Socialismo o Barbarie, periódico Nº 178, 11/06/10
 

 

 

 

 

 

Bagley-Lía: para reincorporar a los compañeros

Hay que parar la provincia

Corresponsal

El histórico conflicto de la Alimentación desatado en Córdoba parecía resuelto tras el acuerdo de aumento del 35% en forma escalonada. Pero, en medio de tanto festejo por el Bicentenario, la patronal aprovechó los “días de euforia nacional y popular” para echar a 6 trabajadores de la planta Bagley-Lía del grupo Pagani que fue el epicentro del conflicto y donde el activismo independiente es más fuerte y de hecho desbordó a la burocracia en varias oportunidades.

Hay que imponer el paro provincial desde abajo

En este momento la fábrica se encuentra en conciliación obligatoria, los trabajadores ya demostraron que se puede desacatar la conciliación e imponer el paro pero el sindicato no quiere parar, pero por la gran presión que hay por debajo Morcillo y Cía. se ven obligados a seguir con las acciones, pero éstas son llevadas a cabo sólo por los delegados y los cuerpos orgánicos de la burocracia, como lo fueron los piquetes en puerta de fábrica del martes 8 o el llamado a una marcha hasta el centro comercial de Arcor en el centro de la ciudad, todo sin la participación masiva de trabajadores.

Frente a este panorama hay que volver a lo que hizo que se lograra el aumento salarial: los trabajadores deben impulsar desde las bases e imponerle tanto a Morcillo como a la CGT de Córdoba un paro general en defensa de los compañeros cesanteados. Sólo con la participación activa del conjunto de los trabajadores se puede modificar esta historia.

Hay que exigirle a Morcillo una asamblea general del gremio para discutir el paro y a la CGT que adhiera a la convocatoria por la reincorporación de los compañeros, por ser los despidos persecutorios, discriminatorios y selectivos a quienes más se destacaron en la lucha.

“El diablo sabe más por viejo que por diablo”

Frente a la provocación patronal de despedir a 6 activistas, la cúpula del sindicalismo cordobés se mostró unida en función de “defender” a los compañeros despedidos. La primera medida que hicieron fue ir toda la cúpula de la CGT local a la puerta de Bagley, el 29 de mayo a solidarizarse con los compañeros y de allí hacer una marcha hasta la sede histórica de la CGT en conmemoración de un nuevo aniversario del Cordobazo.

Pero no hay que dejarse confundir, estos mismos “dirigentes” son los que dejaron que el básico de la Alimentación sea uno de los más bajos del país, fueron estos dirigentes los que firmaron las paritarias de miseria año tras año, son estos mismos “ dirigentes” que dejaron pasar miles de despidos.

La burocracia sindical, es decir los “dirigentes que están hace 10, 20 y 30 años y que no viven con un salario de $ 3.000 de un obrero, intentan reubicarse políticamente frente a los trabajadores, ante la emergencia del profundo proceso de recomposición entre las filas obreras y que ya ganó varias internas importantes y con trascendencia nacional como son Kraft-FATE y el Subte y ahora que emergió con fuerza en Córdoba, para no perder sus privilegios estos “dirigentes”  adoptan un perfil combativo.

Sobre todo en este conflicto que en algunos momentos el desborde fue enorme, como cuando no se acató la  primera conciliación obligatoria, o cuando los trabajadores hicieron que se abriera a las bases del gremio un plenario de delegados o a través de la golpiza que se le propició al Secretario General Héctor Morcillo. A éste no le quedó otra que sumarse al fuerte reclamo salarial que había en las bases, pero el temor a la organización independiente de los trabajadores es tan fuerte que ahora posa de luchador para así reventar al activismo antiburocrático.

Hay que exigirle e imponerle a Morcillo el paro de todo el gremio y de toda la CGT Córdoba para conseguir la reincorporación de los compañeros, ninguna confianza en la “dirigencia”, asamblea general del gremio para votar medidas.