El
sábado 17 se realizó una Asamblea de graduados del CNBA,
con el objetivo de sentar postura frente a la crisis abierta
en el colegio. La asamblea, con más de 80 asistentes,
resolvió apoyar la lucha de los estudiantes y docentes del
Nacional, y rechazó esta nueva intervención del Consejo
Superior. Convocada por la lista de graduados combativos que
posee representación en el Consejo Resolutivo del colegio,
esta asamblea mostró nuevamente que la histórica Asociación
de Ex Alumnos (dominada por el radicalismo y correa de
transmisión del CS y sus negociados) no es representativa
de los graduados del colegio, sino sólo de sus propios
intereses.
La
asamblea estuvo, sin embargo, atravesada por debates estratégicos
que es importante no perder de vista, porque tarde o
temprano pueden tener incidencia en la propia lucha de los
estudiantes y docentes. La Asamblea de graduados está
formada por distintas camadas de ex alumnos, que reflejan
procesos y experiencias muy diferentes. Los que egresaron en
los últimos cinco años vivieron en diferentes grados las
luchas por la democratización y las tomas masivas del
colegio, incluyendo a los activistas más destacados de esas
luchas. Son los que tienen un contacto más directo con el
colegio y, por lo tanto, los que mejor reflejan las
necesidades del movimiento estudiantil. Es, por lejos, el
sector más combativo e independiente, aun con sus
diferentes tendencias.
Por
otro lado, se encuentran los graduados de camadas
anteriores, sector mucho más heterogéneo y de gran
amplitud etaria (desde los 25 a los 50 años). Las
tendencias políticas que hay en su interior ya no reflejan
ni tienen ninguna relación con las luchas actuales del
movimiento estudiantil. Por eso tienden a “autonomizarse”,
planteando ejes y estrategias que tienen poco que ver con la
tradición independiente y combativa de los estudiantes.
Sobre este sector se apoyan sectores del primer grupo
ligados a corrientes políticas más
“institucionalistas” (como Proyecto Sur), que ocupan los
principales cargos en la lista.
Esta
heterogeneidad se notó claramente en la Asamblea del sábado
17. Los graduados del ¡Ya Basta!, junto a otros grupos y
compañeros de las camadas más recientes, planteamos que
nuestro rol debía ser apoyar siempre las iniciativas del
movimiento estudiantil, sin entrar en las trampas
“institucionales” del CS, como la asignación de un
rector interino o la presentación de una “terna”, ni
atarnos a la institucionalidad antidemocrática del actual
Resolutivo del colegio. Otros graduados plantearon una
perspectiva de adaptación a la “legalidad” impuesta por
el CS y a las minorías docentes que acaparan la
representación del CER. Estos mismos sectores pusieron en
duda uno de los principios fundacionales de la lista: que ésta
nunca debe despegarse de los estudiantes ni jugar un rol
“autónomo” frente a ellos.
Cuando
se pasó a la votación de las mociones, intentaron diluir
la adhesión a las resoluciones del movimiento estudiantil
en un “apoyo en general” a las asambleas de todos los
claustros, y especialmente a los “consensos” del
Resolutivo, aunque luego se terminó votando a favor por
amplia mayoría. Sobre la moción de rechazar la trampa de
la terna, un importante sector se abstuvo o votó en contra
con todo tipo de argumentos formales (“la comunidad
educativa todavía no lo está discutiendo”, “dejémoslo
para otro comunicado”, etc.), pero terminó ganando a
favor por pocos votos de diferencia. En su conjunto, el
resultado de la Asamblea fue positivo, pero sin duda va a
seguir la pelea política con las tendencias
institucionalistas y del “consenso”. En esta
perspectiva, debemos fortalecer la presencia e intervención
de las camadas más combativas de los graduados en la
Asamblea.