Honduras
¡Fortalecer la
Resistencia luchando
contra las medidas del régimen
golpista
presidido por Pepe Lobo!
A fines de junio del año pasado, el
golpe de Estado en Honduras
se convirtió en el centro hacia donde convergieron
las miradas de Latinoamérica y parte de Europa. El repudio
general del movimiento de masas latinoamericanas motivó y
puso sobre el tapete acciones de solidaridad con los
trabajadores y los sectores populares del país
centroamericano. El régimen golpista y reaccionario de
Micheletti tuvo una rápida respuesta en las calles por
parte de los trabajadores, estudiantes y sectores pobres.
Esta movilización fue dando cuerpo a un Frente Nacional de
Resistencia que puso en jaque a Micheletti. La complicidad
del imperialismo, el reformismo y el temor a una
radicalización mayor de la población por parte del
depuesto presidente Manuel Zelaya permitieron sostenerse en
el poder a los golpistas. Durante meses la Resistencia
Popular luchó y se manifestó heroicamente pese a los
toques de queda y la represión de la dictadura. Las
elecciones nacionales convocadas por los golpistas fueron
una farsa. La abstención electoral por el repudio al régimen
fue altísima y la dictadura debió dibujar números para
“legitimar” los comicios y al “electo” presidente
Porfirio Lobo. Por eso, en Honduras se ha abierto una nueva
fase en la lucha contra el régimen golpista que se escuda
en una vergonzante “institucionalidad” burguesa.
Presentamos aquí un artículo de los compañeros del
Partido Socialista de los Trabajadores de Honduras,
integrantes de la Corriente Internacional Socialismo o
Barbarie, publicado
en su periódico El Trabajador Nº 74/enero 2010, sobre la
situación actual.
Apelando al fraude
electoral y la represión, el frente de los golpistas
—integrado por los partidos que participaron en las
elecciones, el Tribunal Nacional Electoral, la Corte Suprema
de Justicia, el Ministerio Público, el Congreso Nacional,
las Fuerzas Armadas, las cúpulas de las iglesias católica
y evangélica y el conjunto de la burguesía hondureña—,
da inicio a la segunda parte del golpe de Estado perpetrado
el 28 de junio.
Bajo la conducción del imperialismo norteamericano
presidido por Barack Obama, el régimen golpista se despoja
del rostro gorila (Micheletti) para reemplazarlo por el
rostro del Lobo disfrazado de abuelita (como en el cuento
para niños de Charles Perrault), manteniendo todas las
instituciones que dieron el golpe de Estado en el poder.
Con un discurso de reconciliación, llamando
“Presidente” a Manuel Zelaya Rosales, nombrando
vicepresidente del Congreso Nacional al garroteado y
descarado Marvin Ponce de UD, enamorando a los dirigentes
del Frente Nacional de Resistencia, Porfirio Lobo (alias
Pepe), pretende engañar al pueblo y sus dirigentes para
avanzar con los objetivos golpistas: tratar de recuperar las
ganancias capitalistas –en medio de la caída de las
inversiones y ganancias –producto de la crisis económica
internacional, del Golpe de Estado y de la Resistencia
popular– golpeando
al pueblo, en particular a los trabajadores, para quitar
conquistas mediante el desempleo y la rebaja salarial, la
contrarreforma agraria, la privatización de la salud, la
educación y los servicios públicos, la “piñata” de
los recursos naturales y el saqueo directo y descarado de
las arcas públicas.
Para imponer dichos objetivos de superexplotación
necesita desmovilizar la Resistencia cediendo cuotas o
privilegios dentro del mismo régimen golpista como si en
Honduras no hubiera pasado nada.
Aunque cante como
sirena sigue siendo Lobo
Luego de los primeros intentos fallidos de incorporar al
Diálogo Nacional a los dirigentes populares, Pepe tomó al
toro por los cuernos, y se comprometió “tan
pronto asuma las funciones de Presidente Constitucional de
la República [...] a dictar un auto de salvo conducto en
favor del Presidente José Manuel Zelaya y de sus
familiares, a los fines de que puedan ejercer a plenitud el
derecho ciudadano que les corresponde al disfrute de la
libertad de tránsito, tal como se encuentra consagrado en
la Constitución de la República.”
