Socialismo o Barbarie, periódico Nº 170, 18/02/10
 

 

 

 

 

 

Docentes - La burocracia se prepara para acordar con el gobierno

Organicemos desde abajo el No inicio de clases
para conseguir un básico de $2.000

Lista Gris Carlos Fuentealba

A pocos días del inicio del ciclo lectivo, mientras el gobierno y la oposición patronal discuten cómo pagar la deuda externa argentina (si con los fondos del BCRA o con un ajuste brutal), los trabajadores en general y los docentes en particular, hemos sido testigos en los últimos meses de una escalada inflacionaria que afecta profundamente nuestro ya magro poder adquisitivo. La inflación real esta pulverizando nuestro salario. La suba de los precios en los productos de primera necesidad desde noviembre hasta hoy fue casi lo mismo que todo el año pasado.  Ejemplos de esto son los aumentos en las verduras, lácteos, y otros artículos de la canasta alimentaria; y la carne se ha transformado en un bien de lujo para los trabajadores –sólo en los 2 últimos meses se estima que el aumento llega a un 40%–.

Como viene sucediendo en los años anteriores y como variable de ajuste, el gobierno nacional busca imponer un acuerdo –techo– salarial para todo el año, que no supere los índices de la inflación. Si a esta situación de congelamiento y caída del salario real en el último año y los primeros meses de éste, le sumamos las pésimas condiciones laborales en las cuales se encuentra la docencia por el bajo presupuesto destinado a Educación y las consecuencias que trae aparejada la reforma de la nueva escuela secundaria, el cuadro que se presenta en la educación para el 2010 es insoportable.

Stella Maldonado –secretaria general de CTERA– fue la primera en sentarse a negociar las paritarias con el gobierno. Su pedido sólo comprende un aumento a $1.900 del salario inicial, dejando abierta la puerta para que la negociación se haga sobre sumas fijas en negro y no al básico –un aumento que no vaya al básico y en blanco no repercute ni en las categorías ni en la antigüedad–. Y además, como dicha negociación no es vinculante, para las provincias se transforma rápidamente en papel mojado. No es casualidad que los gremios a nivel provincial ya estén negociando por fuera de la paritaria nacional.

Mientras tanto, el homónimo de Maldonado en la provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel (secretario general del SUTEBA) y demás dirigentes del frente gremial, se apuran a negociar la paritaria provincial, dejando claro que no tienen el menor interés en avanzar en una lucha de conjunto de los trabajadores docentes del país. El ejemplo del año pasado es una muestra de lo antedicho: mientras la paritaria nacional cerraba en un 15%, Baradel y compañía firmaban un acuerdo salarial que no superaba el 9%, dejando en evidencia su política funcional al gobierno. Pero ante el avance de la inflación que devoró rápidamente ese 9% de aumento y mucho más, los docentes dieron una respuesta con paros masivos hacia fines del año pasado. Nuevamente la burocracia Celeste se encargó de llevar todo a una vía muerta, y el gobierno castigó con los descuentos por los días de paro, en los meses de diciembre del año pasado y enero de este año. Como lo vienen demostrando todos los años –y éste no será la excepción– Maldonado, Baradel y compañía no tienen la menor intención de discutir y organizar a la docencia para luchar por su salario y demás reivindicaciones. Es por eso que nunca llaman a asambleas en las escuelas y distritos, buscando mantener a raya a la base docente y defender abiertamente la política salarial y presupuestaria del gobierno.

Como viene siendo en los últimos años, la burocracia de la Celeste está esperando la oportunidad para llegar a un acuerdo y no generarle demasiados problemas al gobierno, eso sí, sin discutirlo con la base docente.

La crítica a la burocracia Celeste no nos exime de señalar los elementos de discusión al interior de la oposición. En la reunión convocada por la directiva de SUTEBA Escobar el martes 9, a la cual asistieron las seccionales de Marcos Paz, Bahía Blanca, Quilmes y Berazategui, la mayoría de los sectores de la oposición siguen manteniendo la política iniciada con la conformación de la lista Lila, liderada por la Azul y Blanca (PCR). La lista Azul y Blanca fue parte de la conducción de la Celeste en la provincia de Buenos Aires por muchos años, avalando la política de aceptar el techo salarial mediante el mecanismo burocrático de los plenarios de secretarios generales y las encuestas truchas. Su ruptura con la burocracia Celeste no se debió a diferencias en la política gremial-educativa, sino a qué bando patronal apoyaron en el conflicto campo-gobierno. Mientras Baradel y compañía se fueron con los Kirchner, ellos se fueron con la Sociedad Rural.

Lamentablemente, en los últimos tiempos, fuerzas que fueron parte de la experiencia de los SUTEBAs combativos, como Alternativa Docente (MST) y Convergencia de Izquierda, vienen yendo a la rastra de la política de la Azul y Blanca, apoyando a las patronales agrarias.

Estas fuerzas, más los sectores que componen el “encuentro colectivo” (actual conducción de Bahía) y la Fragua (FPDS) se limitan en el gremio sólo a exigirle a la burocracia Celeste. En una política que se parece más a una “oposición a Su Majestad”, que una verdadera política independiente antiburocrática (una muestra de ello es que no hayan dicho, ni hecho nada con respecto al fraude de la burocracia Celeste en La Plata y que fue avalado por el gobierno). Su negativa a organizar plenarios de delegados provinciales, al no ofrecer ninguna herramienta político-gremial a la docencia para organizar la lucha, ata de pies y manos al activismo y la base docente no sólo para enfrentar la política de entrega de la burocracia, sino también la preparación del escenario para un eventual desborde a la misma por parte del conjunto de la docencia.

No debemos depositar ninguna confianza en los Baradel, Maldonado, etc., que están esperando la primera oportunidad para entregar nuestro salario y demás reivindicaciones a cambio de migajas.

Es perentorio entonces que las fuerzas de oposición a la burocracia Celeste no sólo exijamos el llamado a asambleas por escuelas y distritos para discutir un plan de lucha. Hay que avanzar en organizar de hecho a la base docente en asambleas por escuela, imponiéndole a la burocracia además las asambleas distritales de afiliados y no afiliados. Todo esto desde la perspectiva del llamado a plenarios de delegados opositores, que agrupe  al activismo y la base docente, recuperando la rica experiencia de los SUTEBAs combativos, que supieron imponerle desde las seccionales paros a la burocracia Celeste que  trascendieron y fueron tomados por los docentes de toda la Provincia.

- Por un plan de lucha para lograr un salario igual a la canasta familiar por cargo. $2000 de básico ya!

- Devolución inmediata de los descuentos de los días de paro

- No a la nueva escuela secundaria

- Asambleas por escuela y asambleas distritales de afiliados y no afiliados

- Organicemos un plenario provincial de delegados combativos