Apenas comenzadas las clases, las autoridades de la Ley de
Educación Superior de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
se apurarán en refrendar su poder al servicio de los
capitalistas. Para el 17 de abril está prevista la asamblea
universitaria para elegir rector y, previamente, las
elecciones de decanos en las 17 facultades.
Entre los radicales, los kirchneristas, los “progres”
e incluso la derecha más rancia de Medicina está acordado
que el actual secretario general Fernando Tauber se
convierta en el nuevo rector.
Nada nuevo bajo el sol: una figurita conocida para
profundizar la política de ajuste presupuestario, de
festival de posgrados pagos, de convenios con empresas, de
implantación de tecnicaturas que degradan las carreras de
grado, ingresos restrictivos….
Para aplicar la nefasta LES está el antidemocrático régimen
universitario en el que una minoría integrada por los
titulares de cátedra y adjuntos tiene mayoría en los órganos
de gobierno para aplicar su política mientras los
estudiantes, la inmensa mayoría de los docentes y los no
docentes quedamos relegados.
Pese al escándalo antidemocrático del mecanismo para
elegir decanos y rector, la conducción de la FULP no dice
una palabra acerca de luchar por democratización. Tanto el
Frente Popular Darío Santillán, que encabeza el frente de
conducción, como Insurrectos que lo secunda, no tienen
programa alguno para denunciar la asamblea universitaria
como tal ni mucho menos al régimen. En una concentración
frente al rectorado realizada el viernes 12 pasado, se
limitaron a poner como condición para participar en la
asamblea algunos puntos gremiales. Más concretamente, la
apertura del comedor en el turno noche y que la FULP tenga
poder de decisión sobre qué estudiantes ingresarán en el
albergue que se va a abrir en Berisso. Por el FPDS, el
presidente de la FULP, Lisandro Lerttora, lo deja claro en
el diario local Diagonales. “No exigimos que abran el
comedor para los 4 mil chicos de una, pero aunque sea, que
demuestren un avance; que se comprometan a ampliar la cocina
en seis meses, por dar un ejemplo”. Y agrega: “si hay
una propuesta seria con respecto a las dos reivindicaciones,
no tenemos la menos intención de interrumpir”.
Un poco de historia
Hace tres años se dio la lucha por democratización en la
UNLP, en el marco del proceso abierto en la Universidad con
la toma del Comahue contra la CONEAU y también la que se
dio allí por democratización; la de la UBA y los
encuentros nacionales contra la LES. Sin embargo, de movida
tanto la CEPA con el FPDS, desde la FULP, tuvieron como política…
permitir que se vote a los decanos y al propio rector a
cambio de un pliego de reivindicaciones mínimas. Por poner
un ejemplo, en Humanidades para la CEPA la lucha por
democratización triunfó porque “¡se consiguió un
bicicletero!”
Acorde a su política de conciliar se negaron a tomar la
propuesta del ¡Ya Basta! de nuclear al activismo de toda la
Universidad para definir en común la política ante las
elecciones de decanos. Así libró a su suerte a cada
facultad, con la que en sólo cuatro se enfrentó la elección:
en Arquitectura, Periodismo, Medicina e Ingeniería. Pese a
la política conciliadora de las conducciones, sectores
estudiantiles salieron a la lucha: en Medicina, hubo una
verdadera rebelión contra la derecha de Hoja de Roble, en
muchas facultades la lucha trascendió al activismo. Esa
presión creciente desde abajo más la negativa del
rectorado a darle alguna concesión a la FULP, empujó a ésta
a trabar la elección de rector. Así fue que las
autoridades se fueron a elegir a 25 de Mayo, en medio del
campo, rodeados por la Infantería. Un pico muy importante
de la lucha fue cuando los activistas hacían piquetes
frente a los autos y combis de las autoridades para impedir
que salieran a votar a 25 de Mayo.
Mientras por un lado se denunciaba a Aspiazu como rector
trucho al igual que a los otros cuatro decanos; cuando las
autoridades estaban totalmente desacreditadas ante el
movimiento estudiantil y la sociedad en general por elegirse
rodeados de policía, la FULP se sentó en las comisiones de
reforma del estatuto…. del rector y los decanos truchos a
los que desconocíamos.
Así fue que en un año, las autoridades lograron
relegitimarse de la mano de la conducción del movimiento
estudiantil (ahora ya sin la CEPA pero con la política de
la CEPA) en una nueva asamblea universitaria tomada como
ejemplo de “diálogo”. Más allá de algunas reformas
cosméticas, la camarilla de titulares y adjuntos conservó
su mayoría y a los estudiantes nos sacaron el poder de veto
al eliminar el “quórum perfecto”, que nos permitía
frenar las sesiones al no sentar a los representantes
estudiantiles, mecanismo legal para trabar las elecciones
mientras se organizaba la lucha.
Con el nuevo estatuto, se profundizó la restricción al
ingreso a Derecho; metieron patotas en los comedores para
restringir el derecho a la protesta de los estudiantes
contra el aumento del menú, pusieron cámaras de seguridad;
metieron a dar cátedra a la guardia edilicia a la policía
de la provincia de Buenos Aires….
Al calor de esa política conciliadora de las direcciones
estudiantiles, en tres de las cuatro facultades que hubo
lucha hoy dirigen quienes apoyan a las gestiones: en
Arquitectura, Franja Morada; en Periodismo e Ingeniería, el
kirchnerismo. En Psicología, Utopía le ganó al FPDS por
mil votos.
Organizar la lucha por democratización
Las fuerzas como ¡Ya Basta!, En Clave Roja y la UJS que
planteamos la lucha por democratización, y otras como el
CAUCE que hizo un balance crítico de la Asamblea en la que
se reformaron los estatutos, debemos trabajar juntos para
pelear por democratización y evitar que sólo se discutan
algunos puntos mínimos. Debemos exigir a la FULP y los
centros de estudiantes asambleas en todas las facultades y
una interfacultades del activismo de toda la Universidad
para tener una política común para todas las elecciones de
decanos. Al mismo tiempo, garantizar las asambleas en las
facultades en que tenemos presencia. Política que para
nosotros es mayoría estudiantil en los órganos de gobierno
y elección directa a rector y decanos, con un voto para
cada miembro de la comunidad universitaria. Una política
que plantee la derrota de la LES y que ponga a la
Universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo, y
sus luchas.