En respuesta Zelaya señaló que ve como
“un
buen gesto de Lobo esta iniciativa, que está lógicamente
como presidente electo desmarcándose de la dictadura”.
Sin embargo, Pepe aclaró que su pretensión es que
“Honduras
normalice su relación con el mundo” y para que no
quedaran dudas sobre quién manda explicó: “Quiero que
sepan que todo lo que se ha estado haciendo ha sido
consultado con Estados Unidos”.
Por tanto, a no confundirse, Lobo no se está
“desmarcando de la dictadura”, “simplemente
busca el reconocimiento internacional”, como aclaró
el abogado de la Resistencia y de la Candidatura
Independiente Popular,
Fredin Funes. En otras palabras, su objetivo es el mismo que
desde el golpe de Estado han tenido los golpistas: impunidad
frente a sus crímenes contra el pueblo, reconocimiento y
ayuda económica internacional y las bendiciones de Tío
Sam.
El objetivo de la “sucesión constitucional” fue
realizar las elecciones generales para evitar la posibilidad
de una Asamblea Constituyente —por donde pudiera
expresarse el pueblo trabajador—y ahora pretende cambiar
el carácter de la Resistencia que actualmente es un poder
popular para convertirla en un inofensivo partido electoral,
fácilmente controlado por la burguesía como ocurre con
Unificación Democrática. De esta manera pretenden lograr
un grado de “normalidad”, “reconciliando el fascismo
con la resistencia” —como predica César Ham de
Unificación Democrática a cambio de un cargo en la
directiva del Congreso Nacional—, que les permita llegar
al próximo proceso electoral recuperando la legitimidad y
gobernabilidad burguesa, cuestionados por el pueblo en las
calles.
No perder el rumbo
La Resistencia y en particular el Frente Nacional, bajo
ningún punto de vista pueden reconocer el gobierno de Pepe Lobo asentado en el régimen de terror de los golpistas.
Tampoco puede caer en la ilusión de prepararse para las
elecciones del 2014 permitiendo que la burguesía golpista
avance en sus objetivos políticos, económicos y sociales.
Desde el primer día de gobierno de Pepe, hay que retomar
la lucha de manera democrática, organizada y disciplinada.
Es necesario definir un programa de lucha que de respuesta a
los crímenes cometidos por el régimen golpista. No sólo
se trata de denunciar las violaciones a los derechos
humanos, sino de parar
los asesinatos, encarcelamientos y violaciones de todo tipo
que continúan pese a los cantos de sirena de Pepe Lobo.
El movimiento campesino, los trabajadores de la educación,
la juventud estudiosa, los obreros de la maquila, la población
pobre, están siendo atacados cotidianamente por la burguesía,
sus instituciones y la represión, en sus intereses
cotidianos. El Frente Nacional debe movilizarse en defensa
del pueblo que es la base fundamental de la Resistencia.
Parar los crímenes, los despidos, los desalojos, las
alzas de precios, la entrega de los recursos naturales, el
saqueo generalizado, deben ser los objetivos inmediatos de
la Resistencia junto con la lucha por la Asamblea Nacional
Constituyente libre, democrática y soberana para la
Refundación de Honduras.
¿Prepararnos para
las elecciones en el 2014 o para la huelga general para
derrotar el régimen golpista?
Derrotar a la burguesía golpista y su política, pasa
entonces por derrotar al gobierno de unidad golpista de Pepe
Lobo. Sin la derrota de dicho gobierno es imposible lograr
el objetivo de refundar el país sobre otras bases, y las
elecciones del 2014 nos encontrarán
más débiles y a los golpistas más fuertes para
lograr sus objetivos.
La movilización y lucha permanente debe ser la consigna
del día de la Resistencia. A las acciones y actividades
cotidianas del Frente expresadas en diversas formas de lucha
es necesario agregar la preparación seria y responsable de
la huelga general. No hay otra forma de derrotar a los
golpistas, como ha quedado demostrado en siete meses de
resistencia.
Se trata de articular y complementar dichas acciones,
dando los primeros pasos que preparen la Huelga General. Los
Paros Cívicos, en particular el del 17 de abril del 2008,
ya son parte del método de lucha del pueblo hondureño y
deben ser retomados en el camino de la huelga general.
La Resistencia no
podrá graduarse si no pasa esta asignatura pendiente.
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