El pasado lunes 12 de abril, un convoy de poco más de
cincuenta militares (policías armados hasta los dientes)
del OIJ y de la Fuerza Pública invadieron el campus
universitario Rodrigo Facio con el pretexto de arrestar a un
supuesto oficial de tránsito que exigía sobornos con tal
de no cobrar multas de tránsito.
Más allá de que lo anterior fuese cierto, lo verdadero
del caso es que la cantidad exorbitante de militares que
incursionaron en la Universidad de Costa Rica (UCR) era
suficiente para cubrir un operativo a gran escala y no sólo
para arrestar a un supuesto funcionario fraudulento
(desarmado).
En el fondo, la verdadera motivación de este operativo
era política: así como se intervino ilegítimamente en la
vida interna del sindicato de los muelles –SINTRAJAP– el
gobierno de los Arias pretendía avanzar sentando el
precedente de que en su gobierno la policía logró entrar
al campus universitario, violentando la autonomía de la UCR.
Los militares del gobierno entraron al campus de la
Universidad, en las cercanías de la Facultad de Educación,
en donde se toparon con un grupo de valientes estudiantes,
trabajadores/as y profesores que defendieron la autonomía
universitaria. En ese momento estalló una batalla campal en
la que los “policías” utilizaron de manera brutal la
fuerza, valiéndose de macanas (algunos a punto de
desenfundar sus armas de fuego) y de su entrenamiento
militar para dar una paliza a estudiantes y profesores de la
UCR.
Durante la lucha, varios compañeros resultaron heridos y
otros fueron arrestados. Entre ellos se encontraba Willy
Ruiz, presidente de la Asociación de Estudiantes de
Derecho, los profesores Aarón Moya y David Morera y tres
estudiantes más.
Ante esta acción, las y los estudiantes universitarios,
de forma espontánea, se dirigieron hacia rectoría a
exigirle a la rectora Yamileth González explicaciones de
por qué entraron policías al campus universitario,
vulnerando la autonomía universitaria.
Ésta contestó que el OIJ no pidió permiso a la Rectoría
ni al Consejo Universitario, por lo que se violentó la
autonomía universitaria, pero se negó a salir de manera
inmediata a exigir la liberación de los compañeros
injustamente detenidos.
Ante esto, el movimiento estudiantil y las y los
trabajadores universitarios optamos por marchar hasta la
comisaría de Montes de Oca, en Barrio Pinto, para exigirles
la inmediata liberación de los compañeros que fueron
encarcelados.
Luego de la presión efectuada por poco más de
trescientos cincuenta estudiantes, al fin fueron liberados
una parte de los arrestados; el resto se encontraba en el
hospital con heridas serias.
Por supuesto, un acto tan inaudito como la violación a la
autonomía universitaria no podía quedar impune; minutos más
tarde se organizó un bloqueo en las afueras de la Facultad
de Derecho, donde se paralizó el tránsito durante varias
horas de la tarde y de la noche.