Siguiendo la zaga de la discusión con la
controvertida Ley de Medios, los K arremeten para darle el
broche final a la sanción de la flamante ley, contra el
monopolio del papel. Monopolio que está en manos de Papel
Prensa, empresa donde tienen mayoría Clarín y La Nación y
el Estado tiene una porción minoritaria de las acciones
(27%).
Junto con esto, los K se aseguraron la presidencia de
la Comisión bicameral que seguirá la Ley de Medios en el
Congreso, ya que el poder de la autoridad de aplicación es
fundamental para definir quién “corta el bacalao” en la
adjudicación de los medios de comunicación masivos.
El tironeo sigue porque ninguno quiere soltar las
riendas del negocio. Tampoco el gobierno quiere tomar
medidas que dejen de lado a los capitales privados como sería
una nacionalización en regla. Ni menos que menos tener en
cuenta las necesidades, opiniones y las aspiraciones de los
trabajadores que producen el papel y las noticias.
Una historia negra
La empresa Papel Prensa tal cual está conformada
hoy, se inauguró el 27 de septiembre de 1978. Sus
adquirentes hicieron un negocio redondo. La empresa estaba
manejada por el grupo Graiver, que, según fuentes
oficiosas, su titular era un financista ligado a los
Montoneros, que muere en un misterioso accidente. Su familia
se ve obligada a vender las acciones a un valor muy
inferior. Además del precio, se le concedieron ventajas
impositivas.
El acto de entrega se celebró en el despacho del Dr.
Bartolomé Mitre en La Nación. Lo acompañaban Patricio
Peralta Ramos de La Razón y Héctor Magneto de Clarín.
También estaba presente como invitado Máximo Gainza Castro
de La Prensa. ¡La flor y nata!
Al día siguiente, uno por uno de los miembros de la
familia son detenidos por el general Camps, jefe de la Policía
de la Provincia de Buenos Aires.
Estos tres diarios pasaron a tener el monopolio del
papel, al no tener que importarlo.
Posteriormente La Razón, el pariente pobre, se vio
obligado a regalar sus acciones a Clarín, lo que provocó
su quiebra y el despido masivo de trabajadores, que vivieron
años de zozobra y permanentes ataques a su estabilidad
laboral.
La otra parte de la historia es que los sucesivos
gobiernos después de la dictadura militar no retiraron al
Estado de ese negocio. Siempre mantuvieron a su “ojo” en
el Directorio, aunque estuvieran en minoría. Desde Alfonsín
en adelante (que ubicó en el Directorio al que después fue
intendente por la Capital Federal, Julio César Saguier)
todos pusieron a sus hombres de confianza. Si los K
perdieron alguna gente de su confianza... es otro problema.
Pero no por eso van a dejar a Papel Prensa fuera de su
ingerencia.
Lo que cambió no es la magnitud del negocio ni el
interés del Estado por controlar el funcionamiento de la
empresa líder, frente a negociados propios y ajenos. Lo que
cambió es la relación del gobierno con la patronal de los
medios “sojeros”. Como le pasó a Chávez en Venezuela,
los escuálidos argentinos le disputan el control de la
información.
Como no les pueden romper los huesos como quisiera
Moreno, los quieren cercar vía la intervención, la
ofensiva política en las Cámaras, el control de caja para
que no se lleven todos los pesos.
Declaraciones, amenazas, pedido de investigación al
Congreso, denuncias a la Justicia son la forma pública que
adquiere esa pelea. Pelea que le provoca no pocos dolores de
cabeza a los K y cimbronazos en su Secretaría de Medios,
como la reciente renuncia de Albistur.
Entre dos fuegos
Los protagonistas ausentes de la película son, por
supuesto, como en la discusión sobre la Ley de Medios, los
trabajadores de la planta de papel ubicada en San Pedro.
Planta que emplea a 450 operarios entre efectivos y
contratados y que es una fuente de trabajo fundamental y
“sobrevaluada” en la localidad. Ya que ser trabajador
recolector de fruta o peón de una plantación es tener un
salario menor y peores condiciones de trabajo en manos de
los patriotas sojeros.
Pero aún así sus aliados en los medios de
comunicación no son mucho menos chupasangres. En mayo de
2009 los trabajadores de Papel Prensa se vieron obligados a
salir a reclamar porque les aplicaron una rebaja en sus
salarios del 15%. Pidieron además por mejoras en el
cumplimiento de los feriados y contra la discriminación
gremial.
Además de las denuncias de contaminación del río
Baradero, donde van sus afluentes, (renuncia de la
secretaria de Medio Ambiente Picolotti mediante) que afecta
a trabajadores y pobladores. Pero el frasquito con las
muestras del agua nunca llega a destino.
Pero ahora la dulce patronal gorila se acordó de sus
trabajadores. En su disputa con los K se acordó de ellos
para, vía el temor al posible futuro desempleo ante la
embestida del gobierno, cobijarlos bajo su ala protectora.
Tal es así que se publicó una solicitada firmada
por la mayoría del personal “en forma voluntaria”,
defendida por los alcahuetes del Sindicato de Trabajadores
de la Industria del Papel, por boca de su secretario
general, Gerardo Gelabert.
Con la firma de Personal de Papel Prensa S.A., dice
en uno de sus párrafos: “Los
trabajadores, más allá de las diferencias que hemos
tenido, nos sentimos contenidos y escuchados con esta
administración y juntos tratamos de resolver los problemas
día a día en el ámbito del diálogo permanente y tratando
de encontrar las soluciones en el consenso mutuo.”
Un verdadero edén. Como sintetiza la folletería de
propaganda de la empresa: “Más que una planta, un jardín
industrial”. Casi tan atractiva... como la campiña de Mónica
y César, que es parte de las visitas turísticas de la
zona.
Por una salida independiente de los gorilas y los K
Tanto los trabajadores de la papelera de San Pedro
como los de los medios de comunicación están sufriendo los
embates de sus patronales y del gobierno mientras ellos
discuten sus negocios y embolsan fabulosas ganancias.
“Socorridos” por los dirigentes sindicales que acuden en
su ayuda más que rápido o ausentes
in
eternum.
Para asegurar la defensa de la fuente de trabajo,
investigar los negociados, preservar el medio ambiente y
luchar por el salario, se impone enfrentar a los bandos
patronales en pugna con una salida independiente.
• Defensa de la fuente
de trabajo
• Por la nacionalización
con control obrero de la planta de Papel Prensa
• Por la nacionalización
de los medios de comunicación con control de sus
trabajadores
• Por una investigación
de los negociados patronales-gobierno para que la información
esté al servicio de las necesidades de los trabajadores y
el pueblo