Socialismo o Barbarie, periódico Nº 166, 17/12/09
 

 

 

 

 

 

Papel Prensa

Un viejo monopolio, una nueva disputa

Por Ana Vázquez

Siguiendo la zaga de la discusión con la controvertida Ley de Medios, los K arremeten para darle el broche final a la sanción de la flamante ley, contra el monopolio del papel. Monopolio que está en manos de Papel Prensa, empresa donde tienen mayoría Clarín y La Nación y el Estado tiene una porción minoritaria de las acciones (27%).

Junto con esto, los K se aseguraron la presidencia de la Comisión bicameral que seguirá la Ley de Medios en el Congreso, ya que el poder de la autoridad de aplicación es fundamental para definir quién “corta el bacalao” en la adjudicación de los medios de comunicación masivos.

El tironeo sigue porque ninguno quiere soltar las riendas del negocio. Tampoco el gobierno quiere tomar medidas que dejen de lado a los capitales privados como sería una nacionalización en regla. Ni menos que menos tener en cuenta las necesidades, opiniones y las aspiraciones de los trabajadores que producen el papel y las noticias.

Una historia negra

La empresa Papel Prensa tal cual está conformada hoy, se inauguró el 27 de septiembre de 1978. Sus adquirentes hicieron un negocio redondo. La empresa estaba manejada por el grupo Graiver, que, según fuentes oficiosas, su titular era un financista ligado a los Montoneros, que muere en un misterioso accidente. Su familia se ve obligada a vender las acciones a un valor muy inferior. Además del precio, se le concedieron ventajas impositivas.

El acto de entrega se celebró en el despacho del Dr. Bartolomé Mitre en La Nación. Lo acompañaban Patricio Peralta Ramos de La Razón y Héctor Magneto de Clarín. También estaba presente como invitado Máximo Gainza Castro de La Prensa. ¡La flor y nata!

Al día siguiente, uno por uno de los miembros de la familia son detenidos por el general Camps, jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

Estos tres diarios pasaron a tener el monopolio del papel, al no tener que importarlo.

Posteriormente La Razón, el pariente pobre, se vio obligado a regalar sus acciones a Clarín, lo que provocó su quiebra y el despido masivo de trabajadores, que vivieron años de zozobra y permanentes ataques a su estabilidad laboral.

La otra parte de la historia es que los sucesivos gobiernos después de la dictadura militar no retiraron al Estado de ese negocio. Siempre mantuvieron a su “ojo” en el Directorio, aunque estuvieran en minoría. Desde Alfonsín en adelante (que ubicó en el Directorio al que después fue intendente por la Capital Federal, Julio César Saguier) todos pusieron a sus hombres de confianza. Si los K perdieron alguna gente de su confianza... es otro problema. Pero no por eso van a dejar a Papel Prensa fuera de su ingerencia.

Lo que cambió no es la magnitud del negocio ni el interés del Estado por controlar el funcionamiento de la empresa líder, frente a negociados propios y ajenos. Lo que cambió es la relación del gobierno con la patronal de los medios “sojeros”. Como le pasó a Chávez en Venezuela, los escuálidos argentinos le disputan el control de la información.

Como no les pueden romper los huesos como quisiera Moreno, los quieren cercar vía la intervención, la ofensiva política en las Cámaras, el control de caja para que no se lleven todos los pesos.

Declaraciones, amenazas, pedido de investigación al Congreso, denuncias a la Justicia son la forma pública que adquiere esa pelea. Pelea que le provoca no pocos dolores de cabeza a los K y cimbronazos en su Secretaría de Medios, como la reciente renuncia de Albistur.

Entre dos fuegos

Los protagonistas ausentes de la película son, por supuesto, como en la discusión sobre la Ley de Medios, los trabajadores de la planta de papel ubicada en San Pedro.

Planta que emplea a 450 operarios entre efectivos y contratados y que es una fuente de trabajo fundamental y “sobrevaluada” en la localidad. Ya que ser trabajador recolector de fruta o peón de una plantación es tener un salario menor y peores condiciones de trabajo en manos de los patriotas sojeros.

Pero aún así sus aliados en los medios de comunicación no son mucho menos chupasangres. En mayo de 2009 los trabajadores de Papel Prensa se vieron obligados a salir a reclamar porque les aplicaron una rebaja en sus salarios del 15%. Pidieron además por mejoras en el cumplimiento de los feriados y contra la discriminación gremial.

Además de las denuncias de contaminación del río Baradero, donde van sus afluentes, (renuncia de la secretaria de Medio Ambiente Picolotti mediante) que afecta a trabajadores y pobladores. Pero el frasquito con las muestras del agua nunca llega a destino.

Pero ahora la dulce patronal gorila se acordó de sus trabajadores. En su disputa con los K se acordó de ellos para, vía el temor al posible futuro desempleo ante la embestida del gobierno, cobijarlos bajo su ala protectora.

Tal es así que se publicó una solicitada firmada por la mayoría del personal “en forma voluntaria”, defendida por los alcahuetes del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Papel, por boca de su secretario general, Gerardo Gelabert.

Con la firma de Personal de Papel Prensa S.A., dice en uno de sus párrafos: Los trabajadores, más allá de las diferencias que hemos tenido, nos sentimos contenidos y escuchados con esta administración y juntos tratamos de resolver los problemas día a día en el ámbito del diálogo permanente y tratando de encontrar las soluciones en el consenso mutuo.”

Un verdadero edén. Como sintetiza la folletería de propaganda de la empresa: “Más que una planta, un jardín industrial”. Casi tan atractiva... como la campiña de Mónica y César, que es parte de las visitas turísticas de la zona.

Por una salida independiente de los gorilas y los K

Tanto los trabajadores de la papelera de San Pedro como los de los medios de comunicación están sufriendo los embates de sus patronales y del gobierno mientras ellos discuten sus negocios y embolsan fabulosas ganancias. “Socorridos” por los dirigentes sindicales que acuden en su ayuda más que rápido o ausentes in eternum.

Para asegurar la defensa de la fuente de trabajo, investigar los negociados, preservar el medio ambiente y luchar por el salario, se impone enfrentar a los bandos patronales en pugna con una salida independiente.

• Defensa de la fuente de trabajo

• Por la nacionalización con control obrero de la planta de Papel Prensa

• Por la nacionalización de los medios de comunicación con control de sus trabajadores

• Por una investigación de los negociados patronales-gobierno para que la información esté al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo