El
miércoles 14 de julio, el Consejo Superior de la UBA
resolvió destituir a González Gass de su cargo de rectora
y más adelante Hallú decidió designar a la vicerrectora
del turno noche, Rosa López Del Águila como rectora
interina, por el plazo de 45 días, hasta que el Consejo
Resolutivo eleve una terna no vinculante de candidatos y el
Consejo Superior elija un nuevo rector.
Esta
destitución abrió una crisis institucional en el CNBA. A
nuestro entender, este es un momento para reflexionar y
poner blanco sobre negro quién es quién y cuáles son las
reivindicaciones de los estudiantes. Esta crisis plantea
nuevamente la necesidad de avanzar en la democratización
del CNBA, es decir, de conquistar el gobierno de
estudiantes, docentes y no-docentes sobre nuestro colegio,
por lo cual es necesario debatir cómo debe intervenir el
movimiento estudiantil en esta crisis abierta por la
intervención del Consejo Superior, que va mucho más allá
de la figura de G.G.
Luchemos
contra el avance del Consejo Superior
sin
depositar ninguna confianza en González Gass
Antes
que nada, es importante responder una pregunta: ¿por qué
el Consejo Superior destituyó a G.G.? Frente a esta cuestión
se ha levantado toda una mitología que pretende hacernos
creer que González Gass era un baluarte en la lucha contra
la privatización y el vaciamiento del colegio y que por eso
el Consejo Superior se la tenía jurada… Nada más lejos
de la realidad.
Gonzalez
Gass, vicerrectora de la gestión de Sanguinetti, fue designada a dedo por el mismo Consejo Superior en 2007,
de espalda a la lucha de los estudiantes por elegir nuestro
propio rector. Desde ese momento, viene representando a raja
tabla los intereses del Consejo Superior y atacando al
movimiento estudiantil (lo más reciente son las sanciones
de 2009, pero su primera medida en 2007 fue sancionar
estudiantes que participamos de la asamblea que tomó el
colegio). Frente a la venta del campo de deportes, su política
fue abrir un estacionamiento (¡!) para generar recursos
propios; en el conflicto del turno noche y cuando 230 compañeros
se quedaron libres, defendió la posibilidad de unificar
divisiones, lo que significaba en la práctica el cerrar
progresivamente el turno.
Es decir, González Gass
fue durante todo este período la herramienta del
Consejo Superior contra el movimiento estudiantil en el
colegio.
Sin
embargo, la infatigable lucha de los estudiantes contra la
política del Consejo Superior la fue desgastando: 3 tomas
en 3 años de gestión minaron progresivamente su autoridad.
Tres años de lucha que llevaron a que los estudiantes, por
medio de su propia experiencia, la reconozcan como agente
del Rectorado. La
toma del año pasado contra las sanciones y por el derecho
de manifestarse el día de “La Noche de los Lápices”,
prendió una luz amarilla en la relación de G.G. con las
autoridades de la UBA. El Rectorado preocupado por la duración
de la lucha y la firmeza de los estudiantes, empezó a
cuestionarla por su impotencia a la hora de contener los
reclamos estudiantiles.
Pero es este año, ante la incapacidad de G.G. para
cumplir los mandatos del Consejo Superior e imponer el
cierre del turno vespertino, que las autoridades de la UBA
deciden reemplazarla. Por decirlo de alguna forma, G.G. era
el arma con que el Rectorado venía a imponer su política,
pero la lucha de los estudiantes la melló, la dejó sin
filo. Quieren destituirla para imponer un nuevo rector desde
arriba que venga a cumplir los planes de vaciamiento contra
el colegio. Debemos tener bien en claro que si el campo de
deportes no se vendió y el turno noche sigue abierto, no es
gracias a G.G. que viene atacándonos desde que asumió,
sino gracias a la movilización
y la lucha estudiantil.
¿Cerrar
la crisis institucional o democratizar el CNBA?
