiejko. Pero como el gobierno se niega a darle la inscripción como central sindical, para favorecer a la CGT como central única, se cuelan ahora con la bandera de su reconocimiento y tratando de recostarse y caer bien en el activismo independiente.

Son un engaño “por izquierda” al odiado aparato cegetista. Aunque en algunos gremios, como el Neumático, ya no engañan a nadie y en otros como en docentes de Provincia de Buenos Aires, estén muy cuestionados. Lo cierto es que un sector cada vez más importante de trabajadores se está dando cuenta que sus promesas de democracia y participación mueren en las palabras. ¿Qué iniciativa tuvieron como central “combativa” y “opositora” a la CGT para apoyar a los trabajadores de Kraft o el Subte?

Por el desarrollo de las luchas y la organización independiente

Al acto lo han levantado pero no la intención política de derrotar este proceso incipiente pero profundo de rebelión contra el dominio burocrático.

Belén siguió con su diatriba contra los trabajadores del Subte y su reclamo “tonto”, que no fue contra la empresa y perjudicó a los usuarios. Lescano se queja de la libertad sindical y de que “nacen sindicatos todos los días”.

Moyano, siguiendo el libreto K, se ha mostrado más “dialoguista”. Resultó que son íntimos con Yasky y tiró dardos por “derecha”. Identificó a los “desestabilizadores” en Carrió, la Sociedad Rural y el canal TN.

Pero la pelea va a seguir y muy dura.

Ellos no se bajan de sus privilegios ni los trabajadores van a pisotear su libertad de opinar, decidir y organizarse como quieran.

Apostar al desarrollo de las luchas y la organización independiente de los trabajadores es la mejor forma de combatirlos.