Al
igual que el año pasado las paritarias estuvieron acorde a
las necesidades de las cámaras empresarias. La UOM firmó
por un 25% en cuotas, 15% para Abril y 10% en Julio, una
miseria que está lejos de ser una recomposición salarial y
mucho menos un aumento que cubra la inflación de este año
que se estima entre un 30% a un 35%.
Esto
nos viene a demostrar, una vez más, qué podemos esperar
los metalúrgicos de las negociaciones entre la UOM y las
patronales: sólo miseria, más flexibilización y explotación
laboral.
Las
paritarias son el ámbito en donde se tendría que discutir
no sólo salario, sino también todas nuestras condiciones
de trabajo, ritmos de producción, seguridad en el trabajo,
francos, paso a planta permanente de los contratados, etc.,
etc. El año pasado vimos cómo se perdieron miles y miles
de puestos de trabajo producto de la crisis internacional
que los capitalistas (entre ellos el grupo Techint)
generaron y descargaron sobre nuestras espaldas. Este año
la realidad es muy distinta. Los efectos más severos de la
crisis han cesado, se han recuperado parte de los planteles,
contratando nuevos compañeros, y hoy las metalúrgicas están
al tope de su capacidad productiva. Era el momento de salir
a reclamar el pase a planta permanente de miles de compañeros,
de bajar los durísimos ritmos de producción que hacen que
dejemos nuestra salud en la fábrica. Pero esto era ir en
contra de las patronales y en la UOM esto no está entre sus
planes. Como así tampoco reclamar por los lugares en donde
se está realizando la misma producción con menos gente,
propiciando más explotación y ganancias extras que van sólo
para los bolsillos de las patronales.
El
escándalo es mayor cuando sabemos que hubo seccionales,
como la UOM Quilmes, que votaron que el reclamo tenía que
ser de un 40%, sin cuotas y que todo se decida en los
plenarios seccionales a sabiendas de lo que son Caló, Belén
y compañía que firman todo sin consultar a ningún
trabajador.
En
La Matanza el reclamo de la seccional era del 30%, como así
también en varias secciónales más como Vicente López, en
donde la base expresaba la bronca ante la carestía de la
vida que provoca la inflación.
No
hay vuelta, si no nos organizamos desde abajo, entre las
patronales y nuestros dirigentes corruptos se hacen un
picnic con nuestras condiciones de trabajo y nuestro
salario. Hay gremios que firmaron por más del 35% como
aceiteros, estibadores, etc., dando una dura pelea para
lograrlo. Pero nada cae del cielo y conseguirlo ahora va a
ser más difícil pero no imposible. Las patronales tienen
mucho margen de ganancia y nuestro salario no tiene que ser
una miseria. Hay que realizar asambleas por fábrica que
definan planes de lucha concretos, no los paros domingueros
de la UOM, para salir a pelear aumentos por fábrica o
seccionales por arriba del miserable 25 %. Ya el año pasado
pasó lo mismo. No podemos seguir con los brazos cruzados y
masticando bronca, hay muchos compañeros honestos y
luchadores que no se van a dejar compra , ellos tienen que
ser los que discutan nuestro salario, hay que elegirlos como
veedores en las negociaciones y meterle presión a la
burocracia para que no nos metan el verso así nomás. Ese
es el camino que tenemos que recorrer los metalúrgicos para
empezar a revertir la situación de atraso salarial que hoy
es común a todo el gremio.
•
Por aumentos por fuera del convenio para superar el
miserable 25%
•
Asamblea por fábricas para discutir planes de lucha
•
Elección de veedores para marcarle la cancha a la
burocracia