¡Solidaridad obrera y popular
con Haití!
Tras la tragedia del terremoto
del 12 de enero, la ya crítica situación de los
trabajadores y el pueblo de Haití ha empeorado en términos
gigantescos.
Esta heroica y aguerrida
población protagonizó durante siglos revoluciones y
revueltas contra sus distintos opresores.
Con el triunfo de la primera
revolución negra contra el dominio francés en sus manos,
abrieron el camino a las luchas de la independencia. Pero
semejante experiencia revolucionaria también alertó a sus
verdugos, que castigan hasta el día de hoy tamaño
atrevimiento.
Los yanquis y los sucesivos
gobiernos nacionales, algunos más títeres que otros, pero
todos feroces contra los trabajadores y el pueblo pobre,
como la siniestra dictadura de los Duvalier, siguieron cobrándose
venganza.
No se quedaron atrás los
gobiernos latinoamericanos que desde el 2004, colaboran en
la ocupación del país de la mano del amo imperialista.
Disfrazados con la piel de cordero de la Misión de las
Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, son los
que continúan la ocupación, cometiendo toda serie de
atropellos y degradando las ya deplorables condiciones de
vida de este sufrido pueblo.
Y hoy, luego de esta catástrofe
“natural”, que sólo naturaliza los padecimientos para
los que viven en casuchas y no para los habitantes de los
barrios ricos, Haití es víctima de una redoblada invasión
yanqui.
Invasión que, con el pretexto
de la ayuda humanitaria, está produciendo más estragos que
alguna solución.
A la búsqueda de víveres en
los edificios de los supermercados derruidos por parte de
los damnificados, respondieron con la represión. Días
posteriores al sismo, lanzaron alimentos desde helicópteros,
provocando la desesperación y la pelea por el mismo entre
la población hambrienta.
Ante el colapso total de los más
que precarios hospitales y lugares de atención sanitaria,
organizaron vuelos para trasladar a los heridos más graves
y que necesitan un largo tratamiento, a consejo de los médicos.
Pero desde el miércoles pasado hasta hoy (que reanudaron
algunos vuelos) se negaron a llevarlos porque no se sabe
“quién va a pagar los tratamientos médicos”. ¡El
gobierno yanqui seguro que no! ¡Si Obama pide más
presupuesto para la guerra contra el terrorismo! ¡Si deja
morir en la calle a cualquier trabajador yanqui que no tenga
cobertura médica, cómo va a salvar la vida de un haitiano
negro!
Como en toda tragedia provocada
por el capitalismo lo primero son los negocios. Días después
del terremoto circularon noticias de adopciones, de
movimiento de niños a Europa. El sábado 30 de enero
publicaron los diarios la noticia de que fueron detenidos en
la frontera 10 estadounidenses pertenecientes a la Iglesia
Bautista de Central Valley, que trasladaban 33 niños sin
papeles a República Dominicana. El argumento era que los
llevaban a un orfanato, perteneciente a la institución
Refugio de Niños La Nueva Vida. La justicia haitiana los
acusa de tráfico de niños, incluso algunos de los menores
y sus familias han declarado que no son huérfanos. La
justicia yanqui salió en auxilio de los captores y es
posible que se los juzgue en el mismo EEUU. ¡Posibilidad
que contempla la ley de Haití!
Con tanta “ayuda
humanitaria” desplegada, no quedan dudas del verdadero
propósito de las fuerzas armadas yanquis y su comparsa
latinoamericana encabezada por el presidente Lula.
Rechacemos la ocupación yanqui y de la MINUSTAH
Con esta ocupación, quieren
impedir cualquier posible levantamiento del pueblo haitiano,
que varias veces los ha puesto en jaque. Quieren evitar que
la situación estalle por el justo odio y desesperación de
la población indefensa y asolada.
Por su parte, el Presidente del
país no ha dicho ni hecho nada, más que justificar su
silencio declarando “que el dolor es mudo”. Es como si
estuviera en París o en Londres de vacaciones. Es un
gobierno y un estado inexistentes, que deja hacer a las
tropas de ocupación.
Frente a esta dramática
situación, la vanguardia obrera y juvenil, los luchadores
populares y los partidos de izquierda, debemos repudiar este
ataque del imperialismo.
Al mismo tiempo, debemos
organizar la efectiva ayuda humanitaria a Haití, para que
la solidaridad obrera y popular llegue y no quede entrampada
en las redes imperialistas.
A este objetivo el nuevo MAS
compromete su esfuerzo y te invita a sumarte con armas y
bagajes.
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