La
Comisión de Mujeres de Sociales, de la cual Las Rojas
formamos parte activa, realizó numerosas actividades
preparatorias para la movilización del 25 de Noviembre, Día
Internacional de la No Violencia Hacia las Mujeres. La
actividad central fue la charla debate del martes 24 de
noviembre en la sede de Marcelo T. de Alvear, de la cual
participaron más de 50 compañeras y compañeros. El
nutrido panel estuvo formando por compañeras de diferentes
organizaciones de mujeres como Las Rojas, La Casa del
Encuentro, la Línea Aborto–Más información, menos
riesgo, el Plenario de Trabajadoras y Pan y Rosas.
Esto
permitió que se genere un interesante debate y si bien se
discutió sobre diferentes formas de violencia hacia las
mujeres, como el problema de la trata con fines de explotación
sexual, la necesidad de conquistar nuestro derecho al aborto
libre, legal seguro y gratuito, la discusión principal giró
en torno al origen de la opresión de las mujeres y en este
sentido a qué lugar ocupa en las sociedades capitalistas la opresión de las
mujeres. Sobre esto, las posiciones fueron desde
considerarlo un problema estructural al capitalismo, a
entenderlo como un epifenómeno, o a vincularlo sólo al
patriarcado, dando cuenta de la importancia del debate en
torno a las relaciones entre género y clase.
Desde
Las Rojas, se explicó claramente sobre cómo el patriarcado
constituye todo un sistema que el capitalismo toma,
resignifica y hace parte estructural para garantizarse como
modo de relación social de producción, es decir que
capitalismo y patriarcado se combinan. De esta forma, y a
través de la institución de la familia, se ahorra el gasto
del trabajo doméstico, que obliga a la realización de
forma individual de tareas fundamentales que hacen a la
producción y reproducción social.
De
forma concreta, los datos estadísticos muestran la miseria
social que la crisis capitalista impone al conjunto de la
sociedad, pero en particular a las mujeres, con las millones
de despedidas en el mundo, con el tenebroso número de víctimas
de la clandestinidad del aborto, o de las desaparecidas por
las redes de trata y prostitución. Desde Las Rojas se
argumentó que esto es así para las mujeres no sólo como
simple extensión de la barbarie que impone el capitalismo,
sino porque éste necesita oprimir de forma particular a las
mujeres para mantenerlas atadas al trabajo doméstico, que
el capitalismo se ahorra. Este debate es fundamental, porque
deviene en qué tipo de movimiento de mujeres debemos construir y éste
tiene que ser uno en plena alianza con las trabajadoras y
trabajadores, para terminar con el capitalismo, única forma
de terminar con el patriarcado. Pero precisamente por ello,
es que la opresión de las mujeres tiene una especificidad
que obliga a no postergar las tareas del movimiento de
mujeres.
Desde
Las Rojas valoramos la experiencia que se está haciendo
desde la comisión, para fomentar este debate y
profundizarlo. Apuntamos a extender esta experiencia a otras
facultades y colegios para impulsar espacios de participación
real en el camino de fortalecer a un movimiento de mujeres
hermanado con las luchas obreras.