La
crisis institucional abierta en el colegio es la manifestación
actual del régimen antidemocrático que los estudiantes
venimos cuestionando desde la lucha del 2007, por lo tanto
no se resuelve simplemente con la continuidad de G.G., ni
retrotrayendo lo actuado a la situación previa a su
destitución. Mientras sigan rigiendo las reglas de juego
del Consejo Superior, siempre ellos van a tener la potestad
para hacer de nuestro colegio lo que quieran. Ante el ataque
del Consejo Superior y su voluntad de elegir otro rector de
manera antidemocrática, los estudiantes debemos no sólo
frenar el avance del rectorado, sino al mismo tiempo
contraponer nuestro programa histórico: ¡por un Consejo
Directivo que gobierne el colegio y elija rector!
En
el año 2007, ante la elección de rector en los
preuniversitarios, los estudiantes del Nacional y del
Pellegrini empezamos a discutir la necesidad de democratizar
nuestros colegios.
Hasta
hoy, los preuniversitarios no son considerados Unidades Académicas,
por lo cual las decisiones sobre nosotros pasan por el
Consejo Superior de la UBA, quien a su vez elige nuestro
rector. El Rectorado de la UBA es quien desde hace años
quiere vender el campo de deportes, el que ordenó cerrar
las nuevas divisiones del turno noche y en términos
generales, quien se somete a la asfixia presupuestaria
impuesta por el Gobierno Nacional y trata de tapar esos
baches a través de políticas de ajuste o
auto-financiamiento (convenios con empresas privadas, por
ejemplo) y privatización (posgrados pagos).
Por
eso, democratización significa que el gobierno del colegio
esté en mano de los estudiantes, docentes y no-docentes,
quienes estudiamos y trabajamos día a día en él y lo
venimos defendiendo con la movilización; no en manos del
Consejo Superior de la UBA, un órgano completamente
antidemocrático (los Consejeros Docentes, que tienen el 50%
de representación en la Asamblea Universitaria y los
Consejos Directivos, son votados por sólo 700 docentes
titulares de los 35.000 que tiene la UBA) que viene
intentando privatizar el colegio y la UBA desde hace años.
La
lucha por la democratización en el colegio es la lucha por
la defensa de la educación pública, frente a los intereses
de la camarilla enquistada en el Rectorado de la UBA que se
reparten la caja de la Universidad en base a los diferentes
acuerdos políticos, atacando a los estudiantes, docentes y
no-docentes que formamos parte de ella.
En
2007 los estudiantes votamos el proyecto de un Consejo
Directivo con 9 docentes, 7 estudiantes y 2 no-docentes, con
posibilidad de elegir rector, que gobernara efectivamente. A
través de la lucha de 2007 y 2008 (con tomas en ambos
preuniversitarios) se logró imponer la creación de
Consejos Resolutivos, pero el Rectorado, desoyendo la posición
de docentes y estudiantes, estableció que la conformación
sería de 8 docentes, 4 estudiantes y 2 graduados, sin
posibilidades de elegir rector, y prácticamente sin casi
ninguna atribución para gobernar el colegio.
Por
eso es que entendemos que no es tarea de los estudiantes, ni
de los docentes que realmente defendemos al Colegio Nacional
Buenos Aires y a la educación pública, “cerrar” la
crisis institucional que abrió el Consejo Superior para que
todo siga igual. La crisis se abrió porque toda la
estructura está podrida desde sus cimientos.
El único camino para empezar a salir de esta crisis
es retomar el proceso y la lucha por la democratización que
iniciamos en 2006.
Esto
pasa, en primer lugar, por rechazar la designación de López
del Águila como rectora, porque representa una provocación
y un avance del Consejo Superior en sus intentos por
designar un rector desde arriba. Pero como respuesta no
podemos oponer simplemente la restitución de G.G.,
designada por el mismo Consejo Superior, ni apoyar ningún
candidato o terna que no se comprometa a encabezar la lucha
por la democratización. Los estudiantes defendemos la
necesidad de autonomía del CNBA, por eso debemos volver a
poner en la agenda la lucha por Consejos
Resolutivos/Directivos democráticos (9-7-2) que elijan
rector y gobiernen efectivamente nuestro colegio.