Con el “error” del ministro de Salud, el gobierno dejó
claro su acuerdo con la Iglesia en cuanto a los derechos de
las mujeres, del aborto ni hablar.
En los últimos días de julio, la responsable de Salud
Sexual del Ministerio de Salud, Paula Ferro, declaró que el
ministro Manzur había firmado una guía para médicos y
hospitales acerca de cómo actuar en casos de abortos no
punibles. La guía reglamenta el artículo 86º del Código
Penal, donde se establecen las excepciones a la penalización
del aborto: en caso de “riesgo a la salud de la mujer” o
“violación de una mujer idiota o demente”, y extiende
la excepción a todos los casos de violaciones. Además, en
“riesgo para la salud” incluye la salud psicológica y
social. En esa resolución –1184/10– se ordena a los médicos
que se encuentren con estos casos realizar en un plazo no
mayor a diez días la interrupción del embarazo ante el
pedido de la interesada, y aclara que los especialistas no
pueden recurrir a la Justicia, bajo pena de ser
“responsables penales, civiles o administrativos”. La guía,
elaborada en 2007, nunca fue puesta en práctica, pero al
ser elevada al rango de resolución adquiría mayor jerarquía.
Sin embargo, a las
pocas horas de ser publicada el ministro desmintió haber
firmado ninguna resolución. “Ya lo hemos dicho, estamos
en contra del aborto, incluso lo manifestó la Presidenta”,
sostuvo Manzur. Y agregó que la revisión de esa guía “fue un error”.
Las cosas que la guía agrega que no figuran en el artículo
de 1921, son inevitables: en 2010 es imposible no incluir en
el concepto de “salud” a la salud psicológica y social.
Tampoco se puede admitir hoy diferenciar la violación de
una mujer “idiota o demente” de la que sufre una mujer
con plenas facultades mentales. En esta diferenciación del
Código Penal subyacen dos ideas trogloditas y fascistas: la
primera es dudar de que una mujer no haya consentido o
incitado la violación, a menos que esté mentalmente
incapacitada; la segunda es aceptar la interrupción de un
embarazo del que puede nacer un niño “idiota o demente”
como la madre, pero si se trata de una mujer “normal”,
aunque el embarazo sea fruto de una violación, basta que
sea sanito…
En cuanto a responsabilizar judicialmente a los hospitales
que se nieguen a realizar el aborto, no es más que dar
cuenta de lo que sucede cada vez que una mujer solicita un
aborto no punible: la Iglesia interviene, los médicos
judicializan, los jueces alargan la causa, etc.
En suma: la famosa
guía no es más que la serie de medidas elementales y
primarias para que los abortos no punibles puedan realizarse
efectivamente en nuestra realidad de hoy. Y eso es lo que el
ministro, por orden de Cristina, se niega a firmar y
considera “un error”.
Así, el gobierno nos muestra una vez más su verdadera política
en cuanto a derechos de las mujeres, dándole el aval al espíritu
fascista del Código de 1921, y negándose, no ya a la
legalización del aborto, sino incluso a poner en práctica
estas mínimas y elementales excepciones, apoyando las
actuales maniobras de curas y jueces para revictimizar a las
mujeres comprendidas en estos casos.
Este es el momento de enfrentar al gobierno y conseguir la legalización
La Iglesia y la derecha política acaban de sufrir un duro
revés con la aprobación del matrimonio entre personas del
mismo sexo. El tema desbordó largamente el debate
parlamentario y se instaló en toda la población, y a
medida que se sucedían las discusiones y el muestrario de
argumentos horrorosos de la Iglesia y la derecha, la presión
popular a favor de la ley se hizo notar, a pesar de que ni
el gobierno ni la Federación LGBT convocaron a ninguna
marcha ni medida para enfrentar la presión de la Iglesia,
que sí movilizó y desató una fuerte campaña en las
calles en contra de la ley. Con el gobierno a favor, esto
alcanzó para conseguir este derecho.
Pero para conseguir el derecho al aborto, a la situación
favorable abierta con el matrimonio habrá que agregarle la decisión de enfrentar al gobierno, que se ha posicionado
decididamente en contra, y así como vetó la
reglamentación del art. 86º va a seguir peleando con sus
fuerzas parlamentarias y políticas para que no se discuta
el proyecto, y en caso de discutirse se vote en contra, y en
caso de votarse a favor, vetarlo. Con
el gobierno en contra, no va a haber “lobby”
parlamentario que alcance, como quedó demostrado con este
sainete de la guía, que quedó vetada a pesar de las
intenciones de los “funcionarios amigos”.
Las organizaciones que luchamos por este derecho,
empezando por la Campaña por el Derecho al Aborto Legal,
responsable del proyecto de ley, tenemos que lanzar una
campaña que termine con una movilización unificada a Plaza
de Mayo o al Congreso, y comprometer en esta lucha a las
organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles y de
derechos humanos. El gobierno está muy mal parado para
seguir negando este derecho. Lo único que está
“argumentando” para negarlo (si es que se le puede
llamar argumento) es la opinión personal de la Presidenta.
Ante el escándalo de la guía, la Campaña Verde llamó a
dos actos frente al Ministerio de Salud, a los que Las Rojas
concurrimos en la medida en que lo permitió lo
inconveniente de la hora (estaban convocadas a las 12 del
mediodía). Seguramente, si se acuerda un mejor horario y se
coordina previamente con todas las organizaciones, las
actividades crecerán en concurrencia, y también los
acuerdos para realizar el 28/9, Día Latinoamericano por el
Derecho al Aborto, una marcha unificada que exija el
tratamiento del proyecto de legalización y la firma
inmediata de la resolución 1184/10.
No
hay más excusas, el Encuentro Nacional de Mujeres tiene que
lanzar un plan de lucha por el derecho al aborto legal
Este año, cuando el problema del aborto se ha puesto en
la palestra nacional por esta nueva negativa explícita del
gobierno, y cuando venimos de un round ganado a la Iglesia
con el matrimonio, el Encuentro Nacional de Mujeres tiene
que ponerse a la cabeza de la pelea por el aborto legal.
Todas las que estamos por el derecho al aborto tenemos que
aprovechar estos dos meses para preparar
el Encuentro, a fin de armar allí talleres, plenarios o
asambleas por el aborto legal –de los que obviamente
quedaría excluida la Iglesia– donde se organice un plan
de lucha nacional. Empecemos a reunirnos ya. Si nos
ponemos de acuerdo para que el Encuentro dé un paso al
frente y organice la pelea, no tenemos dudas de que este será
el año del aborto legal en la Argentina.
• Abajo el acuerdo
del gobierno con la Iglesia: ¡Que el Ministerio firme ya la
resolución para reglamentar el art. 86º!
• Basta de
dilaciones y cajoneadas: ¡Que se trate el proyecto de
legalización!
• ¡Pongamos al
Encuentro Nacional de Mujeres al servicio de esta lucha!
• ¡A las calles
por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito!