Socialismo o Barbarie, periódico Nº 164, 20/11/09
 

 

 

 

 

 

Intento de violación a una compañera de Sociales

¡Organicémonos para frenar la violencia hacia la mujer!

Por Marina de Consti

Hace algunas semanas se recibió un mail a la casilla de la Comisión por el Edificio de una compañera de Sociales, Laura (nombre que decidió utilizar para resguardar su identidad), denunciando que hace más de un año sufrió un intento de violación por parte de un hombre que actualmente se encuentra en la sede de Marcelo T, llamado Lucas.

Laura no cursa en esa sede, pero se encontraba ahí realizando un trámite cuando se encontró a Lucas, ajeno a nuestra Facultad, quien suele estar en el estacionamiento durante toda la jornada de cursada. A raíz de esta situación la compañera decidió poner en conocimiento lo que le había ocurrido con expectativas de que se hiciera algo al respecto.

¿Y qué se hizo?

Frente a la denuncia de Laura, se convocó a una sesión extraordinaria de la comisión directiva del Centro de Estudiantes, en la que participaron las distintas agrupaciones.

Desde Las Rojas se planteó la necesidad de llamar a asamblea para discutir y poder llevar adelante acciones concretas que salgan del conjunto del movimiento estudiantil, acciones dirigidas a la denuncia de esta situación y organización para dar respuesta a la misma, y que no sean medidas que se tomen por arriba sin discusión ni participación de las compañeras: que el movimiento estudiantil sea arte y parte de sus tareas.

Y sin embargo una vez más, la “coordinación” del centro decidió darnos la espalda, decidiendo qué es lo mejor para las y los estudiantes tomando un café en la oficina del decano. ¿Y de llamar a la asamblea…? Será que tendremos que esperar que alguna lluvia inunde la sede de Constitución... Al final parece que a El Tren no le interesa tanto que los y las estudiantes nos organicemos. Repasemos este último cuatrimestre: un golpe de estado en Honduras; masiva movilización de trabajadores de Terrabusi-Kraft despedidos; un monseñor católico apostólico romano volvió atacando nuevamente los derechos de las mujeres. Y si es por el centro, los y las estudiantes la miramos por TV.

Eso sí, no se limitó a hablar sólo con el decano, habló de conformar una comisión que discuta la situación de calle, habló de redactar una declaración y habló de armar talleres de contención, pero... sólo habló.

La comisión no se conformó, la declaración tardó semanas en salir (haciendo que nuestros compañeros y compañeras no se enteraran más que por rumores de pasillos) y ni hablar de los talleres de contención. Sólo se consiguió volver a convocar la Comisión de mujeres (que en realidad ya estaba en funcionamiento), pero que sin difusión, claro está, sólo podemos ir aquellas personas que estamos nucleadas en las organizaciones estudiantiles. Lo que parece tragicómico es que justamente estas políticas vienen de la mano de una conducción que se llena la boca hablando de la participación y horizontalidad?!?!?! El Tren no quiso ni convocar a discutir en una comisión.

Esto pasó, porque podía pasar…

Para que quede claro, somos conscientes que lo de Lucas no fue una situación aislada, se da en una sociedad que propicia las condiciones para que esto ocurra.

Esta es una situación más de las tantas a las que las mujeres estamos expuestas habitualmente; la violencia y opresión de un sistema patriarcal y capitalista se materializa en acciones concretas como éstas. La violencia que sufrimos las mujeres es un abanico de situaciones que involucra la violencia familiar, los femicidios, los abusos y las violaciones, la explotación sexual, las redes de trata para el “negocio” de la esclavitud sexual, las cientos de mujeres que mueren por la clandestinidad del aborto, todas ellas pobres y trabajadoras, muertas por abortos clandestinos mal realizados, la sexualidad enajenada, la heteronormatividad compulsiva, la misoginia del sistema legal, los salarios de miseria, la desocupación, la pobreza, y hasta los insultos que recibimos cotidianamente en la calle… y encima quieren que nos acostumbremos!!!!!!

Cuantas veces escuchamos: “ella seguro lo provocó”, “a las mujeres les gusta” o “tenía la pollerita demasiado corta”. Frases que buscan justificar el continuo sometimiento que nos quieren imponer, y silenciar a las que todavía no nos acostumbramos.

Y la responsabilidad sigue siendo “de las mujeres”: ¿sabías que los delitos sexuales son los únicos en los que se investiga a la víctima? O alguna vez escuchaste de alguien que fue a denunciar el robo de su billetera y lo revisara el cuerpo médico forense?!

Pero no sólo la culpabilización es un mecanismo de opresión; el silencio juega el mismo papel. Que una mujer no encuentre espacios para denunciar, para decir las violencias que sufre, tiene las mismas consecuencias nefastas que la responsabilización.

Por todo esto creemos que tenemos que hablar, que denunciar los abusos que vivimos en los distintos ámbitos como el trabajo, la facultad, la calle, la familia…

Y denunciar quiere decir enunciar, nombrar a quién es responsable, romper el silencio que envuelve todas las situaciones de abuso, hacerlo público. Pero también la denuncia tiene que ver con acciones concretas. No podemos permitir que se sigan exponiendo a las personas abusadas a transitar los mismos ámbitos que los abusadores. Mucho menos podemos permitir que ante una denuncia no se haga nada… como pasó con Laura.

Y para hacer, tenemos que entender quiénes son los responsables. Porque la opresión de la que hablamos no es una lucha de hombres contra mujeres. Es el Estado y el gobierno K en particular quien garantiza las condiciones necesarias para que las mujeres sean violentadas cotidianamente: existen condiciones materiales que permiten que esto suceda. No podemos seguir hablando de empoderamiento como si sólo se tratase de darle una palmadita en el hombro a la mujer que es golpeada por su pareja, a la mujer que no puede decidir sobre su maternidad, a la mujer víctima de las redes de explotación sexual.

Si una mujer no tiene una vivienda, si no tiene trabajo o lo tiene con un salario de miseria, entonces cuáles son las posibilidades para que esta mujer pueda salir del circuito de violencia y sometimiento.

Desde Las Rojas entendemos que es el Estado quien genera y garantiza las condiciones materiales para perpetuar las relaciones de opresión; pero también hay personas individuales que llevan adelante estas relaciones, y que son responsables de ello. Es en esta dirección que se tienen que dirigir todos nuestros esfuerzos.

Este 25 digamos: ¡Basta de violencia hacia las mujeres!

Es por todo esto que estamos organizándonos para el próximo 25 de noviembre, Día de Lucha Contra Toda Forma de Violencia hacia la Mujer. Y sin embargo nos resulta paradójico que muchas de las agrupaciones que participan de esta movida no quieran dar respuesta a la situación concreta planteada por Laura, algo que está delante de nuestras narices!!

En ese día de lucha es importante que para repudiar no sólo a los violadores, abusadores, golpeadores, sino también a un sistema opresor que genera las condiciones para que éstos actúen, confluyamos masivamente todos y todas para decir: ¡Basta de violencia hacia las mujeres!