Al
cumplirse el 33º aniversario de la fundación de las Madres
de Plaza de Mayo, la línea encabezada por Hebe de Bonafini
lo conmemoró junto a la Presidenta y funcionarios del
gobierno. Inauguró un microcine con el nombre de Che Guevara
y no escatimó elogios a Cristina. En su respuesta, ésta no
se quedó atrás y aprovechó la ocasión para reivindicar
la Ley de Medios.
“Juicio
popular”
El
día previo a la conmemoración, la señora Hebe presidió
el tribunal que juzgó a periodistas que colaboraron con la
dictadura. En una mascarada de “juicio popular”,
culparon y condenaron a los personajes más notorios que
defendieron a los golpistas desde su prensa.
Personajes
que no dirigían sus diarios ni escribían sus editoriales
ni tampoco diseñaban sus tapas por inspiración propia,
sino que estaban avalados no sólo por los militares en el
poder, sino por toda la patronal argentina que promovió y
apoyó el golpe, entregó listas de trabajadores a las FF.AA.
y colaboró activamente con todos los planes del gobierno
militar. Empresarios que no son extraños en las actuales cámaras
empresariales.
El
juicio montado en la Plaza de Mayo a los periodistas tuvo el
objetivo (no sabemos si logró el éxito buscado) de ser un
acto de apoyo al gobierno en su pelea con la patronal
opositora por la controvertida Ley de Medios. Fue parte de
los actos de servilismo al gobierno K a los que nos tiene
acostumbrados las Madres de Hebe de Bonafini.
A
pesar de los “títulos”, no tuvo nada de crítica a la
patronal ni al sistema contra el cual lucharon los
desaparecidos por la dictadura ni el dirigente
revolucionario con cuyo nombre inauguraron al día siguiente
la sala de cine.
Que
éste fue el objetivo lo demostró el discurso de la
Presidenta en el acto oficial posterior, donde luego de
reivindicar que en su gobierno no hay ni habrá represión a
las protestas (sic) y hay total libertad de expresión, abogó
por la puesta en marcha de la nueva Ley de Comunicación.
30
de abril 2010 vs. 30 de abril 1981
En
su discurso en el juicio, la señora Hebe expresó que una
de las razones del mismo era contarles la verdad, sobre todo
a los jóvenes y reivindicar a los verdaderos periodistas
que se jugaron a hacer notas denunciando los secuestros, a
aquéllos que perdieron su vida. También explicó las
dificultades con que sacaron su primer boletín en 1981.
Después denunció a los periodistas cómplices de la
dictadura.
Con
su buena memoria, la señora se olvida de los que acompañaron
y apoyaron a las
Madres (y a otras organizaciones de derechos humanos de esa
época) en condiciones tan difíciles como las que ellas
enfrentaron. No sólo abnegados y valientes periodistas
denunciaron la represión. Como toda verdad a medias…
Se
olvida de los partidos de izquierda, como el PST (Partido
Socialista de los Trabajadores) que denunciábamos y reclamábamos
en nuestra prensa que circulaba con extremas dificultades y
participábamos de las movilizaciones que ellas convocaban.
Se
olvida de la resistencia obrera que despejó el camino para
expandir la lucha democrática, como fue aquella jornada
histórica del 30 de abril de 1981. En ella convocaron las
Madres, acompañaron organismos y personalidades y por
primera vez durante la dictadura una movilización de
centenares fue respaldada por un petitorio de 1.500 firmas.
Ese día estuvieron presentes un grupo de compañeros de
Mercedes Benz, que habían realizado un paro de un minuto en
la fábrica respondiendo al llamado de las Madres.
Lamentablemente,
se “olvida” porque abandonó hace tiempo el método de
la lucha con el que enfrentó a los militares.
“…Ya no tenemos un enemigo en la Casa Rosada”, dijo
Hebe de Bonafini al convocar a la última Marcha de la
Resistencia en enero del 2006, y se puso al servicio
incondicional de la política y los negocios K.