El lunes 26 de julio se realizó un acto en la puerta de
la fábrica FATE al cumplirse dos años de los despidos.
Este contó con la presencia de más de 150 compañeros de
la fábrica y delegaciones obreras de la zona norte como los
compañeros de la interna de Kraft, los delegados de
Ecocarnes, Paty, el Frigorífico Rioplatense, los docentes
de General Sarmiento, y otros.
En un hecho que no es nada habitual en las filas de los
trabajadores, producto de la burocracia sindical, ya van dos
años de inquebrantable lucha por la reincorporación a sus
puestos de trabajo que llevan adelante 11 compañeros
despedidos de FATE. En estos momentos se acerca una definición.
La empresa viene perdiendo todos los juicios en primera
instancia y ya lleva varios perdidos en segunda instancia,
pero por el momento se ha negado a acatar las resoluciones
judiciales. En todos los casos se ha demostrado
fehacientemente que la
empresa incurrió en despidos discriminatorios. Se
demostró que todos los compañeros eran luchadores
reconocidos y que eran delegados de hecho en la planta y que
por esto fueron despedidos en el transcurso de un conflicto
–en el marco de la paritaria y por realizar paros llamados
por el sindicato nacional–.
Un dato de enorme importancia –y también con pocos
precedentes– es que los compañeros despedidos siguen
considerándose obreros de Fate, participan de todas las
acciones que se deciden en asamblea y pelean por mantener su
relación con el conjunto de la fábrica. Por esto
realizaron el acto y realizan otras actividades.
Dos años de solidaridad activa
Estos dos años no han sido fáciles. En un primer momento
fue la pelea para que el sindicato los reconociera como
trabajadores e imponerle a Wasiejko que parte de los aportes
sindicales de todos los compañeros del gremio vayan a
sostener esta lucha, cosa que se consiguió. Después,
para que se mantenga el carácter de afiliados y que puedan
votar en las elecciones, cosa que también se consiguió.
También se consiguió la solidaridad activa de varios
sectores. Entre ellos hay que mencionar a los compañeros de
la FTC que donan casi mensualmente alimentos a los compañeros
despedidos que lo necesitan, en una muestra de unidad y
solidaridad de clase.
Pero quizás lo más importante –y el acto fue un
reflejo de eso– es que quincena
a quincena, desde hace dos años, los delegados y la
Ejecutiva hacen una colecta en planta por su compañeros,
pasan la alcancía
donde colabora buena parte de los trabajadores. La lucha de
los despedidos de FATE es por su reincorporación efectiva,
es un ejemplo de lucha y solidaridad.