La
marcha hacia el 25 de noviembre fue fruto del esfuerzo de
diferentes organizaciones de mujeres, sociales, políticas,
estudiantiles y de diferentes sectores que nos reunimos
previamente con la intención de convocar de forma unitaria
a una gran movilización. En estas reuniones, uno de los
debates centrales fue si era necesario denunciar al gobierno
de los K, sin poder llegar a acuerdos sobre este punto.
Desde Las Rojas
plantemos la necesidad de marcar la responsabilidad del
gobierno nacional porque el problema de la violencia hacia
las mujeres no tiene que ver sólo con una cuestión
cultural, que desde ya reconocemos que está profundamente
arraigada en la sociedad, sino también porque todos los
elementos que necesitan las mujeres para escapar a la
violencia, como el trabajo y la vivienda y con ello lograr
independencia, les son negados por este gobierno y no sólo
por “los Estados”.
Es
esta mujer presidenta que se pinta de progresista hablando
de derechos humanos, la que reprime a trabajadoras y
trabajadores como en Kraft, o les niega el derecho a la
libre organización para enfrentar a la burocracia como en
el Subte. Y esto es así, porque el gobierno se ha mostrado
enemigo de los sectores populares, no sólo amparando a las
patronales que despiden y precarizan y quieren hacer pagar
la crisis a las trabajadoras y trabajadores, sino también
porque no ha hecho nada por los derechos de las mujeres: ¿Dónde
está la legalización del aborto para que dejen de morir
mujeres? ¿Dónde está la educación sexual científica y
feminista para nuestras y nuestros jóvenes? ¿Y la libertad
para Romina Tejerina? ¿Y el desmantelamiento de las redes
de trata y prostitución? Todas estas, y muchas más, son
formas de violencia hacia las mujeres.
El día de la marcha
Si
bien el comienzo de la marcha resultó bastante accidentado,
porque tuvimos que abandonar la Plaza Congreso rápidamente,
no sólo por la lluvia sino por los enfrentamientos entre ex
combatientes de Malvinas que se dieron al mismo momento de
la convocatoria, asistieron una cantidad importante de compañeras
de organizaciones políticas y sociales, independientes, de
distintos sectores, como así también del movimiento
estudiantil, como la FUBA, el Centro de Estudiantes de la
Facultad de Ciencias Sociales, y la Comisión de Género de
Ingeniería. De esta forma se pudo marchar hasta Plaza de Mayo, y hacer un escrache en la Catedral para
denunciar a la Iglesia, institución oscurantista
eternamente cómplice del gobierno y el Estado.
Lamentablemente, algunos sectores del feminismo se negaron a
cerrar la actividad y confluir de forma conjunta en Plaza de
Mayo, llegando sólo hasta el escrache en la Catedral. Después
del esfuerzo de las reuniones preparatorias, de llegar a una
convocatoria común a pesar de las diferencias, nos parece
que parte de construir y aportar a un verdadero movimiento
de mujeres es poder respetar los acuerdos a los que llegamos
y lamentablemente varios de los grupos feministas decidieron
no cerrar la Marcha en Plaza de Mayo.
Desde
Las Rojas creemos que es necesario construir un movimiento
de mujeres independiente del gobierno, como única forma de
conquistar nuestras reivindicaciones más sentidas, como el
derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito; la
educación sexual científica, laica y feminista; la
libertad inmediata para Romina, el desmantelamiento de las
redes de trata y prostitución; el trabajo genuino para
todas las compañeras. En este sentido, el próximo 20 de
diciembre implica un desafío para unir a las
agrupaciones de mujeres a la pelea del conjunto de los explotados y oprimidos contra el gobierno y las patronales que hunden en la miseria
al pueblo trabajador, contra el golpe en Honduras y junto al
Subte, porque las trabajadoras y trabajadores se organicen
como quieran, para derrotar y terminar con la burocracia
sindical.