A tono
con la coyuntura política nacional, la
“institucionalidad” se impone en las elecciones de
decanos y rector en la Universidad Nacional de La Plata. Las
autoridades de la Ley de Educación Superior (LES),
radicales, peronistas, “progres” y derechistas, avanzan
con el campo allanado, ya que las direcciones del movimiento
estudiantil no se cansan de repetir que “quieren
garantizar el debate”.
Para el Frente Popular Darío Santillán y las fuerzas
“independientes” que lo secundan en la conducción de la
Federación Universitaria de la Plata (FULP) -al igual que
para la CEPA, Sur, Liberación y demás agrupaciones
populistas- la lucha por democratización de hace tres años
es un recuerdo molesto que quieren borrar. También las
interrupciones a las sesiones del Consejo Superior cada vez
que se debía tratar algún tema sentido –como el
presupuesto-, ante la evidencia de que las camarillas nos
someten con su mayoría automática.
Su política es suplicarle “diálogo institucional” al
antidemocrático régimen universitario al servicio de los
capitalistas.
Pese a que hace tres años que las autoridades vienen
revirtiendo el proceso de deslegitimación que la lucha
impuso, y a la desmovilización generada por las
direcciones, en las asambleas estudiantiles se evidenció la
presencia de un nuevo sector como reflejo no sólo de la
bronca contra las autoridades universitarias, sino también
de cierto hartazgo con la pelea interburguesa por arriba a
nivel nacional.
Esto descolocó a las agrupaciones “antiasambleas”. El
chavista Miles se retiró repudiado de la asamblea de Bellas
Artes cuando se negó a aceptar que su consejero debía
acatar el mandato de asamblea. En Psicología, su agrupación
Utopía, conducción del centro, no pudo ningunear a la
asamblea. Lo mismo ocurrió con la UNITE-CEPA, a la que no
le dio para imponer a la asamblea sus plebiscitos, que
denomina asambleas por curso.
Otras agrupaciones como la Walsh de Periodismo o la Franja
Morada no tienen ningún prurito en desconocer las asambleas
y mostrarse como brazo de la gestión.
Ni democratización, ni pliego
Como hace tres años, la mayoría de las agrupaciones
opositoras se negaron a plantear la democratización y
elaboraron un pliego de demandas estudiantiles. Sin embargo,
algunas de ellas antes usaban esos reclamos como exigencias,
sin las cuales frenaban la elección de autoridades. Su
proceso de desmoralización con los resultados de su política
los llevó a que esta vez ni siquiera tensaran con el
pliego. La Redonda Potenciada del CAUCE y el Frente Popular
en Periodismo aceptó que sesione el Consejo y les leyó los
reclamos a las autoridades: ni siquiera aceptó pasar por
las aulas a denunciar a la gestión. Ni hablar de hacer un
poco de ruido o de sacar nuestro rechazo a la calle con un
corte.
Su ubicación los lleva a seguir cediendo terreno ante las
autoridades como demostró el haber perdido el centro, al
igual que le pasó al FPDS en Psico, que perdió por mil
votos con Utopía. En Humanidades, esto se evidencia en que
la voz cantante la llevó La Llamarada, abiertamente pro
gestión, ayer kirchneristas vergonzantes, hoy con Pino
Solanas, que está con la oposición de derecha. En un
volante se da el gusto de reivindicar que en la asamblea
estuvieron todos juntos, inclusive el Movimiento Evita,
contra el trotskismo.
Después que la FULP dejó la lucha y se sentó en las
comisiones de reforma de estatuto con las autoridades perdió
toda iniciativa. El argumento para sentarse era conseguir
algo como acabar con el examen eliminatorio en Medicina. No
sólo no lo lograron: hoy además del examen hay un curso
introductorio de un año. Pese a la testaruda realidad, el
FPDS (AULE) en Humanidades pasaba por las cursadas diciendo
que la reforma tuvo “cosas buenas y cosas malas”…
El PO y el PTS: ¿rechazo sin enfrentar la política de la
FULP?
La oportunidad de revertir el proceso de
reinstitucionalización estaba en Bellas Artes, donde el
centro es conducido por el PO y el PTS, que planteaban el
rechazo a las elecciones. Veamos lo que dice la editorial
sobre Universidad del diario El Día.
“Que el trotskismo se haya sentado a sesionar en Bellas
Artes es un dato auspicioso, y así lo reconocieron las
nuevas autoridades. No obstante, si bien es cierto que su
discurso se torna incomprensible -dicen que hay un proceso
de ‘privatización de la educación pública’ en su
facultad y en la UNLP-, el viernes protestaron porque el
debate se dio después de la votación".
El relato del derechista diario es gráfico de a lo que
lleva el juego del PO y el PTS de plantear una política
independiente pero negarse a delimitarse de la conducción
de la Federación, que busca el diálogo institucional con
los radicales y peronistas que cogobiernan la universidad.
Con su habitual falta de escrúpulos, el PO ridiculizaba
las tomas de facultad como método de lucha y planteaba que
la arena de batalla “es el Consejo”. El PTS, un poco más
vergonzante, argumentaba que había que entrar al Consejo
para “no dejar sola” a su consejera no docente, a la que
le habían votado entrar. La mejor manera de no dejarla sola
era poner en pie la lucha estudiantil para que la no docente
tuviera puntos de apoyo para dar la pelea política con sus
compañeros de trabajo. El PTS vende como solidaridad con
los trabajadores acompañar su derrota política en no
docentes. En su política fragmentaria y obrerista, al PTS
se le desdibuja el planteo de mayoría estudiantil.
A menos de diez días de la elección de rector se negaron
a exigir una interfacultades a la FULP. Luego, cuando en una
asamblea posterior no les quedó margen y se votó ponerle
fecha a un llamado desde Bellas Artes, se negaron a
mantenerlo cuando la FULP se negó a hacer interfacultades.
Sus planteos de rechazo son para autoconsumo, no para
construir una alternativa con el activismo que se acercó a
las asambleas. No para confrontarlos con quienes conducen al
movimiento estudiantil a la derrota. Nuevamente
privilegiaron el criterio de secta de no partir de las
necesidades del conjunto del movimiento estudiantil y de las
posiciones políticas.
Un bloque para disputar a la
dirección de la FULP
Las asambleas mostraron que una creciente vanguardia busca
politizarse. El año pasado se mostró que no se van a
tolerar los ataques, como ocurrió en los comedores cuando
quisieron aumentar el menú. Es impostergable la tarea de
poner en pie en toda la universidad un bloque independiente
de las autoridades de la LES, que gane las calles junto a
los trabajadores. La marcha de este viernes tiene que ser el
primer paso.