Luego más de un año de conflicto ininterrumpido, que incluyó petitorios
masivos, numerosas y concurridas asambleas, pasadas por
cursos, organización en comisiones, movilizaciones al
Consejo Directivo, tomas de decanato, vigilias en la
facultad y hasta un corte de la avenida Cantilo que la policía
intentó criminalizar, la heroica lucha de la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UBA contra la Ley
de Educación Superior (LES) culminó con una clara
victoria. Queremos hacer un breve recuento de lo que
fue el conflicto y reflejar algunas de las lecciones que nos
dejó, además de enumerar las (no pocas) tareas que aún
quedan pendientes.
Con la lucha y la organización en asambleas vencimos a la LES
En el 2009 nos encontramos con que las autoridades de la facultad, con la
complicidad de las camarillas docentes del Consejo Directivo
y el aval del rector Hallú y del gobierno K, estaban
intentando acreditar silenciosamente las carreras de Geología,
Química y Computación. Luego de una serie de
movilizaciones que culminaron en una toma de Decanato de
tres días, conseguimos postergar la decisión hasta la
realización de un plebiscito para toda la facultad sobre el
tema de las acreditaciones.
Sin embargo, ya empezado el 2010, el plebiscito impulsado por el decano se
reveló que era una trampa alevosa, mayormente
merecedora del nombre de "encuesta", que se
limitaba a hacer un sondeo de distintas opiniones y que en
ningún momento formulaba la pregunta que realmente
importaba. Ante esto, los estudiantes junto con los docentes
de AGD impulsamos un plebiscito paralelo con la única
pregunta que era necesaria: si la facultad debía
acreditar o no las carreras a la CoNEAU. El resultado
fue contundente: la participación fue masiva (1.520
estudiantes y 451 docentes y graduados) y el 92% votó en
contra de las acreditaciones. También contundente fue el
rechazo que arrojó la encuesta de las autoridades, pese a
sus enormes falencias, donde un 57% rechazó las
acreditaciones contra sólo un 14% que se declaró a favor.
Sin embargo, en las sesiones del Consejo Directivo se seguían
oyendo voces a favor de la acreditación: evidentemente los
consejeros afines al decano seguían firmes en su voluntad
privatizadora, amparándose en nada claras
"interpretaciones" de los resultados de la
encuesta tramposa.
Frente a este panorama, los estudiantes continuamos nuestra movilización en
varias asambleas interclaustros e impulsamos diversas
medidas de lucha. Desde el ¡Ya Basta! en todo momento
impulsamos el debate y la votación en las asambleas,
apoyamos y participamos de las medidas de lucha emanadas de
las mismas y participamos de la Comisión de LES y CoNEAU,
encargada del aspecto organizativo del conflicto.
Finalmente, producto de la presión que veníamos haciendo con nuestra lucha
para que se respetara la opinión de la mayoría, y la
presencia de más de 600 estudiantes en la sesión,
el bloque docente por lista única (que constantemente
aprovecha su mayoría automática para pasar por encima de
la voluntad de la facultad)
terminó dividiendo sus votos con el objetivo de no
pagar el costo político de poner en evidencia de manera
brutal frente a los estudiantes de Exactas el carácter
antidemocrático del Consejo Directivo, y 4 de los 8
docentes votaron a favor del proyecto en contra de las
acreditaciones que resultó aprobado con 9 votos a favor, 4
en contra y 3 abstenciones.
El rol de la conducción
Si la conclusión más importante que nos dejó el conflicto fue que mediante
la lucha desde las bases y el debate, la votación y la
organización en asambleas se pueden conseguir nuestras
reivindicaciones, no fue precisamente gracias a la
conducción de nuestro Centro de Estudiantes. La agrupación
que ocupa ese cargo, el FEM-La Mella, en repetidas
oportunidades decidió no consultar o directamente desoír
el mandato de las asambleas a la hora de tomar decisiones en
nombre de todo el Centro [1], como fue el caso de la
aparateada que realizó cuando desacató el resultado de las
asambleas, y tuvo que recular frente al repudio de los
estudiantes en los cursos. Unas semanas después, una vez
escrutados ambos plebiscitos, la asamblea resolvió llevar a
la siguiente sesión del Consejo Directivo un proyecto de
resolución en contra de las acreditaciones, entendiendo que
la facultad ya se había pronunciado masivamente y que sólo
restaba que el Consejo respete la decisión de la mayoría.
