Después
de 15 días de los asesinatos de Bonefoi, Carrasco y Cárdenas, el
Gobernador Saiz apareció por la ciudad, para anunciar “programas
sociales y de seguridad” para Bariloche por más de 30 millones de
pesos. Tras la masacre pretende construir gimnasios y centros deportivos
en el Alto y encerrar a los pibes ahí, cosa que ni se les ocurra
“bajar” al centro. A su vez, les dará premios a sus perros de caza
por la tarea realizada, construyendo una nueva comisaría a 300 metros de
donde funcionaba la otra. Saiz tal
vez supuso que 15 días eran suficientes para que la ciudad se
“pacifique” y que la gente se olvide de su responsabilidad en las
muertes, pero la realidad fue otra. Una manifestación en la puerta de la
dependencia donde recibió a los familiares de los tres pibes, le
recordaba su responsabilidad en los asesinatos y exigía justicia.
Como
parte del operativo para garantizar la impunidad y que la policía salga
lo menos “manchada” posible de todo esto –tiene que seguir
garantizando el ”apartheid”, donde los habitantes del Alto no pueden
acercarse al centro sin ser perseguidos por la policía–, tuvo lugar el
desplazamiento del juez Lozada del caso Bonefoi. El mismo juez que en
abril autorizó
el aborto para una adolescente de 17 años, que fue violada por su padre y
su tío, ahora fue
apartado de la causa a pedido de la defensa del policía. Lo acusaban de
“parcialidad” por haber dialogado con vecinos del Alto y dar el pésame
a la familia de Bonefoi. Junto con esto, la Cámara Segunda del Crimen,
decretó la nulidad de la declaración indagatoria y del procesamiento y
prisión preventiva dictados sobre el cabo Sergio Colombil, imputado en la
causa.
A
todo esto, en el marco del operativo por la impunidad, tras las masivas
marchas reaccionarias en apoyo a la policía, la CTA conforme a sus vínculos
orgánicos con la burguesía, se sumó al mensaje de “pacificación” y
convocó a una marcha… en Viedma. Bien lejos de Bariloche, como para que
no tenga ninguna repercusión política, y por supuesto, no afecte el
negocio del turismo.
Es
necesario seguir el camino de la movilización en las calles para exigir cárcel
para los responsables políticos y materiales de los asesinatos, para
tirar abajo el “apartheid” de Bariloche, impuesto por la burguesía
para garantizar el negocio del turismo.