La lucha de los trabajadores de Total muestra que la clase
obrera puede paralizar al país, que el gobierno lo sabe y
que sólo cuenta con los burócratas de los sindicatos para
impedirlo.
París.- Participé, el 8 de marzo,
en la manifestación de los trabajadores de la refinería
Total de Dunkerque, contra su cierre. Ese día nos
concentramos frente al edificio de Total en La Defense, que
es el centro de
negocios de París, lleno
de edificios de vidrio enormes. Es la sede del capital, de
las grandes empresas del imperialismo francés. Parece
Manhattan, pero más "moderno", frío e inhumano,
empleados de traje y corbata caminan muy rápido y no tiene
casi árboles.
Los trabajadores en cólera protestaban por el cierre de
la refinería. Con
ellos estaban también los combativos trabajadores de
Cauchos Continental, que lucharon por meses a causa también
del cierre de su fábrica. Y los trabajadores de Philips,
que lograron posponer el cierre de la planta. También
ferrocarrileros y empleados del Correo.
Entonces, aparecieron tres batallones de policías. Los ánimos
empezaron a calentarse. Frente a la provocación, los
trabajadores lanzaron piedras y quebraron los elegantes
vidrios. La policía respondió lanzando
bombas lacrimógenas.
Todos corrimos, no podíamos respirar. Pero después de
tomar aliento, regresamos juntos a la puerta del edificio.
De nuevos recibimos más bombas. Compartimos un momento de
rabia y de fraternidad entre los trabajadores y los que habíamos
venido a apoyarlos: estudiantes, militantes políticos y
sindicales. El dirigente del sindicato Sud de Total hizo un
discurso al final, seguido de Xavier Mathieu, dirigente
sindical clasista y antiburocrático de Continental.
La petrolera Total hace más de 10 billones de euros de
beneficio todos los años. Es una cantidad mayor que el PIB
de Kenia o de Bolivia.
Una huelga que casi paraliza al país
Los trabajadores de la refinería Total de Dunkerque están
en huelga desde el 12 de enero en defensa de sus empleos. El
17 de febrero habían tomado la planta, el 19 los
trabajadores de las otras 5 refinerías de Total en asamblea
deciden también la huelga, los de Exxon amenazan también
de entrar en la lucha. El sindicato CGT se ve obligado a
dirigir las acciones por la presión de las bases.
El gobierno tiembla ante este
ejemplo de unidad y ante la posibilidad de falta de
gasolina. Se teme una parálisis general del país.
Sarkozy, desesperado, llamó a los patronos de Total a una
reunión urgente. Los patrones prometen no cerrar las otras
refinerías en los próximos 5 años... pero la de Dunkerque
será cerrada, la patronal promete conservar empleos, pero
no garantiza nada en concreto.
En esa situación, los burócratas de la CGT entregan la
lucha y firman aceptando todo. El ministro de Industria
Christian Estrosi felicita calurosamente a la CGT, que
participa en las mesas de discusión con los patrones, en el
"diálogo social". ¡Efectivamente, los burócratas
han sacado a Sarko y a los capitalistas franceses de una de
las situaciones más difíciles en este período de crisis.
La canallada de los burócratas hizo que la lucha se
levante en el resto de las refinerías. Pero los
trabajadores de Dunkerque siguen de pie, siguen ocupando la
planta y organizando acciones. Denuncian a la CGT por haber
desmontado la huelga en las otras refinerías: "Grève
chez Total: La CGT prise pour cible" [Huelga en Total:
la CGT es tomada como blanco].
¡La CGT, para salir del paso, llama ahora a huelga en
todas las refinerías el 15 de abril! Es el
día que hacen la "mesa redonda" con los
patronos de Total. Los burócratas tratan de recuperar algo
de prestigio. Sabemos lo que pasará: desmontarán la movilización después
de aceptar vagas promesas de los patronos.
El
NPA: la vergüenza de la "extrema
izquierda"
Una vergüenza en la "extrema izquierda" es el
NPA (Nuevo Partido Anticapitalista), que no denuncia ni por
error a la burocracia de la CGT,
pero al mismo tiempo se dice solidario con los
trabajadores. Ya hemos hablado de este rasgo permanente de
la política del NPA, de "tranquilizar" a los burócratas.
El NPA se ha comprometido públicamente a no impulsar
corrientes clasistas en los sindicatos, después
de la reunión del candidato Oliveir Besancenot con
el burócrata Nº 1 de Francia, el secretario general de la
CGT, Bernard Thibault.[1]
Hasta Lutte Ouvrière, el otro partido importante de la
extrema izquierda, resume la situación así: "Los
trabajadores entregados por algunas reuniones con los
patronos".[2]
¡Ni Lutte Ouvrière, que siempre considera que criticar
las direcciones traidoras es negativo para la lucha de
clases, no puede callar la canallada de la CGT!!!
Notas:
1.- Ramate Keita, Elecciones y crisis en el Nuevo Partido
Anticapitalista, www.socialismo-o-barbarie.org, edición del
27/12/09.
2.- La direction de la CGT et Total : Les travailleurs de
Dunkerque lâchés pour quelques tables rondes avec les
patrons, Lutte Ouvrière n° 2170 du 5 mars 2010.