El próximo 14 de Diciembre está
convocada la Asamblea Universitaria, que tiene como
prioridad, designar al próximo rector de la Universidad de
Buenos Aires, con el fin de avanzar en la “normalización”
e “institucionalización” de la UBA. En sintonía con
los intentos de “normalización conservadora” impulsados
desde el gobierno nacional. Si bien estaba originalmente
planificada para marzo 2010, las camarillas reaccionarias y
ultra minoritarias que dirigen la UBA, echaron a rodar la
maniobra del adelantamiento con el objetivo de curarse en
salud, realizando la asamblea a fin de año, con los
estudiantes metidos en los finales o directamente de
vacaciones.
Gobiernan para las empresas y el gobierno, con la policía
El Chancho Hallú, actual rector
de la UBA y candidato a ser reelecto, llegó al cargo en
diciembre de 2006. Asumió luego de una importantísima
lucha por la democratización de la univerdad, con la venia
del gobierno de Néstor K, que le facilitó las
instalaciones del Congreso Nacional así como una importante
cantidad de efectivos policiales para reprimir a los
estudiantes que nos movilizamos para repudiar la elección.
Y ésta fue la tónica de todo el mandato Hallú. La
permanente instalación de vallas policiales en el
Rectorado, violando la autonomía universitaria, la
persecución a los estudiantes que fueron partes de las
luchas, como el caso de los compañeros procesados a
instancias del Rectorado por repudiar el cierre del CBC de
Merlo, el avance de las empresas sobre la Universidad, como
las prácticas pre profesionales, gratuitas y obligatorias
para poder recibirse, la aceptación de los fondos de la
minera contaminante La Alumbrera, y un largo etc. Se trata
de una gestión de, para y por los intereses del gobierno
nacional y las empresas privadas y contra los estudiantes y
docentes que defendemos la educación pública.
La lucha por la Democratización
El 2006 fue un año convulsionado
en la UBA. Por primera vez en mucho tiempo se puso al
desnudo todo lo antidemocrático y por lo tanto,
reaccionario, del régimen de co-gobierno universitario,
donde una minoría de 250 profesores tienen el 50% de la
representación, en detrimento de miles de docentes, y
cientos de miles de estudiantes, que son los que sostienen
el funcionamiento cotidiano de la Universidad. Todo el año
los estudiantes nos movilizamos contra la elección de
rector y logrando en varias oportunidades impedir su elección,
al punto que la desesperación del gobierno y las camarillas
mandaron a la patota del gremio no docente, APUBA, a apalear
a los estudiantes que estábamos tomando la Facultad de
Medicina. Haber instalado el tema de la democratización fue
sin duda la conquista más importante, sin embargo eso no
alcanzó para ganar.
Lo que faltó fue un programa
claro de democratización para ganar al conjunto del
movimiento estudiantil. Y esto fue así porque la FUBA del
PO, el PCR-CEPA y el MST se opuso virulentamente a que los
estudiantes votemos en asamblea cuál era el programa para
democratizar. Desde el ¡Ya Basta!, en el congreso de la
FUBA de ese año planteamos la necesidad perentoria de que
la Federación se pronunciara por mayoría estudiantil,
claustro único docente, disolución del claustro de
graduados, voz y voto para los no docentes y elección
directa. La dirección de la FUBA llegó al escándalo de
contra-mocionar que el congreso no tenía autoridad para
votar un programa propio, quitándole así al movimiento
estudiantil su principal atributo y firmándose un cheque en
blanco. Así, pudieron mantener a salvo el acuerdo de
aparato con el PCR-CEPA, que se sumaba a la presidencia de
la FUBA, y está en contra de la mayoría estudiantil. Esto
no hizo más que desgastar al movimiento, ya que por
responsabilidad de su dirección la lucha no tenia ningún
objetivo claro y concreto, no había una salida por la
positiva, se tratar de impedir la elección ad-eternum…
Impidamos la Asamblea Universitaria, relancemos la
lucha por la democratización
El adelantamiento de la Asamblea
Universitaria encuentra al movimiento estudiantil con los
ecos de aquella derrota a cuestas, y con sus filas bastantes
dispersas, por eso mismo es imperioso tener una política
audaz para dar la pelea contra las camarillas. Desde el ¡Ya
Basta!, opinamos que la FUBA y los centros de estudiantes
dirigidos por organizaciones que se dicen de izquierda e
independientes, no pueden dejar pasar más tiempo y tienen
que ponerse a la cabeza de organizar la resistencia del
movimiento estudiantil, los centros de estudiantes deben
convocar sin dilaciones a asambleas en todas las facultades
y discutir qué medidas de difusión y lucha se deben tomar.
Lo ocurrido en Filosofía y Letras
la semana pasada es un ejemplo. Frente a la elección de
Decano, desde el ¡Ya Basta! en El Bloque, propusimos tratar
de impedir la reelección de Trinchero, un ejemplar de
decano “progre” que no hizo más que autoajustar la
Facultad a la miseria presupuestaria. La Juntada, encabezada
por La Mella, que tiene los 4 consejeros del claustro
estudiantil, se posicionó en contra mostrando su actuar cómplice
con el decanato y resignando toda lucha contra las
camarillas, pero la asamblea votó impedir la sesión,
mandatando a los consejeros. El miércoles 4 en medio del
repudio estudiantil y de agresiones de funcionarios de la
Facultad, de manera inexplicable e inexplicada Trinchero se
proclamó reelecto, con la particularidad de que no participó
ningún representante del claustro estudiantil. Una vez más
se evidencia cómo los estudiantes, que somos los
principales defensores de la Universidad pública, no
tenemos arte ni parte en este régimen antidemocrático y
que por lo tanto tenemos que ponerlo de cabeza.
Creemos que en el tiempo que nos
queda debemos trabajar para volver a poner el debate de la
democratización en la palestra, convocando al conjunto del
movimiento estudiantil a discutir en plenarios y asambleas
el programa para barrer con las camarillas de la
Universidad, apuntar a impedir la próxima Asamblea
Universitaria en la perspectiva de relanzar con todo la
lucha por la verdadera democratización del régimen
universitario, para que seamos los estudiantes a la cabeza,
junto con los docentes y no docentes, los que decidamos los
destinos de la UBA, por una Universidad al servicio de las
necesidades de los trabajadores.