Sin embargo, La Mella (sin consultarlo con ninguna asamblea)
ya había presentado un proyecto que planteaba postergar
la decisión dos semanas más, dándole una vía de
escape a la gestión para reacomodarse y sacándola del
apuro de tener que negarse, en frente de los estudiantes
movilizados, a acatar la voluntad de la mayoría de la
facultad. A tal punto fue así, que cuando el FEM-La Mella
retiró su proyecto a exigencia de la asamblea, ¡toda la
gestión lo sostuvo y se escudó tras él para ganar tiempo
y ver si tenía opciones para zafar!
Como si esto fuera poco, para la sesión decisiva (dos semanas más tarde
gracias a ellos), La Mella, como de costumbre sin
consultarlo con nadie más que con su ombligo, presentó un
proyecto de resolución que establecía que no se acreditaría
ninguna carrera, sólo
mientras estuviera
vigente la actual LES. Es decir que deja abierta
la posibilidad de que en un futuro, ante una Ley de Educación
"menos mala", la facultad acredite sus carreras.
Enseñanzas y perspectivas a futuro
De todo lo dicho se desprenden algunas cuestiones. Para empezar hay que
remarcar la importancia de esta victoria, no sólo para
Exactas y para la UBA sino para el conjunto de las
universidades del país. De acá en adelante, cuando
intenten imponer la LES en alguna otra facultad o
universidad, Exactas será el referente que los estudiantes
tengan en la cabeza al ponerse de pie para enfrentar a la
CoNEAU.
También debemos analizar el proyecto aprobado por el Consejo y mantenernos
en alerta frente a futuros intentos de la gestión y el
gobierno de avanzar sobre la universidad. La resolución del
Consejo Directivo, entra en contradicción consigo mismo:
como ya dijimos, el proyecto se posiciona en contra de
limitar la autonomía universitaria, pero el artículo 9º
(agregado por los docentes) establece que la facultad se
pronuncia a favor de que la nueva ley incluya mecanismos de
evaluación de las universidades por parte del Estado.
Frente a este artículo, los estudiantes resolvimos en
asamblea llevar una contrapropuesta que posicione a la
facultad en contra de cualquier ley que no incluya
financiamiento único estatal, respeto de la autonomía y
anulación de las pasantías obligatorias, pero cuando el
decano Aliaga votó en contra para desempatar, aclaró que
no estaba en contra de que la universidad se financiara con
fondos privados, es decir, someterse a la voluntad de
las empresas.
Por último vale hacer una mención, fue llamativa la ausencia total de la
FUBA en el conflicto. Desde el ¡Ya Basta! propusimos desde
el primer momento la realización de un Congreso
Extraordinario de la Federación para discutir sobre la
LES y demás problemas de los estudiantes. Propuesta que fue
votada tanto en asambleas de Exactas como en Sociales y
Filosofía, pero sin embargo La Mella y el PO (conducción
de la FUBA) decidieron no realizarlo.
El conflicto que hoy se cierra con este triunfo, abre muchas otras puertas y
caminos para seguir en la lucha por la educación pública.
Como ya se ha dicho, la enseñanza principal es que con el
debate, la organización y la votación en asamblea, y
fundamentalmente con la lucha y la movilización desde
las bases, somos capaces de defender nuestros intereses,
los de los estudiantes y el pueblo trabajador, y frenar a
quienes nos quieran recortar el presupuesto, privatizar las
carreras o poner nuestra educación al servicio de las
empresas. ¡No dejemos que privaticen nuestras carreras,
ni enteras ni por partes! ¡Enfrentemos a la LES y la CoNEAU
en cada facultad, en cada universidad del país!
[1] La Mella dice ser una corriente surgida por el rechazo ante los
supuestos “métodos burocráticos” de la izquierda
tradicional, métodos que viene copiando desde que conduce
algunos Centros de Estudiantes y la FUBA…